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Probando el Lifan X7 MyWay 2019

La marca cuenta ahora con uno de los “siete plazas” más económicos, ¿conviene?

Probando el Lifan X7 MyWay 2019

Fue hacia fines de 2017 cuando se estrenó en sociedad el Lifan X7 MyWay, un robusto SUV de tamaño medio, que destacaba por ofrecer siete plazas en un segmento de precios donde casi todos son  modelos con dos filas de asientos.

Este SUV de origen chino tiene varias características especiales, siendo, quizás, la tracción posterior la más llamativa de todas. Y es que al igual que el Changan CX70, este Lifan se construye sobre la plataforma de un utilitario y no la de un automóvil, lo que por supuesto repercute en la experiencia de manejo.

El Lifan X7 MyWay se vende en dos versiones, ambos con el mismo tren motriz, diferenciados por el nivel de equipamiento. La variante de entrada SX tiene un precio de lista de $8.320.000, mientras que la EX sube a $9.160.000. Ambas cuentan con bonificaciones de financiamiento.

Robusto pero armónico

Por el tipo de construcción, el Lifan X7 MyWay es un producto de la vieja escuela, donde lo más importante es la máxima funcionalidad con buen equipaminto a un precio contenido.

Eso explica que la marca se haya decantado por este tipo de base mecánica en desmedro de un más moderno monocasco, que ya usan sus otros SUV (X50 y X60). Esto significa que la carrocería está puesta sobre un chasis de largueros, que la suspensión trasera es un eje rígido con ballestas y que la tracción es posterior, todas condiciones comunes en los furgones comerciales.

Mide 4,44 metros de largo, 1,76 metros de ancho, 1,73 metros de alto y tiene 2,72 metros entre los ejes. Por tamaño encaja mejor en un SUV mediano de cinco plazas, pero la estructura baja y la configuración interior permite incluir una tercera corrida de asientos sin tanto problema.

El diseño exterior también apunta a una cuestión de funcionalidad, por lo que el X7 MyWay es cuadriforme y voluminoso, con un look muy robusto. La verdad es que en este tipo de formatos cuesta hacerlo muy bien, pero en este caso no hay que quejarse, ya que el resultado es bastante armónico, y de eso se trata todo.

Vamos al frontal, donde destaca una parrilla hexagonal con un entramado tipo panal de abejas, atravesada por una barra cromada que lleva grabado el nombre de la marca. Esta barra une ambos focos, dando una sensación de anchura mayor. El parachoques, en tanto, incluye una luz diurna en forma de búmeran por abajo y neblineros redondos.

Largas nervaduras dan forma al capo, las que se replican en los laterales, elevando la altura de los hombros. El X7 tiene un bues despeje al piso, molduras plásticas sobre los pasos de rueda y protecciones por todos los bajos.

En la zaga se replica la barra cromada que une los focos horizontales, mientras que el portalón tiene, para nosotros, muchos angulaciones que hacen que se vea raro.

¿Sensación general? Armónico, con buen look general, algo exagerado en sus pliegues y con sensación de robustez. Como un SUV de verdad.

Espartano pero amplio

El habitáculo del Lifan X7 MyWay mezcla una construcción barata con un alto nivel de equipamiento.

Lo primero se aprecia en los materiales, plásticos duros, algunos de tacto discreto, y con terminaciones poco prolijas. Los asientos están tapizados en cuero sintético bicolor, y hay demasiados perfiles que simulan cromo y madera, pero que están lejos de hacerlo con calidad. Pero vamos, nada muy distinto de lo que se aprecia a este nivel de precios.

Lo segundo se manifiesta con una gran pantalla táctil de nueve pulgadas, con conexión a bluetooth y navegador GPS, puerto USB, un display digital en los marcadores, volante multifunición, aire acondicionado digital, entre otros. Como buen auto chino, no permite conectarse a Apple CarPlay y Android Auto.

Como dijimos antes, el X7 MyWay ofrece siete plazas, aunque las dos finales están pensadas para niños más que para adultos, ya que no hay mucho espacio ni en altura ni para las piernas. Los más pequeños, en cambio, quedan bien porque el respaldo tiene buena inclinación, no es tan vertical como en otros modelos pequeños.

