De Mercedes-Benz podemos decir que es una marca tradicional, de lujo y distinción, y a lo largo de los años se ha reinventado con mucho éxito. Toda gran historia automotriz viene llena de descubrimientos, fallas, aciertos y esos vericuetos para obtener un producto que brille para siempre. En ese espíritu, la marca alemana prepara para el Salón de Detroit 2018 una nueva generación muy esperada, la del Clase G.
Más allá de que se lanzó en 1979, la idea de crear el Clase G por parte de Mercedes-Benz nació en 1972, una época turbulenta en lo político y social tras los ataques terroristas durante los Juegos Olímpicos de Münich, sumado a una revolución en el sector automotor. Porsche lanzaba la segunda generación del 911 Carrera y BMW multiplicaba sus ventas tanto de autos como de motos, así que Mercedes-Benz debía tener algo para no quedar atrás.
Un año más tarde, la compañía germana unió esfuerzos con Steyr-Daimler-Puch AG y acordaron conjuntamente desarrollar un todoterreno para uso privado. Como en todo proceso, la primera fase fue la más difícil, ya que ante la gran lluvia de ideas, se discutieron varias propuestas, y finalmente prevaleció la de crear una SUV robusta y con capacidad todoterreno prácticamente ilimitada. Esta última cosa puso a sufrir a más de un ingeniero, ya que el Clase G debía tener una caja de transferencia sincronizada que bloqueaba el diferencial por completo. Por eso decidieron basar el Clase G en un “ladder type frame”, que podría soportar múltiples variantes.
En 1973, Mercedes presentó un modelo de madera a escala 1:1 y comenzó a probar prototipos un año más tarde. En 1975 se realizó un segundo estudio de viabilidad e incluso el Sha de Persia, accionista mayoritario de Daimler-Benz, expresó interés en una versión militar. De hecho, el mandatario iraní pidió 20.000 unidades, pero éstas nunca llegaron a su destino, debido a la Revolución Islámica conducida por el ayatolá Jomeini. Eso no impidió que varios gobiernos empezaron a solicitar el Clase G para sus propios ejércitos y a su vez, este modelo fue Papamóvil.
La Clase G de Mercedes-Benz entró en producción en 1979. Estaba inicialmente disponible como un convertible con una distancia corta entre ejes o un Station Wagon. También se alcanzó a construir una variante militar con una larga distancia entre ejes y un techo de lona. En esa época se ofrecieron cuatro motores para el Clase G, que incluían uno diésel de cuatro cilindros con 71 Hp y otro de cinco cilindros con 87 Hp. Las opciones gasolineras consistian en un motor seis cilindros, con 148 Hp y dos cuatro cilindros con 89 Hp y 99 Hp, respectivamente.
Habrá que esperar hasta enero de 2018 en el Salón de Detroit para saber con qué nos sorprenderá la casa alemana, pero conociéndola, seguro será un vehículo increíble.
Mercedes-Benz Clase G 1979