Ya habiendo detallado todas las especificaciones que comprende la Clase X de Mercedes-Benz, vamos con un reporte que es un poco más personal, pero con la idea de poder ilustrar lo que fue la experiencia de ponerse al mando de la primera camioneta Mercedes-Benz del segmento de 1.1 toneladas, de la cual sé que hay muchas dudas y donde he leído hasta el cansancio las bromas con respecto a que es "solo una NP300 con nueva insignia". Les puedo asegurar lo muy equivocados que están.
On-Road: X250 d 4MATIC Power
El primer día de pruebas consistió en una larga ruta de carretera y autopista desde el Hotel W en Vitacura hasta la zona de Santa Cruz, donde se encuentra la Viña Vik. Posteriormente regresaríamos para finalizar la prueba en la Viña Santa Rita, en las afueras de Santiago.
Nuestro primer encuentro con las Clase X fue directo en el hall del hotel, donde las camionetas se iban juntando y se nos iban asignando según disponibilidad. Llama la atención la variedad de colores escogida, con colores tan exuberantes como el Limonite Yellow (el color del conceptual) y el Danakill Red, hasta tonos más elegantes como el Granite Green, un verde muy oscuro y la clásica paleta de grises, negros (como fue nuestra unidad, Kabara Black, de apariencia casi liquida) y blancos, que, conociendo al consumidor chileno, serán las unidades más vendidas. El diseño de la camioneta te hace olvidar rápidamente la herencia de Nissan, puesto que la imponente parrilla de Mercedes Benz toma mucho protagonismo. Los paneles de las puertas han sido revisados en la sección de las manillas, removiendo el pliegue que demarca dicha zona y que es un rasgo típico de la NP300 y de la Alaskan, optando por una superficie completamente lisa y limpia. En la zaga, los delgados conjuntos ópticos y la estrella, en la mitad del portalón, dan una nota de minimalismo única, que se aleja notablemente del estilo que usualmente tienen estas camionetas, con grandes focos posteriores e insignias.
El interior, en nuestro caso la versión Power tope de línea, tambien muestra rasgos atípicos para una camioneta, especialmente por su distribución alargada, la pantalla flotante y la limpieza en el orden de los instrumentos. Salvo el selector de la tracción, desde los botones auxiliares hasta el revestimiento del techo, todo es completamente Mercedes. Si, encontramos algunos polímeros duros, pero recordemos que finalmente esta es una camioneta y tal como la Sprinter o la Vito, es algo obviable. El confort de los asientos, el tacto del volante, todo se aleja de lo mundano.
Lo principal que sacamos en esta prueba tiene que ver con tres cosas, la primera, aparente apenas llevábamos dos cuadras de recorrido enfrentándonos al trafico habitual del barrio buscando la salida hacia la autopista, que tiene que ver con el enorme trabajo de insonorización. Mercedes ha reforzado puntos estructurales en la cabina, mejorados algunos paneles y aplicado espumas, gomas y superficies aislantes en todos lados, incluyendo el cortafuegos y el túnel de la transmisión. La caja manual funciona con cables en lugar de anclajes mecánicos directos, lo que ayuda enormemente a la suavidad, al no transmitir vibraciones hacia el interior. El resultado es notable, bajando considerablemente los decibeles que se cuelan al interior, especialmente cuando hablamos de un motor diésel que tiende a hacerse más presente.
En carretera lo segundo, tiene que ver con la calidad de rodado, especialmente el tren trasero, el cual fue reforzado y cuenta con 20 mm extra de despeje (al igual que el tren delantero) sobre los modelos europeos, añadiendo suavidad al recorrido. Este esquema de barra solida con acoples multilink y espirales, que ya conocemos de sus hermanas, fue bastante mejorado en su afinamiento y hace un aporte enorme en el agarre, sensación de seguridad y en asentar el cajón trasero, que como se sabe, cuando se viaja sin carga, la cola al ir muy liviana tiende a sacudirse en ciertas condiciones. Gracias a este trabajo, la estructura se siente conectada completamente a la carrocería y se da una sensación como de SUV, más refinada.da.
