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Así ha evolucionado el furgón comercial ligero de Citroen

Prácticamente 90 años han pasado desde que el C4 Fourgon se transformó en el primer vehículo de carga con una celda integrada.

Así ha evolucionado el furgón comercial ligero de Citroen

90 años separan al Citroën Berlingo de tercera generación recién presentado en Chile y al venerable C4 Fourgon, una variante del AC4, uno de los primeros modelos de la marca de los chevrones. Y es que este curioso furgón, basado en un auto de producción, sin querer queriendo, se transformó en el furgón de trabajo ideal, por combinar el manejo de un vehículo convencional y urbano, con una útil celda de carga, cerrada, unida a la cabina y con dos puertas batientes en la parte posterior. Desde entonces, que Citroën se ha mantenido a la cabeza en lo que se refiere a vehículos utilitarios urbanos, un invento netamente europeo y que dista bastante de las grandes camionetas y camiones que se generaron en el nuevo continente.

Esta máxima de vehículos derivados de plataformas urbanas se ha visto en prácticamente todos los modelos de la firma gala, incluso desde antes del C4. Y al repasar su historia, los atributos que hoy vemos tanto en Berlingo, como en otros comerciales, nos comienzan a hacer bastante sentido.

Un buen precedente de esta historia, es el modelo TUB/TUC de 1937, cuyos elementos mecánicos provenían del Traction Avant. Este se transformó en el primer furgón utilitario de motor, tracción y dirección delantera, con un inédito diseño monovolumen e incorporando una puerta corredera en su costado, elemento que hoy es prácticamente indispensable en todos los furgones comerciales livianos. El TUB/TUC, encontró un sucesor mucho más legendario, en la forma del furgón H de Citroën, modelos que se pueden considerar antepasados del Jumpy y Jumper.

Volvemos a la celda de carga, la cual nuevamente aparece en el icónico y eterno 2CV. Las primeras versiones de 1951 se denominaron AU Fourgonette y contaban con un motor más pequeño que el del 2CV convencional, aunque con una transmisión que compensaba la falta de fuerza, en el escuálido bicilíndrico de 375 cc. Solo podía alcanzar 60 km/h y cargar 250 kilos, suficiente para labores de poca exigencia, como mantenciones a maquinaria agrícola, florerías, reparto, carga refrigerada y más. Más adelante, en 1955, el motor recibió una actualización que coincidió con el cambio de denominación a AZU.

En este periodo, se incorporaron varias innovaciones, como la integración de una ventana lateral y el cambio de laminado corrugado a superficies metálicas lisas, las que permitían que las empresas pudieran rotular de manera mucho más atractiva y visible sus furgonetas. 

Finalmente, la 2CV fue modernizándose, al punto que perdió su denominación natural para pasar a llamarse Citroën 250 y Citroën 400 (según su capacidad de carga), con motores de 435 cc y 602 cc e incluyendo algunas versiones con asientos traseros, precursores de los modelos Berlingo Multispace. La mítica 2CV tuvo algunos hermanos, en forma de la Dyane y los modelos Ami6 y Ami8, los que perpetuaron la plataforma de la Serie A. Mientras el Ami6 y el Ami8 tuvieron versiones comerciales en la forma de hatchbacks con ventanas selladas, el Dyane incorporó directamente la celda del 2CV en su carrocería, pasando a llamarse Acadiane. 

La Acadiane, con el techo de la cabina más elevado, comenzó a hacer consideraciones en el apartado aerodinámico, algo en lo que los vehículos utilitarios no son muy buenos. Con un motor de 602 cc y una capacidad de carga de 480 kilos, se mantuvo en producción desde 1978 hasta 1987, tres años antes de que acabara la producción de la venerable 2CV.

La furgoneta 2CV, hoy un objeto de colección vendió 1,246,335 unidades entre 1951 y 1978. La Acadiane, su hermana moderna, produjo 235,393 en nueve años.

La consolidación de todo lo aprendido con estos modelos, llegó en 1984 con la llegada de la furgoneta C15, basada nuevamente en una plataforma de auto, como era el Citroën Visa de 1978. La estética anticuada de la Acadiane y el 2CV daba paso a una nueva carrocería muy moderna y mucho más integrada al diseño general del Visa. Se ofrecieron inicialmente dos versiones, una variante bencinera de 1.1 litros y una versión diésel de 1.7 litros. Según el motor, el C15 podía cargar entre 600 y 765 kilos, con un volumen estimado de 2,66 m3. El C15 se fabricó en la planta de Vigo, España, la misma de donde hoy salen muchos modelos del grupo PSA, incluyendo a la nueva Berlingo.

El C15 se produjo hasta 2006, casi 10 años después de que debutara la primera generación de Berlingo. Vendió 1.18 millón de unidades en 22 años, siendo considerada como una verdadera herramienta de trabajo, más que un furgón utilitario para emprendedores y trabajos técnicos, como fueron los modelos derivados del 2CV. Su motor diésel, rápidamente marcó el camino a seguir para la siguiente revolución en furgones comerciales.

En julio de 1996 nació Berlingo, utilizando el lenguaje de diseño que llevaba el Xsara y los componentes mecánicos del ZX. Se transformó en una revolución, puesto que no solo se postulaba como una van liviana de carga, sino que también un vehículo utilitario en su versión de pasajeros. Su diseño exterior fusionaba la cabina con la zona de carga, mientras que su interior, era prácticamente el de un auto de pasajeros. Debutó con motores 1.4 de 75 Hp y un motor turbodiésel de 1.9 litros con 71 Hp, con una capacidad de carga máxima que no pasaba de los 825 kilos.

En esta generación, se concibió a Berlingo para que incorporara propulsores de distinto tipo, incluyendo adaptaciones a gas natural y dos inéditas versiones, como fue el Berlingo Eléctrico y el Berlingo Hibrido (Dynavolt), anticipando lo que sucedería en unos 20 años más.

El modelo Multispace podía también ser dotado de una curiosa invención, las bandejas modulares Modutop, que permitían guardar objetos en la parte interior del techo, aprovechando su gran espacio interior. Incluso en los modelos de carga, el techo podía contemplar una abertura para poder llevar objetos más largos, idea que mutó en el programa Extenso, el que debutó en la segunda generación de Berlingo (fabricada en la base del C4 Picasso), con una cabina de tres asientos, donde el asiento del medio se transformaba en bandeja y el asiento del copiloto podía plegarse para poner objetos altos en la cabina o dar espacio para objetos con un largo de 3 metros.

Berlingo desde entonces ya va en su tercera generación, incorporando toda la alta tecnología que ha sido aprendida en años de experiencia con vehículos comerciales ligeros. Su versión de pasajeros, próxima a debutar en Chile, es un vehículo recreativo familiar con un enfoque multipropósito altamente mejorado y que lo hacen un modelo familiar idóneo para viajes y paseos. La carrocería aerodinámica e integral, los propulsores diésel, las soluciones en espacio y el confortable manejo de un modelo basado en una plataforma de uso particular, ya son cosas que hemos visto en otros furgones livianos actuales, pero que se le deben a Citroën, siendo Berlingo la mejor representación de lo que puede ser un vehículo de trabajo inteligente y realmente utilitario.

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