Será producida en Argentina como edición especial de 1.500 unidades, de las cuales, 500 quedarán en casa y el resto irá a exportación a los países de la región.
Los mayores cambios son estéticos y mecánicos, aunque el motor de cuatro cilindros turbodiésel de 2.8 litros (177 Hp y 420 Nm) que está presente en algunas versiones de la gama en Chile no recibió modificaciones ni en potencia ni en la electrónica. Tampoco cambiaron las cajas, disponibles tanto en versión manual como automática.
Sí se le realizaron modificaciones en la suspensión para conseguir una conducción off-road más deportiva y estable, sobre todo en caminos rápidos de tierra y ripio. Puntualmente, se modificó la dureza de los resortes y se reemplazaron los amortiguadores de serie por unos monotubo de mayor diámetro. Además, la dirección es más precisa, con una respuesta más lineal y progresiva en relación al giro del volante.
Estéticamente se nota a primera vista cuál es una Hilux “normal” y cuál una GR S. En ella se combinan los colores blanco, negro y rojo sobre componentes específicos y distintivos GAZOO Racing, incluyendo la parrilla con emblema letrado “Toyota”, la barra en color negro con un nuevo diseño de placa lateral, paragolpes con fondos en negro brillante, letras cromadas y los faros de LED.
También hay detalles en color rojo o blanco (según color carrocería) para los neblineros LED, protectores de guardabarros en color mate, y pisaderas laterales en negro con diseño tubular.
En el interior, esta edición limitada se distingue por las butacas tapizadas en cuero perforado con prespuntes rojos, y diversos elementos decorativos en ese mismo color, tanto en el tablero como en los paneles de las puertas, así como una placa identificatoria con el número de unidad.
Esta versión cuenta en equipamiento con climatizador bizona, sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 7”, navegador, volante multifunción, control crucero, kit eléctrico completo, keyless con botón de encendido, sensores delanteros y traseros con cámara de retroceso, entre otros.
Los emblemas de Gazoo Racing están presentes en el exterior, en los apoyacabezas y en el botón de encendido, para que no queden dudas de que es una GR Sport.
Pues bien, invitados por el coloso japonés, visitamos su planta en Zárate (Argentina), para después emprender un “raid” por caminos rurales a bordo de esta versión GR S, que para los amantes de las camionetas de corte deportivo, está confirmada para Chile.
Made in Zárate
Antes de salir al camino pudimos ver cómo ha crecido la planta de Toyota Argentina, incluyendo el Centro de Visitas donde se exhiben, entre otros, la primera Hilux producida en el país, la unidad Nº1 de la segunda generación y una camioneta “estallada en 186 piezas que cuelgan del techo.
En números, Toyota lleva invertidos US$2.000 millones desde 1997, y ya alcanzó 1,4 millones de unidades producidas (incluyendo la Fortuner, SUV construido sobre la misma base y que se vende en Chile). Desde 2018 la planta alcanzó su potencial de 140.000 unidades año con un ritmo en el que cada 90 segundos sale un vehículo terminado de la línea de producción.
Hilux vs Hilux
Salimos en una caravana que incluyó versiones SRX y GR S, tanto con caja manual como automática de seis cambios. ¿Qué aprendimos?
Que la Toyota Hilux Gazoo Racing Sport es más dura que la SRX y que cualquier versión de la gama. Aún con neumáticos con más perfil (265/65 R17 versus 265/60 R18), los cambios realizados en resortes, amortiguadores y algunos parámetros de la dirección hacen que la versión deportiva sea más áspera en caminos disparejos, aunque esto es a bajas velocidades…
Cuando tomas velocidad es donde la Hilux GR Sport saca a relucir sus cambios, sintiéndose más estable y, sobre todo, con menos “bamboleos” de carrocería. Se siente muy aplomada, con menos movimiento lateral de la caja, y buen sentido de la anticipación.
El motor, como cualquier turbodiésel preparado para la faena, se siente poderoso desde bajas revoluciones gracias, en parte, a la gran cilindrada, y en parte, al gran torque de 420 Nm (450 Nm en la versión automática), disponible desde las 1.400 vueltas. En el caso de la versión manual, tiene cinco marchas que empujan mucho y la sexta está pensada más para el desahogo. La variante automática es muy agradable, al menos desde el confort que añade a una pick-up pensada para correr.
Un elemento que me pareció genial en las Hilux manuales es el iMT, sistema electrónico que se enciende con un botón en las inmediaciones del domo de cambios, cuyo objetivo es emparejar las rpm del motor cuando vas a hacer un rebaje. Aunque no lo creas, mientras sacas la palanca de un cambio, el tacómetro sube solo a la cantidad de vueltas en las que va a quedar el motor con el cambio inferior. El resultado es que pierdes tirones y cabeceos en la marcha, aunque también algo de freno motor. Por eso hay que activarlo/desactivarlo con el botón según la necesidad.
Ahora, a esperar a que llegue a Chile. Al menos nuestros informantes nos cuentan que ya desembarcó en el país, aunque es seguro que por ahora debe estar en fase de homologación.
Toyota Hilux GR S en el campo