Las calles de Chicago a finales de los años 20 eran el campo de acción y batalla de las afamadas bandas de gángsters, quienes se disputaban el dominio del mercado clandestino y el contrabando de alcohol, restringido por la entonces vigente “ley seca”. Por este motivo, contar con un vehículo que brinde protección de los disparos tanto de la policía como de los gángsters rivales, significaba una gran ventaja.
El tristemente célebre Al Capone fue más allá de infundir el terror entre sus pares de la época; su fama trasciende el tiempo y genera fascinación hasta el día de hoy, donde el interés que despierta su historia, ocasiona que su emblemático vehículo tenga una expectativa de venta de 500.000.00 dólares.
El automóvil en cuestión es un Cadillac 341, equipado con un V8 de 5.6L que eroga 90 HP, un caballaje endemoniado para un vehículo de 1928. Pintado con los colores de la policía de Chicago, contaba además con una sirena y radio propios, donde se interceptaban las comunicaciones policiales. Este esquema de colores verde y negro, sumado a la sirena, le permitía abrirse paso en el tránsito fácilmente al momento de escapar.
Pero no sólo del sigilo se valía Al Capone, este Cadillac cuenta con gadgets al más puro estilo Bond. Todos los vidrios del vehículo cuentan con una pulgada de espesor, con orificios que permitían a las ametralladoras Thompson escupir sus ráfagas de balas hacia cualquiera de los lados. Además, la pequeña luneta trasera es rebatible, dándole lugar para expresarse violentamente a los mafiosos del asiento trasero. Se sumaban los orificios en el piso, por donde podían esparcirse clavos, aceite y humo para despistar a los persecutores.
La potencia de este auto le permitía acarrear con los 1,300 Kg extra de blindaje, conformado por planchas de acero forrado en amianto distribuidas en los paneles laterales. El radiador contaba con protección extra, y el maletero en la parte posterior del vehículo era en realidad un tanque de combustible adicional con capacidad para 150 L, muy necesario, debido a que con sus casi cuatro toneladas de peso total, el consumo del vehículo se disparaba a 4,25 Km/L. Tan perfecta era su concepción, que hasta fue usado posteriormente por el presidente norteamericano Franklin Roosvelt para su protección personal.
Mira la galería con las fotos de este Cadillac que se subastará el próximo 28 de julio en la ciudad de Plymouth, Michigan.