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Probando el Honda CR-V 2017

Estuvimos en México manejando la quinta generación del SUV mediano de la marca nipona, y estos son las conclusiones.

Probando el Honda CR-V 2017

La 5a generación la Honda CR-V debutó a mediados de 2016, poniendo a tono al SUV en materia tecnológica y de eficiencia, donde había cedido terreno a competidores más actuales. No sólo eso, también realza aquellos atributos característicos que la han convertido en una de las SUV favoritas en todo el mundo.

Desde su lanzamiento en 1995, la CR-V utiliza la misma arquitectura del Civic, y eso sigue ocurriendo ahora con esta nueva generación que está pronto a arribar al país. No sólo se construye sobre la nueva plataforma que debutara con la 10a generación del sedán compacto, sino que hereda las atrevidas líneas de diseño, angulosas y esculpidas.

La Honda CR-V 2017 llegará a Chile en algún momento de 2017, posiblemente con una configuración similar a la que ofrece hoy en día, con niveles de equipamiento, LX, EX y EXL, y opciones de tracción simple o total.

Lo novedoso es que ahora ofrecerá dos opciones de motor. De entrada estará el conocido bloque de cuatro cilindros i-VTEC 2.4 litros, mientras que para las versiones más alta estará disponible el 1.5 litros Turbo que debutara en el nuevo Civic.

 

Características mecánicas y de diseño

A simple vista, se ve que los trazos de diseño de la Honda CR-V 2017 están inspirados en el nuevo Civic, aunque es importante destacar que en este caso lucen menos arriesgados.

Las proporciones y silueta de la nueva CR-V no cambian demasiado respecto de su antecesora, pese a que creció 11 mm de largo (4.586 mm), y 3 mm de alto (1.657 mm). Más relevante es el aumento de la anchura, donde suma 35 mm (1.855 mm), y la distancia entre ejes, donde ganó 40 mm (2.660 mm).

La CR-V luce más moderna y sofisticada, en línea con las SUV urbanas tan de moda hoy en día. Pero en este caso puntual, gracias a los trazos agresivos y a una mayor sensación de anchura, gana un aspecto de robustez mayor, como para no olvidarse que la CR-V es un muy buen todocamino.

En la parte frontal encontramos la parrilla denominada Solid Wing Face, que incorporan otros modelos de la firma. En la zaga, en tanto, suma los grupos ópticos con trazos en “C” que nuevamente derivan del Civic.

Otros elementos a destacar son las luces que full LED, salidas de escape doble y llantas de 18” pulgadas, que le confieren una apariencia más deportiva.

Como novedad incorpora el motor de cuatro cilindros, 1.5 litros turbo de inyección directa que debutara en la familia Civic, aunque potenciado con 18 caballos y 23 Nm extras para erogar 188 Hp  y 242 Nm de par desde las 2.000 rpm.

En la versión de entrada se mantendrá el bloque de cuatro cilindros 2.4 litros, aunque con 184 Hp, siete más que la versión que se comercializa en Chile.

Todas las versiones se venderán con transmisión automática variable continua CVT, y con opción de tracción delantera o AWD.

En cuanto a seguridad, la Honda CR-V acaba de recibir el Top Safety Pick+ por parte de la IIHS norteamericana. Incorpora seis airbags, control de estabilidad, monitor de presión de neumáticos, cámara de retroceso y el Honda Lanewatch, una cámara instalada en el espejo exterior derecho que permite visualizar objetivos viniendo por el punto ciego, entre otros.

Asimismo, incorpora el Honda Driver Attention Monitor, un sistema que vigila el nivel de atención del conductor en cuatro niveles distintos, pudiendo indicar incluso que es necesario detenerse.

 

Confort y habitabilidad

Lo más llamativo en el habitáculo de la nueva CR-V 2017 es la mejora palpable de la calidad percibida, que si bien siempre ha sido destacada, en este caso eleva al modelo a un segmento superior.

No sólo se utilizan materiales de modelos premium, muy suaves al tacto, sino que la construcción, terminaciones y acabados son realmente llamativos y agradables.

Junto con ello, Honda elevó sustancialmente la insonorización del habitáculo, gracias al uso de más material aislante.

