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Probando el Mercedes-Benz Clase A 2017

El compacto alemán se actualiza y muestra una clara mejora en aquellos aspectos donde fue criticado con anterioridad, salvo en la extrema dureza de su andar. Cuestión de gustos.

Probando el Mercedes-Benz Clase A 2017

Lanzada hacia fines de 2012, la Clase A de tercera generación le significó a Mercedes-Benz abrir una puerta hacia un tipo de cliente nuevo y más joven, que hasta entonces parecía cerrada para sus modelos. Según datos de la marca, dos de cada tres Clase A vendidos fueron a un cliente que nunca había tenido un Mercedes-Benz, y eso es sinónimo de éxito absoluto.

La nueva Clase A y su bella silueta cautivó a quienes buscaban una alternativa al Audi A3 y a la Serie 1 de BMW en el segmento de los hatchbacks compactos, ofreciendo un diseño agresivo, una alta percepción de calidad y una conducción deportiva.

Sin embargo, e independiente del enorme éxito comercial que ha tenido, la marca aprendió rápidamente que habían cosas por mejorar en su modelo de entrada: el sistema de infoentretenimiento era demasiado básico para una marca premium, el espacio interior se siente ajustado en las plazas traseras y, sobre todo, la extrema dureza de su andar no cautiva a todo el mundo, por muy joven y moderno que sea. Mal que mal, todos manejamos diariamente en la ciudad, y en un auto duro, esto puede resultar un infierno.

A principios del año pasado, la marca incorpora en el mercado una actualización de mitad de vida del compacto, que afectó a los motores, equipamiento y al diseño, modelo que es el que nos atañe en esta prueba.

 

Las mejoras del Clase A

Los cambios en el exterior son bastante leves, mal que mal, el espectacular diseño de la Clase A fue el principal motivo por el cual fue tan exitoso. Entonces, unos retorques bastaron para mejorar el aspecto.

Hay modificaciones en el parachoques delantero y trasero, en los focos y en las salidas de escape. Las luces ahora son LED, y el diseño de las llantas son más atractivas. Para finalizar, Mercedes-Benz incorporó algunos nuevos colores para la carrocería.

En el habitáculo hay nuevas aplicaciones decorativas y tapizados de asientos, mientras que el mayor cambio visual está en los marcadores, heredados del CLA.

Pese a que la marca incorporó una pantalla central de 8", a Chile sigue llegando la anterior de una pulgada menos. Eso sí, además de lector de CD, puerto USB y conexión a bluetooth, ahora añade integración de smartphone a través de Apple CarPlay, desde donde es posible manejar aplicaciones como Mapas, Spotify y la interacción con Siri. Pendiente sigue la integración de dispositivos Android, mayoritarios en nuestro país.

En el caso de nuestra unidad testeada A250 Sport, incorpora un paquete AMG Line, que incluye un kit estético deportivo compuesto por faldón delantero y trasero, embellecedores laterales, molduras de color rojo, llantas de aleación de 18" con 5 radios dobles, parrilla frontal con diseño diamantado y salidas de escape dobles cromadas.

Asimismo, y como con todos los Clase A con kit AMG, la altura de la carrocería fue rebajada y los cálipers de freno son de color rojo, consiguiendo una estampa muy agresiva. Diríamos que sigue siendo el compacto premium con el look más deportivo del mercado.

 

Habitabilidad controlada

La Clase A nunca ha sido el compacto premium más confortable del mercado ni tampoco el más amplio, y eso no cambia con esta actualización. Mide 4.299 mm de largo, 1.780 mm de ancho y 1.433 mm de alto. Así, tanto el Audi A3 Sportback como el BMW Serie 1 y el Volvo V40 son más grandes de tamaño. El primero gana en 11 mm, el segundo en 30 mm y el tercero en 71 mm.

Sin embargo, de todos ellos es el que ofrece una mayor distancia entre ejes, con 2.699 mm, con lo que puede transportar a cuatro pasajeros adultos. Sin embargo, por causas del diseño general del auto y de los asientos, no es cómodo para subirse ni bajarse (hay que cuidar la cabeza en las plazas traseras), y la visibilidad que se logra desde el puesto de manejo es deficiente, especialmente hacia atrás.

Otro punto en contra es el maletero, que con 341 litros de capacidad es apenas suficiente para llevar bolsos y algunas maletas. El A3 tiene casi 40 litros más y el Serie 1 20 litros adicionales.

Ahora bien, el habitáculo del Mercedes-Benz Clase A da una mejor impresión visual y de tacto que sus competidores, y esa ha sido siempre el arma de ataque de la marca de Stuttgart. La presentación y terminaciones son lucidas, aunque hay algunos contrastes en la calidad de los materiales. Por una parte tenemos piezas elegantes y de gran tacto, como el tablero en general y las puertas. Por el otro, algunos plásticos son menos cuidados en la parte baja de la consola, aunque están fuera del alcance de las manos.

