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Probando la Changan CS55

La marca líder en el origen cuenta con un SUV mediano de bello diseño, buena apreciación de calidad y un andar muy convincente.

Probando la Changan CS55

 El CS55 es el último modelo en llegar al país y el primero de una nueva generación de SUV de Changan, y sólo por su nombre podemos saber dónde está ubicado dentro de la gama: entre el compacto CS35 y el más grande CS75, obvio.

El Changan CS55 se comercializa en Chile en dos versiones, con precios de $10.590.000 y $11.790.000, sin considerar bonificaciones.

El segmento adecuado

Este nuevo SUV mediano mide 4.500 mm, similar al Mazda CX-5 o un Toyota RAV4, como para orientarnos un poco, y ofrece entre los ejes buenos 2.650 mm, lo que le permite ofrecer un amplio habitáculo, aunque un maletero a mi parecer algo estrecho, con 475 litros de capacidad.

Este es el segmento más demandado en Chile y en buena parte del mundo, ya que ofrece el tamaño y las capacidades necesarias para una familia convencional, pero si nos remitimos al precio que pide Derco por él, nos daremos cuenta que son valores de un segmento inferior.

En diseño es bastante cuadriforme, muy americano, pero está bien proporcionado. Diría que está muy inspirado en un Ford Explorer, quizás demasiado para mi gusto, especialmente por la forma del pilar C y sus respectivas ventanillas traseras oscurecidas.

El frontal es nuevo para la marca, con una parrilla baja pero ancha, y el retorno del logo en lugar de su nombre. Luces envolventes con una concepción moderna, un parachoques musculoso y un diseño en forma de C con luces incorporadas completan un look muy robusto.

La silueta es clásica en el segmento, con una cintura alta y una línea de carácter que recorre el lateral hasta bien atrás. Para darle una apariencia de SUV off-road destaca su buen despeje al piso, molduras plásticas sobre los pasos de rueda, llantas bicolores de 18” y barras en el techo.

En la zaga destacan las luces horizontales que le dan una sensación de mayor anchura, y una doble salida de escape, aunque sólo sea decorativa.

Buen interior

Puertas adentro se nota una mejora muy importante en términos de materialidad y calidad percibida. Nuestra unidad de pruebas incorporaba un tapiz de cuero sintético bicolor con las costuras rojas a la vista, que se replican en el tablero y en las puertas.

Hay diferentes texturas y diseño de plásticos, desde cromados, rugosos, tinteados y otros indefinibles que están ocultos en las zonas más bajas. El diseño es moderno y funcional, pero hay falencias muy marcadas.

Quizás si la más importante es la posición de la pantalla de 8 pulgadas del sistema de infoentretenimiento, puesta arriba del tablero pero con una inclinación mayor a la habitual, lo que provoca que cuando pega el sol se generen reflejos muy molestos y que dificultan su visión.

A esto se suma que el sistema en cuestión es algo lento de manejo y no ofrece conectividad ni a Apple CarPlay ni a Android Auto. La verdad, es demasiada pantalla para tan poca funcionalidad. Una pena.

Los asientos no fueron de todo mi gusto, algo duros y con poca sujeción en el cojín. Aun así, la posición de manejo es buena y fácil de encontrar, con un volante que ofrece un agradable tacto. Diría que salvo el problema de la pantalla, el diseño del tablero es muy intuitivo para el conductor.

Las plazas posteriores son relativamente cómodas en el espacio, salvo por el confort del asiento mismo, que como dijimos es algo duro para nuestro gusto. Incluso la posición central es bastante correcta para niños, pero esperaríamos un cojinete algo más mullido.

Hay altura para las cabezas, una buena inclinación del respaldo para ir cómodamente sentado, y un soberbio espacio para las piernas, lo que habla de la vocación familiar de este SUV. Diría que tres adultos pueden caber, quizás algo apretados a la altura de los hombros, pero con generosidad todos caben.

El maletero, dijimos ya, no es tan grande considerando que bajo el piso se esconde sólo una rueda temporal. Un punto a favor es que la boca de carga está al nivel del piso, lo que facilita el proceso de carga y descarga.

