Quienes saben de autos y conocen algo la industria automotora mundial, saben que Skoda es parte del conglomerado Volkswagen y que, por lo tanto, sus modelos son réplicas mecánicas y tecnológicas de lo que ofrecen las otras marcas del grupo como Audi y Volkswagen.
Hay diferencias, obvio. El diseño es distinto, los materiales y terminaciones interiores no sin iguales, y la disponibilidad de tecnología de vanguardia suele quedar reservada para las marcas más aspiracionales del grupo. Pero básicamente, salvo por el logo, son lo mismo.
Esto nos hace pensar que si los autos son iguales, el problema de Skoda en Chile es el logo, o la marca si se prefiere. Porque no hay otra razón para entender por qué Skoda no es un éxito comercial en nuestro país, como sí lo es en Europa, China y en todos los mercados donde se comercializa.
Ofrece modelos atractivos y bien construidos, con mecánicas de última generación, con un dinamismo conductivo excelente, un alto equipamiento y precios más que competitivos. Como el más reciente lanzamiento de la marca en el país: el Scout.
¿Y qué es el Skoda Scout? Un práctico station wagon con el look outdoor de un SUV. Algo así como un Subaru Outback o un Peugeot 508 RXH, pero con el logo de la firma checa.
Está basado en el Octavia Combi, modelo que por cierto se vende en Chile y que ya probamos en Autocosmos, ofreciendo practicidad, versatilidad, tecnología y economía de combustible.
El diseño del nuevo Scout es elegante y robusto, con elementos propios de cualquier auto que pretenda pasar por SUV: un suspensión más alta para un despeje de 171 mm, molduras laterales plásticas, protecciones en las puntas y sobre los arcos de las ruedas, barras longitudinales en el techo, llantas de buen tamaño (17”) y, como elemento novedoso, un gancho de arrastre desmontable.
Mide 4.685 mm de largo, 2.017 mm de ancho (a los espejos), 1.531 mm de alto y deja entre los ejes 2.679 mm, medidas que aseguran la habitabilidad para cinco ocupantes adultos. La capacidad de carga también es notable: 610 litros bajo el cobertor, ampliable a 1.740 litros con respaldos abatidos, y espacio para objetos de casi tres metros de largo si se suma el lugar de copiloto.
El Skoda Scout se venderá en dos versiones con el mismo equipamiento, diferenciados por el motor. De entrada estará el 1.8 TSI gasolinero, que eroga 180 caballos de fuerza y 280 Nm de par (entre 1.350 y 4.500 rpm), mientras que como opción está el turbodiésel 2.0 TDI con 184 Hp y 380 Nm (entre 1.750 y 3.250 rpm). Ambos motores están asociados a una caja automática DSG de doble embrague y seis marchas, que envía el par a las cuatro ruedas.
Este sistema de tracción utiliza un embrague multidisco Haldex y es capaz de repartir el par automáticamente entre los ejes, desde 96% adelante a un 90% atrás, dependiendo de las necesidades de adherencia.
En materia de equipamiento, el Skoda Scout ofrece tapiz de cuero y alcantara, sunroof, portalón eléctrico, volante multifunción, sistema keyless con botón de partida, sensores con cámara de retroceso, ocho airbags, control de tracción y estabilidad, y modos de conducción preconfigurados para una mayor seguridad conductiva.
Apuntando directamente a los Subaru Forester y Outback como competidores, los nuevos Skoda Scout se venderán por $19.990.000 en su versión gasolinera, y por $21.990.000 para el diésel. Para 2020, la marca quiere tener el 10% del segmento, unas 350 unidades por año.