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Probando el Chevrolet Camaro ZL1 2017

Brutal, avanzado y muy efectivo, la versión más radical del Camaro es nuevo rey de los Muscle Cars.

Probando el Chevrolet Camaro ZL1 2017

La guerra de los Muscle Cars es una de las poquísimas que podríamos calificar de benéficas. Como todas las guerras carece de sentido, satisface el ego de las tres grandes de Detroit y su legión de seguidores a los que provoca orgullo saber que su modelo o marca favorita es superior, aun cuando sus necesidades de transporte los obliguen en la gran mayoría de los casos a buscar alternativas más amigables.

Esta interminable guerra también nos ha dado algunos de los vehículos norteamericanos más codiciados y legendarios, y sin temor a equivocarme, eso está llegando a su clímax. Ya sea para las versiones “normales”, es decir las de producción masiva y con precios iniciales relativamente accesibles, hasta las series especiales y más extremas, los Muscle Cars de la actualidad son como auto deportivo, los mejores de toda la historia, más allá de las preferencias particulares de cada uno.

El Chevrolet Camaro ZL1 2017 que hoy nos ocupa, se encuentra dentro de la realeza de los Muscle Cars, cortesía del motor V8 LT4 de 6.2 litros supercargado con 650 Hp y 881 Nm de torque. Por planteamiento mecánico, capacidades y exclusividad solo tiene un par de rivales: el Ford Shelby Mustang GT350 y el Dodge Challenger SRT Hellcat.

El ZL1 es 124 Hp y 300 Nm más poderoso que el Shelby GT350

Muchos podrán argumentar que el verdadero rival del ZL1 por parte de Ford será el muy misterioso y anticipado futuro Shelby GT500, ya que con 124 Hp  y 300 Nm de par menos, el Shelby GT350 se queda atrás del Camaro. 

Por su parte, si bien el Hellcat tiene 57 Hp más que el ZL1, ofrece una cifra de par idéntica y en el 0 a 100 km/h, su tiempo oficial es de 3,6 segundos, esto es 0,1 segundos más lento que que el Camaro, según datros aportados por Chevrolet.

Chevrolet Camaro ZL1, milagro de la tecnología

El motor V8 LT4 es nada menos que el mismo que conocimos en el Corvette Z06, como mencionaba con anterioridad eroga 650 Hp y 881 Nm de torque, exactamente los mismos números que el Z06, lo cual resulta increíble. Y es que en el pasado nunca hubiéramos creído que un Camaro tendría la autoridad de reclamar el mismo caballaje que el Corvette más poderoso de la gama.

La nueva caja automática de 10 velocidades fue desarrollada conjuntamente con Ford

Sin embargo, el Camaro ha probado ser una vaca sagrada por sí mismo para General Motors, con lo cual se ha hecho acreedor a este tipo de regalías.

La gran novedad, en todo caso, no es el motor sino la transmisión. Se trata de la nueva automática de 10 velocidades que GM desarrolló en conjunto con Ford y que ya conocimos en la nueva Ford SVT Raptor.

General Motors hizo algunos cambios en la puesta a punto que incluye engranes, válvulas y una gestión electrónica única para el Camaro ZL1. Con ello, la firma dice que es más rápida que la PDK de Porsche: 36% en el cambio de  1ª a 2ª, 27% de 2ª a 3ª y 26% de 3ª a 4ª.

La caja es espectacular, rapidísima. Además, en cierto sentido, pareciera que el Camaro ZL1 tuviera dos transmisiones. ¿Cómo es eso posible? Bueno, puesto que tiene relaciones muy cortas de la 1ª a la 6ª, es perfectamente capaz de funcionar con un enfoque 100% deportivo, mientras que la séptima tiene una relación más directa a manera de transición. Por último, las últimas tres relaciones tienen un ratio mucho más largo, lo cual es apropiado para proteger los consumos.

De hecho, la décima marcha tiene una relación más larga que la octava del Camaro SS, con lo cual en teoría el ZL1 podría girar a menor régimen y así gastar menos en velocidades de crucero.

