Vende tu auto
Test drive

Probando el Porsche 911 Carrera T 2018

Desde California, Porsche nos deja darle una probadita a un 911 bastante particular, el 911 T (Touring), un auto pensado para los puristas, pero que se encuentra al otro extremo de los modelos RS.

Probando el Porsche 911 Carrera T 2018

Que Porsche se las arregló para crear una versión más de su brillante 911 ya no es novedad, mucho menos lo es que ésta, tiene una personalidad propia y características únicas que la diferencian de las otras 22 diferentes variantes ya existentes. Sorprendentemente, el fabricante de Stuttgart ha demostrado una y otra vez cuan versátil puede llegar a ser el mejor deportivo del mundo, desde un Gran Turismo refinado, poderoso, divertido y cómodo como los Carrera y Carrera S, hasta el deportivo más radical y efectivo para la pista como los GT2 RS y GT3 RS.

El más nuevo integrante de esta familia del más alto pedigrí es nada menos que el 911 Carrera T (la T es por Touring), que podríamos definir como una versión con el mismo espíritu del GT3, pero sin demandar ese nivel de inversión. Entonces se trata de un 911 pensado para aquellos que disfrutan la conducción deportiva en serio, es más ligero y simple, si es que la expresión cabe en un Porsche moderno.

Todo un Frankenstein

Otra manera perfecta para definir a este nuevo Carrera T sería nombrándolo simplemente como un Frankenstein y es que lo que realmente hizo Porsche fue elegir distintos componentes y tecnologías de las que ya existen en otros modelos y aplicarlos a este para lograr así una nueva y brillante creación.

Empecemos entonces por el motor, cedido por el 911 Carrera y por lo tanto el menos potente de la gama, se trata del B6 de 3.0 litros turbo que entrega 370 hp y 449 Nm de torque y que en este caso va asociado de serie a una transmisión manual de siete velocidades de relaciones más cortas, aunque la PDK con mismo número de marchas también está disponible de manera opcional.

Es 10 mm más bajo debido a que de serie equipa la Porsche Active Suspension Management (PASM), mientras que los rines de 20 pulgadas provienen del Carrera S. Asimismo, un paquete Sport Chrono aligerado (que no incluye el reloj análogo que normalmente se ubica arriba del tablero, justo al centro).

Para perder algunos kilos, las ventanillas traseras y medallón utilizados son los del GT2 RS, son más delgados, con lo cual se pierden 3.6 kilos y de paso el defrost. En el interior, las manijas de las puertas son remplazadas por unas cintas, mientras que en algunos mercados se puede prescindir del sistema de info – entretenimiento para rebajar algunos gramos más. Digo que en ciertos mercados porque en EU por ejemplo, la regulación ya obliga a los fabricantes a dotar a los vehículos, además de todos los elementos de seguridad como ABS, ESP y Bolsas de Aire, con una cámara de reversa, con lo cual, la pantalla se vuelve indispensable.

Si se quiere algo un poco más extremo, se pueden ordenar unos asientos frontales de competencias hechos de fibra de carbono que como extra, eliminan los asientos traseros. Eso sí, estos asientos son bastante más duros, debido a la menor superficie acojinada y el respaldo no se puede regular. Con esta medida, se pueden ahorrar hasta 20 kilos en el Carrera T.

Evidentemente, hay algunos otros elementos que son opcionales además de la PDK o los asientos de fibra de carbono, como: los frenos carbono - cerámicos o el eje trasero direccional, una tecnología que por cierto no está disponible en el Carrera común.

Más deportivo del que jamás vas a necesitar

Algunos kilómetros son suficientes para demostrar que este mutante conformado de partes provenientes de otros 911 hace todo el sentido del mundo y es mucho más coche deportivo del que jamás podrías necesitar, es un poco más bajo y duro, pero no demasiado, entonces transitar por caminos de curvas, con cambios de altura no se vuelve un suplicio, es decir no necesita estar en una pista que parezca mesa de billar para disfrutarse. Pero por otro lado es lo suficientemente firme para transmitir al conductor todo lo que sucede en el camino, sin filtrar de más, algo que un buen Gran Turismo si hace en cierta medida.

Cada curva, cada frenada y cada aceleración transmiten muchas sensaciones al conductor, incluido el ruido que se filtra bastante más, con lo cual el manejo se convierte en una perfecta interacción entre la máquina y el piloto.

Nuestra unidad de prueba era PDK y aunque soy el primero en aceptar que no existe manera en que un conductor, ni siendo piloto profesional efectúe los cambios más rápido que esa transmisión, me habría gustado que al ser una versión cien por ciento enfocada en el conductor me permitiera experimentar esa conexión que solo se logra cuando tienes control absoluto de los cambios. También venía equipada con el eje trasero direccional, un must en este auto y que aporta muchísimo para lograr una dinámica que parece torcer las leyes de la física, así como los asientos de fibra de carbono que luego de un par de horas a bordo me di cuenta que no serían parte de mi selección del equipo opcional. Son demasiado duros, perfectos para uso en circuito, pero penalizan mucho a los pasajeros en trayectos prolongados.

Evidentemente el Carrera T no es el 911 para romper récords de aceleración o el mejor tiempo en la pista, no es la idea, éste es el 911 para aquel que ame la conducción por encima de la comodidad o el lujo. Para los viudos de los 911 de vieja escuela.

Rubén Hoyo recomienda