La marca Harley Davidson es ya una tradición de poco más de 100 años en el mundo de las motos, su éxito sin dudas es vender productos que evoque todo un estilo de vida que se ha quedado atrapado en una etapa del tiempo lo cual se traduce también en sus máquinas con mecánicas simples, pero confiables y que por supuesto exaltan el lado extrovertido de los dueños.
La gama VRSC (V-Twin Racing Street Custom) a principios del Nuevo milenio con la nueva V-Rod, una moto que rompería con todos esos años de tradición para traernos un diseño totalmente distinto y un motor que no por nada se llama Revolution el cual fue creado de la mano de Porsche, ofreciendo así sistemas inéditos como la inyección de combustible, árbol de levas y refrigeración líquida.
El motor V-Twin nos ofrece una cilindrada de 1250cc, con 145hp y un par motor de 115 Nm que van a parar directamente a la gigantesca rueda trasera por medio de una banda de transferencia de potencia. La V-Rod Muscle complementa su parte vital con una transmisión de 5 velocidades con clutch antirebote y una suspensión delantera de horquilla invertida y amortiguadores traseros de precarga ajustable.
El manejo
Como siempre los anteriores datos no sirven de mucho a menos que ofrezcan una buena experiencia de manejo y aquí es donde la Muscle entra en conflicto con su propia existencia. En general las motos Harley son cómodas para los viajes largos, pero en el caso de la V-Rod tendremos que acostumbrarnos a una posición diferente, con las piernas y brazos demasiado adelantados, algo que con el tiempo será sencillo.
Posteriormente contamos con un cuerpo muy largo y una tijera muy adelantada lo que hace que las maniobras en corto sean complicadas, además a esto debemos sumar sus 292 kg (en vacío). El manejo también se ve comprometido por el ancho de la llanta trasera (240/40R), la cual toma cualquier desnivel del camino para desbalancearnos.
Por si fuera esto poco el tanque de gasolina de 18.9 litros se muestra insuficiente para el sediento motor, por lo que las visitas a la gasolinera en viajes largos serán cotidianas.
Suena a que son puras malas noticias y que no es un buen producto, ¿no?, pues no, la V-Rod Muscle logra lo que todos los “harleros” requieren, llamar la atención con un sonido diferente, un diseño extrovertido y poderoso, así como una maniobrabilidad ya en el camino parecida a la de una moto deportiva.
La V-Rod Muscle, logra atrapar las miradas (y envidia) de las personas que le rodean, mientras que el piloto puede sentir el poder que se desencadena al mover la mano derecha del acelerador, una respuesta sobresaliente que gracias a su peso logra un manejo firme, pero que requiere toda nuestra atención y fuerza para dominar a este “animal.”
El anejo en carretera es uniforme y aun con su baja altura la suspensión hace un gran trabajo al no dejarnos sentir un golpeteo que acabe con nuestra espalda, así como un asiento de gran grosor que nos mantiene cómodos por mucho tiempo. Gran parte del buen manejo y capacidades dinámicas de la Muscle son por el tanque de gasolina ubicado en la parte baja del asiento y no en donde van todos los de la familia, con ello se beneficia un bajo centro de gravedad y por ello una mejor respuesta al curveo.
Existen cosas a las que podemos y debemos acostumbrarnos en la Muscle como es el manejo, la autonomía, las quemaduras en las piernas debido a los grandes escapes laterales e incluso a la sensación de falta de una sexta velocidad (no le caería nada mal). Pero la experiencia que nos brinda en su manejo dista mucho de sus hermanas de la marca con mecánicas más sencillas, la V-Rod Muscle es una máquina complicada de manejar pero una excelente moto cuando nos podemos adaptar a sus elementos.