Durante un muy buen tiempo, las operaciones de GM en Corea fueron fundamentales en la estrategia de la marca del corbatín. Sin especificar fechas, pero si miramos hacia atrás, Daewoo siempre fue una pequeña base del gigante norteamericano en el creciente mercado coreano. Tanto los Daewoo Racer como el Espero, tenían sus raíces en productos de GM, específicamente de Opel, como el Kadett y el Ascona, y si bien Daewoo tenía otros joint-venture, GM siempre fue la mano más fuerte, al punto que finalmente absorbieran la marca para transformarla en GM Korea.
De dicha alianza aparecieron todos los grandes conocidos de GM en mercados como el nuestro. El Spark GT, el Aveo, el Optra, el SUV Captiva y el crossover utilitario Orlando, así como el Sonic y el Tracker, son todos herederos de Daewoo. Entonces ¿qué sucedió?
Corea, pilar fundamental de los productos globales de GM siempre fue un territorio inestable, tanto por un cambio volátil como por las demandas de los trabajadores. A eso hay que sumarle la feroz competencia de Kia y Hyundai. Y mientras esto se acrecentaba, GM se embarcaba en nuevos proyectos, especialmente lo que era la reestructuración y el cierre de las plantas de Holden en Australia, las nuevas plantas en India (de donde se comenzó a fabricar el Spark) y claramente el punto más importante de todo esto, la alianza de GM con SAIC en China. Todas estas cosas han hecho que las prioridades se trasladen a otros sectores más estables y rentables. Además, importantísimo en la historia es considerar que Chevrolet abandonó el mercado europeo hace cerca de un año. Podríamos incluso citar a Opel, como guinda de la torta, tras su traspaso al Grupo PSA.
La situación que atraviesa GM Korea no es muy prometedora, considerando que el comunicado de prensa emitido por el grupo deja leer entre líneas que esta situación podría tener un final infeliz, aunque claro, no sin antes intentarlo una vez más. Con la producción del Cruze en Estados Unidos y China y la descontinuación del Orlando, la planta de Gunsan ha bajado su capacidad de producción, corriendo a su 20% por los últimos 3 años, razón por la cual es necesario cortarla de raíz para seguir evitando perdidas por operación. Hacia febrero y marzo tambien se prevén otros cambios y recortes estructurales, de modo así poder recuperar las inversiones y revitalizar a este puntal.
A la fecha GM Korea vende cerca de 132.000 unidades en el país y exporta casi 3 veces esa cantidad a otros mercados, donde estos productos se posicionan en la gama más accesible de General Motors (todo lo que queda bajo el Cruze Turbo). Y los autos que no son producidos en Corea, se exportan como kits a otros países para su armado, como es el caso del Spark.
Cerrando la planta de Gunsan, GM debería desembolsar cerca de 850 millones de dólares, entre lo que se incluye hacerse cargo del inmueble y compensaciones para los empleados. Un gasto grande, que podría recuperarse más adelante, si la estrategia funciona. Aunque claro, con la transferencia de capital y de tecnologías desde Corea hacia China, podría ser que, en un futuro, la alianza GM-SAIC termine por absorber todas las operaciones asiáticas de GM y con GM Korea cerrando sus puertas.