La posición de manejo es correcta y con énfasis en la deportividad. Todos los mandos están a la mano y el volante tiene ajuste suficiente para quedarle bien a cualquier conductor.

Los asientos del A250 Sport son deportivos y con cabezales integrados, sujetan bien el cuerpo y no dan sensación de encierro, como sí ocurre con otros de similar diseño.

 

El paquete mecánico

En esta prueba manejamos la versión A250 Sport, equipada con un motor gasolinero de cuatro cilindros, 2.0 litros, con inyección directa y turbo, que eroga 218 caballos de fuerza y 350 Nm de par entre 1.200 y 4.000 rpm, asociado a una caja automática 7G-DCT de doble embrague.

BMW no ofrece en Chile el 125i con 224 Hp (tiene el 120i y el 135i), por lo que no hay un competidor directo del A250. Audi, en tanto, sólo cuenta con un 2.0 TFSI de 190 caballos, y aun así es más caro que el compacto de Mercedes-Benz.

Como elemento destacado de esta versión está el tren de rodaje deportivo firmado por AMG, que no sólo ofrece una altura rebajada y una dirección con tacto deportivo, sino una suspensión firme y extremadamente dura para nuestras calles.

Como novedad se agrega el Dynamic Select, un configurador de modos de conducción que modifican el funcionamiento del motor, la transmisión automática, la dirección y el climatizador, con modos predefinidos Comfort, Sport, Eco e Individual.

Respecto de la conducción, dijimos que el A250 Sport es demasiado duro para nuestro gusto, pero dadas las ventas del auto, pareciera que no es un problema para los clientes de Mercedes-Benz. La merma de confort en malos pavimentos es notable, pero también en aquellos caminos con ondulaciones, donde esta Clase A realza cada uno de los vaivenes de la carrocería, generando algo de molestia en los pasajeros de las plazas traseras.

Como contrapartida, destaca la gran agilidad de reacciones y la alta conexión que se logra entre el auto y la carretera cuando se va en velocidad sobre un buen pavimento, con un tacto exquisito de dirección y mucha precisión de manejo.

Los cambios de apoyo en curva son rápidos, con balanceos y cabeceos mínimos y muy controlados para evitar desacomodos, y reacciones previsibles y fáciles de llevar. Es un auto noble y sencillo de conducir. 

Diríamos que tiene una de las mejores direcciones que hemos probado en este tipo de auto, por cómo transmite la información al conductor, por la forma en que aísla la transferencia del par al eje delantero y cómo reacciona a los cambios de sentido.

En carretera y en velocidad es donde se justifica el paquete AMG, logrado a la perfección para exprimir el tren motriz, que si bien no es el más ágil que hemos probado, se maneja extremadamente bien en régimen bajo y medio, lo que hace que las reacciones sean más rápidas de lo presupuestado.

Es un hatchback deportivo sin lugar a dudas, aunque algo de equilibrio no estaría tan mal. Después de todo, los autos de conducen principalmente en las ciudades.

 

Equipamiento para el mundo

Quizás si el gran punto diferenciador del Mercedes-Benz A250 Sport con otros modelos de precio similar es el abundante nivel de equipamiento que ofrece.

En materia de seguridad debe ser el líder del segmento indiscutido con su sistema de advertencia y asistencia de colisión frontal, airbags frontales, laterales, de cortina y de rodilla para el conductor, control de tracción y estabilidad, frenos Adaptive Brake con función de llenado anticipado y de frenos secos en lluvia, freno de estacionamiento eléctrico, aviso de presión en neumáticos, sistema de alerta por cansancio, ParkTronic (asistente de estacionamiento).

En confort incluye luces Full LED, control crucero, techo corredizo, tapiz de tela/cuero, sensores de estacionamiento con cámara, sensor de lluvia, sistema de audio con display de 7", bluetooth y climatizador.

 

Conclusión

El Mercedes-Benz Clase A es un compacto soberbio por muchas razones: diseño juvenil y moderno, equipamiento de seguridad sobresaliente, motricidad eficiente y gran relación precio/producto.

Sin embargo, nuestra versión A250 Sport es para paladares especiales solamente, para aquellos que no les importa sufrir por la ausencia de confort en pos de conseguir una deportividad exacerbada. Y esa es la respuesta a una decisión de compra.

Por cierto, el precio es muy competitivo: $23.990.000 para esta versión deportiva y muy equipada, desde $17.490.000 para el A200 mecánico, que es el desde.

 

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