Hace algo más de 20 años (1994) que hizo su aparición el Toyota RAV4, por entonces, un pequeño SUV de formas cuadriformes que destacaba por colgar la rueda de repuesto del portalón, una cualidad que le daba un claro aspecto de robustez. Desde entonces que el SUV mediano de la marca nipona se ha posicionado como uno de los favoritos del público chileno, premiando su excelente relación precio/producto, al punto de que hoy, es el líder del segmento de SUV, con más de 3.500 unidades vendidas en el año.
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La cuarta generación fue lanzada en el verano de 2013, y ya en noviembre pasado recibió una actualización de mitad de vida, dejando la gama compuesta por ocho versiones, cuatro de ellas con motor 2.0 litros y otras cuatro con el 2.5 litros, ofreciendo con ambos motores opciones con tracción delantera o total, y caja automática (la mecánica sólo se vincula con el motor de dos litros).
Características técnicas y mecánicas
Como sucede en la mayoría de los facelifts, la renovación de la cuarta generación está enfocada en la tecnología y en su apariencia. Continúa equipando los motores 2.0 litros VVT-i Dual
con 143 Hp y 187 Nm de par a 3.600 rpm, y 2.5 litros VVT-i Dual con 176 Hp y 233 Nm de torque a 4.100 rpm. Mientras el primer motor ofrece opciones mecánica de seis velocidades o automática CVT variable continua, el bloque grande sólo se asocia a una transmisión automática de seis velocidades. Dependiendo de la versión, el par se envía al eje delantero o a las cuatro ruedas de manera automática, con opción de bloqueo a baja velocidad.
Los niveles de seguridad son buenos para el segmento: airbags frontales y de rodilla, frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS y distribución electrónica de frenado, asistente de partida en pendiente, control de estabilidad, anclajes isofix y cámara de retroceso se hacen presentes de serie para proteger a los ocupantes. Según la versión se añaden airbags laterales y de cortina, sensores delantero y de retroceso, y control de descenso en pendiente.
El RAV4 sigue teniendo 4.605 mm de largo, 1.845 mm de ancho y 1.685 mm de alto (1.716 mm con barras), con 2.660 mm entre ejes, dejando capacidad para 577 litros en el maletero. La carrocería es GOA, una de las más avanazadas en materia de deformación progresiva.
El rediseño de la RAV4 muestra un look más sofisticado, aplicando el concepto Ken Look o "mirada profunda" que la marca ha incorporado en todos sus nuevos modelos, y que se distingue por un trapezoide invertido, una proa más aguda y faros delanteros que incluyen LED. Hay detalles en los parachoques que los hacen ver más aerodinámicos, se añaden molduras laterales y protecciones bajas, y las luces traseras también añaden tecnología LED. También hay nueva imagen en las llantas de 17 y 18 pulgadas.
Confort y habitabilidad
En el habitáculo, lo primero que podemos apreciar es que la calidad de ensamble y materiales es mejor, igualmente, el diseño del tablero, mucho más moderno, aunque sigue estando lejos de los referentes en materia de diseño interior: Mazda CX-5 y Kia Sportage.
Tanto la posición de manejo como la comodidad de los asientos son correctos, aunque lejos el gran plus que regala el Toyota RAV4 es su extraordinaria volumetría interior, siendo el líder del segmento de SUV de dos corridas de asientos. Las plazas delanteras son amplias, y las traseras son generosas en espacio para piernas, cabeza y hombros, permitiendo hasta tres adultos sin ningún problema.
Y si a eso añadimos uno de los mejores maleteros del mercado, con una gran accesibilidad debido a la baja altura del borde, tenemos un SUV con una clara vocación familiar.
En materia de equipamiento y tecnología hay varias novedades en este modelo. Toyota ofrece tres tamaños de pantalla de infoentretenimiento: 7" de entrada, 6,1" para las versiones medias, aunque con sintonizador de televisión, y de 8 pulgadas para las versiones más lujosas. Desde ella es posible gestionar la radio, los archivos de música, el teléfono y navegador, que no es de serie. También incorpora una segunda pantalla de 4.2 pulgadas justo en medio del velocímetro y tacómetro.
Todos los RAV4 incluyen aire acondicionado, mandos en el volante, sistema de infoentretenimiento de 7" con bluetooth y cierre centralizado con mando a distancia, además de lo que ya mencionamos en seguridad. Según la versión puede agregar llave inteligente con botón de partida, climatizador, tapiz de cuero, apertura eléctrica del portalón, sunroof, neblineros, control crucero y GPS.
Impresión de manejo
Uno de los grandes atributos de esta Toyota RAV4 2017 es el bajo consumo de combustible. La marca homologa 12,9 km/litro para el motor 2.0 y 12.2 km/l para la versión mayor. A nosotros nos rindió muy poco menos que eso, casi en los 12 km/litro. Y es que gracias al modo de conducción Eco presente por defecto antes de sobrepasar las 2.000 revoluciones, el gasto promedio es muy bajo.
Si se desea preservar la eficiencia de combustible en todo momento, es posible lograrlo presionando el botón Eco ubicado en la consola central (sólo disponible en las versiones Super Lujo). Lo que hace esta modalidad es revolucionar menos el motor entre cada cambio de marcha. En el otro lado de la moneda tenemos un modo Sport, que si bien no lo convierte en un SUV deportivo, permite una aceleración más eficaz al hacer más sensible el pedal del acelerador y realizar cambios de marcha más largos.
La suspensión de la RAV4 sería perfecta si no existieran los lomos de toro y baches en los calles. Afirma bien la carrocería y es capaz de amortiguar bastante bien cuando las imperfecciones no son tan grandes, pero a veces se siente que los amortiguadores no tiene la suficiente capacidad de absorción y pueden golpear, lo cual hace que la conducción no sea del todo cómoda. En cambio, algo que si debemos alabar es la perfecta insonorización del habitáculo.
En general, el trabajo de la transmisión automática y del motor de 2.5 litros está más orientado más a la comodidad que al dinamismo. No es el más pujante del segmento, pero sí ofrece una buena capacidad de empuje para este SUV, es suave de llevar y prácticamente no se sienten molestias. El motor 2.0 es igual de bueno, aunque la caja CVT no transmite nada de emoción. Sigue siendo un buen paquete para quienes busquen, esencialmente, rendimiento.
Volviendo al tema del consumo de combustible, el tanque de combustible de la RAV4 promedia una autonomía de casi 800 kilómetros, cifra que puede caer a 670 kilómetros en el caso que toda la conducción sea en ciudad.
Conclusión
El Toyota RAV4 es sin lugar a dudas una elección inteligente a la hora de elegir un SUV. No es el más potente, ni el más equipado, ni el más atractivo. Tampoco es el más lujoso, ni el más amplio, ni el que mejor anda. No siento que sea líder en ningún apartado, pero en general, es una de las mejores relaciones precio/producto del mercado de SUV medianos. Y su enfoque familiar es real, por seguridad, habitabilidad y confiabilidad.
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Una buena opción, sin duda, para quienes buscan algo así. Quienes quieran algo más emocionante hay mejores alternativas en el mercado.
Toyota RAV4 2016 a prueba