Los neumáticos Goodyear Eagle Supercar 3 tienen un compuesto especial para el ZL1

La cosa no para ahí, el Camaro ZL1 no es nada más el binomio motor – transmisión que en verdad es excepcional. La suspensión fue completamente revisada, es más baja, evidentemente el sistema adaptativo en tiempo real Magnetic Ride está presente pero con un ajuste distinto, más firme. Que dicho sea de paso, no penaliza tanto la comodidad en la calle, salvo por el hecho de que el vehículo sí es más bajo.

Los neumáticos también merecen una mención aparte. Son inmensos, provistos por Goodyear Eagle Supercar 3, con un compuesto especial para el ZL1 y con 305 mm atrás. Se agarran como chicle con lo cual es capaz de enviar de manera efectiva los 650 Hp al asfalto.

El nuevo rey de los muscle cars… 

Si hiciéramos una analogía entre autos deportivos y herramientas, tendría que decir que el Chevrolet Camaro ZL1 es el martillo, es destrucción, brutal y al mismo tiempo muy placentero (esa extraña satisfacción que nos produce destruir cosas). Es muy diferente a la manera en que se maneja un Porsche. Si tuviéramos que definir a un 911, sería una pareja bailando ballet; atletas precisos, efectivos y elegantes. En contraste, el ZL1 es como una pelea de boxes: te golpea y pelea con la carretera, pero al mismo tiempo con una gracia y encanto innegables a su modo.

He de confesar que soy mucho más partidario de este enfoque del muscle car que el del Challenger Hellcat. Y es que aunque esos 707 Hp son hipnóticos y embriagadores, la perspectiva es demasiado agresiva, mientras que el Camaro ZL1 ya se coloca dentro de la realeza de los súper deportivos más exclusivos y prestigiados del mundo, ¿a qué me refiero?

Es más rápido en Nürburgring que un Porsche 911 Turbo S o un Pagani Zonda

Con un tiempo en Nürburgring de 7:29.06, es más rápido que los Porsche 911 Turbo S y 911 GT2, incluso que el costoso y exclusivo Pagani Zonda y que el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. Para ponerlo en contexto, contra lo mejor de su estirpe, es 3 segundos más rápido que el Shelby GT 350R, sí, el R. Esa edición extrema que emplea llantas de fibra de carbono y que perdió el asiento posterior para reducir peso.

El ZL1 infunde respeto, ¿da miedo ir a fondo? Sí. Es como un caballo indomable y si te confías demasiado podría matarte. La verdad no sentía esta sensación que combina emoción con terror desde que manejé el anterior y bestial Corvette ZR1. Sin embargo el Camaro ZL1 tiene mejores maneras, se comporta mucho mejor y es menos nervioso, mis felicitaciones a Chevrolet ya que hoy por hoy, el ZL1 es el rey de los Muscle Car.

Los modos de manejo que ya conocemos están presentes: Normal, Sport, Track y Snow. Sin embargo, a diferencia de muchos otros vehículos, que cuando seleccionamos los modos deportivos el pedal del acelerador se hace mucho más sensible y rápido de respuesta, en el Camaro ZL1 es justo al revés, ya que de lo contrario sería demasiado agresivo y difícil de controlar. En su lugar, el ZL1 dosifica un poco la respuesta del pedal para permitir al conductor aprovechar mejor la potencia y obtener un manejo más fino y efectivo. Claro que aquí también entra en juego el Diferencial Electrónico de Derrape Limitado, que pareciera hacer magia para gestionar eficientemente tanto poder bajo cualquier condición.

Por su parte, los frenos que parecen incansables están firmados por Brembo son de 15,4 pulgadas adelante y 14,4 atrás, con pinzas de seis pistones adelante.

Diseñado en el túnel de viento

El ZL1 evidentemente es un Camaro de sexta generación, sin embargo, los ingenieros de Chevrolet invirtieron más de 100 horas en el túnel de viento para lograr las mejoras necesarias tanto en términos de enfriamiento como de aerodinámica que esta versión necesita.