El acceso a estas plazas no es de lo mejor que hemos visto ya que se necesitan ambas manos para mover dos palancas, para así conseguir que uno de los asientos se recline y deje lugar para pasar hacia atrás. Y, peor aún, cuando se intenta regresar el asientoa  la posición inicial, el respaldo se queda a medio camino, por lo que hay que volver a ajustarlo.

Las plazas delanteras son altas como en (casi) todos los SUV. Nos gusta la posición ya que hay mucha visibilidad hacia todas partes, pero no el confort que brindan, ya que son un poco duros, de diseño plano y no tienen nada de ajuste lateral en el respaldo, por lo que el cuerpo se va moviendo al ritmo de la marcha. Y eso no es agradable.

La banqueta de la segunda fila es igual de plana, pero en este caso eso permite que tres adultos entren con bastante comodidad. Quizás quedan algo justos al nivel de los hombros, pero la plaza central es real, ni alta ni dura, como ocurre en (casi) todos los SUV, y hay mucho espacio para piernas y cabeza.

Algunos detalles no menores es que hay siete apoyacabezas y siete cinturones de tres puntas, anclajes para sillas de niños en la fila central, control del aire acondicionado en la segunda corrida de asientos y salida de aire para la tercera fila, y múltiples portaobjetos.

Y en en maletero entran 210 litros por detrás de la tercera fila, la que además cuenta con asientos desmontables por si se necesita volumen de carga extra.

Lo que menos nos gustó

Vamos a la parte mecánica. Ambas versiones del Lifan X7 MyWay montan un motor de cuatro cilindros y 1.8 litros, que eroga 132 caballos de fuerza y 168 Nm de par, y que está asociado a una caja mecánica de cinco velocidades.

Digamos que este tren motriz no es tan moderno como nos gustaría, y eso se grafica en el escaso torque bajo las 2.500 rpm del motor, en el alto ruido que genera, y en lo poco refinada que es la transmisión.

Digamos que en la salida el X7 se siente muy pesado y le cuesta romper la inercia, pero una vez que se superan las 2.000 rpm empieza a empujar y lo hace con cierta contundencia hasta las casi 5.000 rpm.

En el rango entre las 3.000 y 4.500 rpm es donde mejor se siente, aunque con poca elasticidad en marchas altas por lo que hay que buscale con la caja. Eso sí, llevarlo siempre tan revolucionado atenta contra el consumo, que no es tan bueno como nos gustaría. En nuestra prueba nos dio 11,3 km/litro, aunque medido solo en carretera a 120 km/h (a 3.200 rpm) subió a 14,8 km/litro, que no es tan malo.

Sobre 3.000 rpm el ruido del motor es más intenso, y como el auto no está tan bien aislado, se escucha fuerte en el interior y hay que subir la voz y/o la radio, ya que además se filtran ruidos de la rodadura.

La caja de cambios es como de aquellas camionetas de algunos años atrás, como un desplazamiento largo de la palanca y unos engranajes duros, que a veces nos hace errar los cambios.

Dinámicamente se comporta bien en condiciones de uso normal. Es algo nervioso de dirección, con poca transmisión de lo que ocurre bajo las ruedas. Tambien es duro de amortiguación, sobre algunos lomos de toro o calles muy rotas, pero la marcha normal es relativamente cómoda.

Tampoco sin movimientos raros en frenadas bruscas, lo que hace que uno se sienta seguro. En general, la marcha no es refinada, pero, nuevamente, está acorde con lo que se obtiene por este precio.

Conclusiones

El gran valor de este auto está en la relación precio/producto, ya que bajo 10 millones de pesos cuesta encontrar un modelo con capacidad para siete pasajeros cómodos.

Además de esta mayor habitabilidad está el equipamiento, que es muy bueno considerando el precio, con el único “pero” que no ofrece más que dos airbags en ninguna versión.

A lo ya señalado, añade frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS, control de estabilidad, sensor de retroceso, neblineros y kit eléctrico. La variante EX incluye adicionalmente sunroof, sistema keyless con botón de encendido, asientos delanteros calefaccionados, cámara de retroceso y vidrios tinteados.

No es un SUV refinado, de hecho, es rudo de manejar, pero funciona perfecto para familias grandes con bajo presupuesto. Y la garantía es de siete años.

 

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