Este 2019 es especial para uno de los automóviles más emblemáticos, no sólo de Porsche, sino de la historia en general. Nos referimos al 917, que cumple 50 años de haberse presentado por primera vez al público.
Fue en 1969 cuando este conocido auto de carreras debutó en el Salón de Ginebra, un año después de que la FIA anunciara una clase de 'autos deportivos homologados', con una capacidad cúbica de hasta cinco litros y un peso mínimo de 800 kilogramos. Apenas un año después de su lanzamiento, Porsche obtuvo la primera de un total de 19 medallas victorias en las 24 Horas de Le Mans, nada fácil considerando que el 917 abandonó sus tres primeras carreras debido a problemas técnicos.
Al momento de su lanzamiento, y aún teniendo en cuenta los estándares modernos para los autos de carrera, el 917 solo puede describirse como un “súper auto deportivo”. Igualmente, al día de hoy, es catalogado como uno de los autos de carreras más rápidos, y a la vez, es considerado uno de los vehículos de competición más exitosos de todos los tiempos. No por nada ha sido elegido por 50 expertos internacionales en el deporte del motor como el "Mejor auto de carreras en la historia".
Bajo la supervisión de Ferdinand Piëch, Porsche construyó 65 unidades del 917: 44 autos deportivos en forma de coupés de cola larga y corta, dos PA Spyders y 19 autos deportivos en la forma de CanAm Spyders e Interserie Spyders, con motores turbo de hasta 1.400 Hp.
Una de las tantas cosas que hizo especial al Porsche 917 fue la configuración del motor. Detrás del asiento del conductor se extendía un bloque de doce cilindros enfriado por aire y con cilindros horizontales, cuyo cigüeñal lo designaba como un motor V de 180 grados. Por su parte, el bastidor tubular estaba hecho de aluminio, mientras que la carrocería era de fibra de vidrio sintética reforzada.
Teniendo en cuenta las demandas de las diferentes pistas de carreras, los ingenieros de Porsche desarrollaron modelos de carrocería distintos. Por ejemplo, el llamado modelo de cola corta se diseñó para pistas muy reviradas, en las que era necesaria una alta presión de contacto en las curvas rápidas. En cambio, el modelo de cola larga fue diseñado para pistas de carreras rápidas y una alta velocidad, como Le Mans. Luego vino el 917 Spyder, que se utilizó en las carreras CanAm e Interseries.
Toda esta serie de innovaciones le permitió al 917 ser superior no solo en Le Mans, sino también en Daytona, Monza, Spa, Nürburgring y Targa Florio. Con el paso del tiempo, este auto de carreras fue sufriendo una serie de adecuaciones con el objetivo de mejorar su fastuoso desempeño.
Debido al éxito obtenido por este auto de carreras, Porsche aprovechó toda la tecnología desarrollada en el 917 para transferirla a los autos diseñados para las carreteras. Precisamente, el turbocompresor de escape fue utilizado en el 911 Turbo a partir de 1974 y se convirtió en una encarnación del performance de los autos deportivos a partir de ese momento.