Los ingenieros de GM invirtieron más de 100 horas en el túnel de viento

GM realizó un complejo trabajo de diseño para garantizar que el V8 del Camaro ZL1 no se calentara jamás, cuenta con disipadores, radiadores, inmensas entradas y salidas de aire (como la de la parte superior del capó) que están para evitar que eso suceda. Antes se acabarán los neumáticos e incluso los frenos, pero este 6,2 litros supercargado no se va a sobrecalentar, eso es un hecho.

Por su parte, las llantas de 20 pulgadas son más ligeras, mientras que en la parte posterior encontramos un gran alerón para incrementar la carga aerodinámica en altas velocidades.

Cabina conocida

Puertas adentro, el Camaro ZL1 es virtualmente idéntico al resto de la gama, es decir se mantiene el reducido habitáculo en el que prácticamente no cabe nadie, con una calidad de materiales y ensamble muy superiores a su predecesor, aunque todavía con detalles que podrían ser mejores.

Las diferencias en relación con sus hermanos menos potentes empiezan por el volante forrado en alcántara con pespuntes en color rojo, con la parte inferior chata, y en donde lleva inscrita la palabra “Fifty” que hace alusión a los primeros cincuenta años del modelo.

Por su parte, los asientos firmados por Recaro, y que dicho sea de paso ofrecen excelente sujeción lateral, están forrados en una combinación de cuero y alcántara, manteniendo el mismo patrón de costuras rojas, lo que también se repite en paneles de las puertas y parte central del tablero que también van en alcántara. Adicionalmente, los cinturones de seguridad son rojos.

Asientos Recaro forrados en cuero y alcántara, cinturones en color rojo y alcantara en el volante, las puertas y en el tablero lo diferencian

Sin embargo, el plástico de la consola central es duro y de tacto bastante áspero, no es agradable aunque ya estamos acostumbrados en Chevrolet. Adicionalmente, me habría gustado la incorporación de insertos en fibra de carbono para fortalecer la imagen deportiva de la cabina.

Ofrece los mismos elementos de diseño y confort que tan bien recibidos fueron en el Camaro Six, como los enormes diales ubicados en la periferia de las salidas de aire centrales y que sirven para regular la temperatura del climatizador bizona o los mandos al volante.

La pantalla ubicada en el cuadro de instrumentos ahora cuenta con un apartado denominado “Performance”, en donde se pueden observar aspectos como las fuerzas G, tiempos de aceleración de 0 a 100 y a 200, Tiempo de Vueltas, estado de los neumáticos, etc.

Pasando al sistema de infoentretenimiento, tenemos el ya tradicional Chevrolet MyLink con pantalla táctil de 8”, un sistema muy fácil de utilizar que tiene una interfaz muy similar a la de cualquier Smartphone o Tablet y desde donde podemos controlar: navegador, teléfono, audio y demás ajustes.

Adicionalmente, gana una aplicación denominada Performance Data Recorder y que permite grabar los tiempos en pista con telemetría, para luego en la computadora analizar los resultados y así poder mejorar tanto tiempos como técnica.

Conclusión

La guerra de los muscle cars está en su momento crítico, y todavía faltan algunas manos por jugarse. Es cierto que el Dodge Challenger SRT Demon, con sus 840 Hp, levanta con autoridad la mano como candidato a nuevo rey del segmento, pero es importante aclarar que por muy impresionante que sea – y vaya que lo es –, el Demon está hecho especialmente para el cuarto de milla, por lo que su desempeño en carreteras y circuitos va a estar lejos de ser el mejor.

En contraste, el Camaro ZL1 fue desarrollado con el objetivo de ser tremendamente efectivo no solo en un pique, sino también en una carretera sinuosa y en un circuito de carreras, un acercamiento más parecido al de Ford con el Shelby GT350. Sin embargo, en la práctica, el Chevrolet se lleva una contundente victoria, simplemente es muy superior y mi Muscle Car favorito… Por lo menos mientras vemos la próxima jugada de Ford y Dodge.

La duda que nos queda ahora es si llegará alguna vez a Chile. Considerando que GM lanzó el año pasado el Camaro Six, el descapotable y la edición especial 50 Años, bien podríamos pensar en que se va a animar a ponerlo a la venta en el país.

 

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