La ingenuidad de niño, nunca me hizo darme cuenta de que el periodismo del motor iba a ser el recurso que iba a utilizar para canalizar mi pasión por los autos, aun teniendo las señales en mis propias manos. Desde muy chico, fomentado por mi familia, que leo muchas revistas de autos y comencé con la famosa Mecánica Popular, revista que apenas podía, con la plata que tuviese, me compraba. Y aunque Mecánica Popular nunca fue un medio 100% especializado en autos -lo cual agradezco- hacia buen énfasis en lo que estaba ocurriendo en la industria. No era la única revista que leía sobre autos en esos tiempos (Motor Trend, Car, Automóvil, Milautos, Aventura 4x4, Solo Auto, Motor16, Car & Driver, Road & Track, Top Auto, etc.) pero era la que yo coleccionaba con más frecuencia.
Probablemente el primer nombre que comencé a seguir, gracias a esta creciente colección, es el de Jim Dunne. Siempre me gustó el reporteo de espionaje, porque te dejaba entrever lo que las marcas hacían en la fase de desarrollo. Así fue creciendo un fetiche personal que tengo en la actualidad con los mule car (mulas de desarrollo) y autos camuflados, modelos mutilados y prototipos ensamblados con piezas extrañas, solo con el fin de ir acelerando el proceso de investigación y preparación para un modelo nuevo. Todo esto, se lo debo a Jim y sus fotografías. Además, te generaba esa expectación de que la marca que te gustaba, estaba trabajando en un modelo nuevo. ¿Qué modelo seria? ¿Qué cambios incluiría? ¿Por qué están usando las puertas del modelo anterior?
Jim Dunne, quizás no fue el primero, pero gracias a él existen las secciones de fotos espía en todos lados. Hoy claramente, el auge de los smartphones y las cámaras portátiles, así como las redes sociales, han transformado a fanáticos y curiosos en verdaderos ninjas y spotters, viralizar una foto en instantes. Pero antes, era un tema y Jim, que es de profesión periodista, se lo tomaba con la rigurosidad de pocos.
El Jaguar XK8, también espiado por Dunne para Car & Driver, disfrazado de Shooting Brake.
La leyenda
El mismo ha declarado en algunas entrevistas, que las fotos espía datan de 1950 y que se colaban en algunos diarios. Pero él fue definitivamente quien lo hizo "profesional" generando una relación de amor/odio con muchas marcas de auto, así como enormes golpes noticiosos en una época donde el acceso a la información era mucho más complicado que hoy en día.
La fotografía que marcó su inicio en todo esto, fue el anticipo del Chevrolet Corvair en 1964 tomada desde un pequeño escondite en las afueras de los cuarteles de Chevrolet, a meses de su debut. Estas fotografías se realizaron para Popular Science, publicación para la cual trabajaba como editor, pero también como fotógrafo. Luego pasó a Popular Mechanics (o Mecánica Popular), transformada por bastantes años en su casa, si bien el vendió sus fotografías a muchísimos medios.
No importaba el desafío, si había que esperar en la nieve o en el desierto para que pasara un convoy de vehículos de prueba, Dunne esperaba con paciencia. Se conocía todos los puntos frecuentes de pruebas en Estados Unidos, tenía sus escondites y hasta llegó al extremo de comprar una pequeña parcela contigua a un centro de pruebas de Chrysler para evitar problemas con la ley, a lo que Chrysler respondió levantando un muro, cuando se dieron cuenta.
Siempre de traje, pasaba por un gerente o ejecutivo, colándose en algunos lugares donde no debería estar, con el fin de obtener la foto y sino, recurriendo a la máxima del fotógrafo; pedir perdón antes que pedir permiso. Y algunas veces donde estuvo al margen de la ley, arrancando.
La Blazer, cuando llegó a Chile. Insignias tapadas y algunos detalles enmascarados.
Del golpe a la viralización
La fotografía de espionaje es uno de los dolores de cabeza más grandes para las marcas de auto. No es tan solo el hecho de que les estas "aguando la sorpresa", eso es lo menos. Cuando un auto es espiado, no es tan solo para los lectores y fanáticos, sino que también se destapa tu estrategia de producto ante tus rivales y lo peor, que los potenciales clientes de tu marca van a esperar a que salga el modelo nuevo en lugar de seguir comprando el stock del modelo actual. Aquí en Chile es lo mismo, los concesionarios no siempre te van a decir cuándo va a llegar el modelo nuevo, porque quieren que te lleves el que está en vitrina.
Lamentablemente, los fabricantes, aunque tengan sus pistas de prueba, tienen que realizar pruebas en el mundo real. Y no queda de otra que camuflar el auto, con protuberancias, disfraces, pintura e incluso en los casos más audaces, disfrazándolo bajo carrocerías de modelos anteriores o que parezcan de la competencia. En Chile pasa lo mismo con algunas marcas (Chevrolet es el caso más notable) las cuales salen con sus autos sin insignias y pintados "como cebra" durante pruebas internas y de homologación. Otras marcas no se preocupan mucho y ponen cintas para enmascarar las insignias de sus modelos. Los que menos se preocupan, salen con el auto a la calle confiando en que nadie se fijará, en especial marcas chinas (como Foton cuando trajo la Tunland que finalmente no se vendió y las unidades de Borgward que durante un tiempo estaban ocultas en los galpones de CIDEF, por mencionar un ejemplo).
Claro que, con el tiempo, algunas marcas comenzaron a utilizar este recurso a su favor, en especial cuando el auto ya fue espiado previamente y queda poco para su lanzamiento. Chevrolet, Jaguar, Land Rover, Mercedes Benz, Porsche, Volkswagen, Hyundai, Nissan, BMW o Audi, son marcas que no le han tenido miedo a generar expectación con sus modelos, usando camuflaje, pero colorido y por lo general con fechas de lanzamiento y códigos QR para así hacer participar a los fanáticos. Un caso cercano fue el de SEAT en Chile, con algunos de sus modelos paseándose por la ciudad previo al lanzamiento oficial, con coléricos ploteos.
El Corvette C4 de 1984, fue portada de Car & Driver. Pueden notar el esfuerzo que hizo Chevrolet en ocultar las formas futuristas del modelo.
Jim Dunne destapó muchas primicias, una de las más recordadas fue la del Corvette C4, imagen que le valió una relación de amor/odio con los del corbatín (quienes incluso tenían en sus oficinas, un cartel de "Se Busca" con su cara). Ya con el tiempo, las marcas, al ver que no podían arrancar de Jim o de otros paparazzis, cuando les convenia, le daban pistas a los fotógrafos con los lugares donde podrían estar sus futuros prototipos.
Hoy, con 87 años, Dunne es recordado por muchos periodistas del mundo motor en distintos medios, no solo por sus fotos, sino porque ayudó a muchos a entrar al rubro del periodismo automotriz. Yo me tomaré la licencia de agradecerle enormemente su influencia, puesto que antes de trabajar en Autocosmos, también hice varias "fotos espía" en tiempos donde esto no era común en Chile (el Chevrolet Cruze hatchback fue uno de aquellos). Hoy en día, aun algunos gerentes de marketing se enojan y mandan a las agencias a llamar a los medios y periodistas. Libertad de prensa...
Dunne falleció en Detroit, con una salud deteriorada. Dejó siete hijos y doce nietos.