Equipamiento a tono

Hay dos versiones disponibles en Chile, Confort y Luxury, ambas con un respetable nivel de equipamiento considerando los precios del segmento.

De serie se ofrece en seguridad airbags frontales, frenos ABS con EBD, controles de tracción y estabilidad, anclajes isofix, asistente de partida en pendiente, control de descenso y sensor de retroceso con cámara.

En cuanto a confort añade volante multifunción, freno de mano eléctrico, pantalla táctil con bluetooth, radio con cuatro parlantes, aire acondicionado, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado, entre otros.

La variante tope de gama, que además fue nuestra unidad de pruebas, añade a eso sunroof, tapiz de ecocuero, monitor presión de neumáticos, control crucero, sistema de audio con dos tweeters extra y airbags laterales.

Hay detalles que echo de menos en un auto así: que las luces se apaguen automáticamente cuando uno gira apaga el contacto, que tenga sistema de acceso sin llave y botón de encendido, y lo que ya dijimos: conectividad a los teléfonos.

Muy buen andar

De lo que más nos gustó del Changan CS55 es la calidad de rodado, de lo mejor que hemos manejado en el origen (con permiso del Chery Tiggo 7 y del Haval H6). Diría que es una buena puesta a punto para un SUV familiar y urbano.

Monta un bloque moderno, un 1.5 litros turboalimentado y con inyección directa, que eroga 154 caballos y 225 Nm de par, asociado a una caja manual de cinco marchas. No hay opción automática ni con tracción total, nada extraño en el origen.

Este bloque es muy homogéneo en su comportamiento, progresivo en la aceleración de la medianía del tacómetro hacia arriba y empuja bien hasta las 4.000 rpm, pero es poco agresivo en la salida y no es tan elástico como nos gustaría. Definitivamente anda mejor a régimen medio que bajo, no es un motor estridente ni agresivo en su funcionamiento, y por lo mismo, pareciera que tiene menos potencia de la que se jacta.

Pero en realidad es un buen motor para el segmento y para este producto en general, porque ofrece un rango amplio de funcionamiento, no esconde su empuje cuando el conductor lo pide y es capaz de sorprender cuando se necesita power con urgencia, aunque gestionando los cambios para buscar el mejor régimen de empuje.

La marca homologa 15,6 km/litro en carretera, aunque a nosotros nos dio menos: 12,8 a marcha crucero, unos 10 km/litro en nuestra clásica ruta de ciudad con autopistas urbanas.

La dirección es de lo más flojo del paquete, ya que, para mi gusto está algo sobre asistida y entrega poco tacto al conductor, pero es infinitamente mejor que otras que hemos conocido. La suspensión (independiente McPherson adelante, eje torsional y multilink atrás), en tanto, está calibrada para ser confortable en la ciudad, lo que conlleva que sea algo blanda cuando se le apura en carretera.

Pese a que hay cierto rolido de carrocería y un centro de gravedad algo alto, lo que nos impide acelerar con tranquilidad en zonas de curva rápidas, en general tiene buen aplomo y seduce por su comportamiento. Pero, vamos, tampoco está hecho para andar corriendo, no es un SUV deportivo, sino un agradable SUV urbano de corte familiar, y en esto la suspensión ofrece buena amortiguación, poco rebote y casi nulas asperezas.

Conclusión

Ya habíamos elogiado la conducción del CS75, y ahora, con este hermano menor, podemos decir que Changan va por la senda muy correcta y no extraña que sea la marca más vendida del origen.

 A este nivel de precios hay pocos SUV que ofrezcan tanto. Tan buen diseño, tanto espacio interior, tan buen equipamiento, tanta potencia y tan agradable manejo. No es el mejor ni de cerca, pero sigo recordando al viejo Benni y me río de lo que ha logrado la marca.

En este sentido, la relación precio/producto/equipamiento es de lo mejor en el segmento y da para pensárselo.

Changan CS55 en Chile

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