La tercera, es el confort interior. Las camionetas, por muy renovadas que sean, no siempre son el medio más confortable para hacer grandes viajes, sin embargo, con la Mercedes es distinto. Después de prácticamente un día completo de manejo, el cansancio por postura no era muy aparente.
Por lo demás, el motor Biturbo de 190 Hp de partida se siente contundente, pero Mercedes ha logrado que en marchas más altas se sienta muy liviano y desatorado. La caja de cambios no es la más rápida, pero trabaja de manera inteligente y no presenta mayores errores en la elección de marcha, cuando se le pide.
Algunas cosas que no nos gustaron tienen que ver con la falta de mayores espacios portaobjetos y la ausencia de Apple CarPlay en el sistema multimedia Comand Online, si bien no hubo problemas de uso con el Bluetooth y el GPS incorporado, rápido y legible.
Off-Road: X250 d 4MATIC Power
El segundo día de pruebas se concentró en las aptitudes trialeras de la camioneta. Utilizando una pista de tierra con muchas pendientes, gradientes, un paso con agua y eventos complejos, la Clase X sacó a relucir su potencial. Sin ningún esfuerzo y ayudándonos de la tracción o del control de descenso, la camioneta trepó sin dolor. Incluso, ya como relajo, usamos las cámaras 360 para poder ver su capacidad de vadeo, las que tienen una resolución ostensiblemente mejor que la que hemos visto incluso en autos de lujo y las que perfectamente se podrían habilitar para grabar (como hace Citroën con la ConnectedCam del C3). Una curiosidad de esta prueba fue que la realizamos con un modelo para el mercado sudafricano, con el volante a la derecha.
La insonorización y suavidad que habíamos percibido en asfalto, se vuelve a notar en la terracería, permitiendo una conducción limpia y una sensación de que la camioneta no necesita esforzarse mucho para enfrentarse a terrenos difíciles.
Sin embargo, la prueba de fuego estaba por venir...
Demostración: X350 d 4MATIC - Preproducción
Mercedes-Benz trajo a Chile dos unidades de pre-producción de la nueva X350 d, impulsada por un motor de origen Mercedes, un V6 con 258 Hp y más de 500 Nm de torque, asociado a una caja automática 7G-Tronic Plus con 5 modos de manejo y un sistema de tracción 4MATIC inteligente, de menor complejidad mecánica que en los cuatro cilindros, pero más sofisticado para su uso recreacional, como pudimos también notar.
Al mando de dos instructores, la pista consistió en un serpenteante trazado de asfalto que básicamente es el acceso al recinto de Santa Martina (que para quienes no han ido, es un camino bastante peligroso de ir muy rápido) más una zona off-road con largas trepadas de tierra y de una complejidad un poco más baja que en la prueba anterior, pero donde el tren motriz mostró absoluta suavidad y una entrega progresiva de potencia, asi como un nivel de tracción de poco patinaje y fácil encuentro del grip deseado.
Y fue aquí, en esta prueba mixta donde la Clase X mostró su potencial. Logrando velocidades superiores a 100 km/h en tramos revirados y sin control de tracción, los instructores atacaron cada tramo de asfalto como si se hubiesen olvidado que es una camioneta. Exhibiendo un muy controlado nivel de transferencia de masas, una capacidad de frenado optima y un agarre alucinante (porque no hay otra palabra para describirlo), la camioneta se transformó prácticamente en un GLC. Hacer esto con cualquier otra camioneta (incluyendo sus hermanas) sería imposible sin un seguro de vida firmado, un pañal o un balde de por medio, pero aparte de lo emocionante, el nivel de seguridad que entrega el manejo de esta camioneta en estas condiciones, llevadas al extremo, habla del nivel de desarrollo que Mercedes ha impuesto sobre esta plataforma, puliendo un producto que ya estaba consolidado y llevándolo al estándar que merece cualquier producto que se digne a llevar la estrella de la marca alemana en el frente.
Sin dudas, la Clase X de Mercedes-Benz apuesta a elevar el nivel del segmento, entregando valores que no estábamos acostumbrados a ver en este tipo de vehículos. Es una apuesta arriesgada, en el sentido que las camionetas premium usualmente corresponden a un tamaño full size. Nosotros, después de probarla completamente, le damos nuestra completa aprobación. Llegará tarde al segmento, pero lo hace por la puerta grande.