El diseño interior mantiene la forma en T, con un tablero horizontal y una consola vertical. Destaca en el centro una nueva pantalla táctil de 7", muy similar a la del Civic, con la diferencia de que se incluyó una perilla para el volumen, ausencia bastante criticada en el sedán.

El sistema de infoentretenimiento ofrece conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, así como una batería de tecnología de seguridad y conveniencia, incluyendo un navegador.

La palanca de cambios se mantiene en plataforma, sumando por el costado el botón del freno de mano eléctrico. Con eso, Honda logró liberar el resto de la consola para ofrecer grandes espacios libres para guardar cosas, tanto encima como dentro de una caja.

Frente a los ojos destaca un display digital que se puede personalizar según la información más relevante para el conductor.

La posición general de manejo es alta, incluso utilizando los botones para rebajar el asiento. Cómoda y espaciosa, desde la posición de manejo se obtiene un amplio campo visual hacia todas partes.

En cuanto a la habitabilidad, la Honda CR-V seguirá siendo el gran referente del segmento al ofrecer un espacio inmenso en la banqueta trasera, incrementado gracias al aumento en la distancia entre ejes. La máxima comodidad la obtienen dos pasajeros; un tercero instalado en la plaza central sufriendo con un asiento más firme y algo elevado cabe bastante bien de todos modos.

El maletero ha sido siempre y sigue siendo el gran líder del segmento con una capacidad de 1.065 litros hasta arriba, 65 más que la generación anterior. La CR-V ofrece una cortinilla para tapar la carga y una base muy baja, mientras que el portalón tiene un sistema de apertura y cierre automático mediante botón, e incluso con sistema manos libres.

 

Impresión de manejo

Conductivamente, esta quinta generación de la Honda CR-V realza aún más las cualidades que siempre ha tenido: confort de marcha y un alto dinamismo, considerando su condición de SUV.

Al cambiar de plataforma, rebaja el peso en más de 30 kilos (pese al mayor tamaño) y baja el centro de gravedad. Con esto, se consigue un muy buen aplomo en curvas, dando una muy buena sensación de seguridad.

La suspensión (McPherson y Multilink) ofrece una dualidad muy marcada: suave y confortable en malos pavimentos, firme y aplomada en alta velocidad. Termina siendo de lo mejor de la plataforma.

La dirección también es buena, firma y muy responsiva, con un tacto casi de nivel de sedán, lo que es raro en un SUV.

Respecto del motor 1.5 Turbo, también muestra una dualidad de funcionamiento, dependiendo siempre de la caja CVT, que en términos generales es lenta de reacciones.

Si se marcha en directa y se trata con suavidad el pedal del acelerador, tendrá un retardo en la respuesta, aunque nada que moleste de verdad. Cuando se coloca la palanca en modo sport y se acelera con más decisión, la respuesta será más rápida, aunque de ningún modo agresiva.

Los 188 caballos se notan, y no son pocos para mover la tonelada y media que pesa el SUV. Hay buen torque a bajo régimen, escaso turbolag, y una aceleración progresiva, entregando su mejor respuesta entre las 2.000 y 3.500 rpm.

El consumo es mucho mejor que el que da el 2.4 litros, en torno a los 11 km/litro en ciclo urbano, aunque la prueba la realizamos a 2.300 metros de altura en Ciudad de México, por lo que no es tan representativo de lo que marcará en Chile.

Nuevamente, lo mejor es el nivel de insonorización del habitáculo, realmente extraordinario.

 

Conclusión

Con la quinta generación de la CR-V, Honda presume de tener un producto que ha llegado a su madurez, tanto por diseño exterior, como por ambiente interior y una calidad de manejo sobresaliente, sin perder ninguna de las virtudes de versatilidad y practicidad que siempre la han caracterizado.

Definitivamente es una de las mejores de su segmento, y es la primera SUV de su clase en equipararse en confort y refinamiento a un sedán mayor o a un SUV de marca premium. En este caso, la nueva CR-V se parece más al Accord, que al Civic del cual deriva, y ese es el mérito de Honda.

La llegada del extraordinario motor turbo mejora no sólo su desempeño dinámico, sino que reducen sus niveles de consumo, que si bien eran destacados hace unos años, ya no podían competir con las versiones de dos litros que nutren a buena parte de su competencia.

Honda CR-V 2017: prueba de manejo

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