La primera generación del Countryman debutó hace una década, para luego en 2014 develarse una actualización de diseño, y ya en 2017 ofrecerse la segunda generación; se anuncia un facelift para el próximo año.
El diseño exterior exhibe algunos ajustes, todo ellos cumpliendo una labor funcional más que estética. En la proa la toma de aire central aumentó de tamaño, destacando además la presencia de dos vanos en la parte inferior, cerca del zócalo, accesos que le brindan aire fresco al enfriador de aceite.
En esta unidad se ofrecen llantas personalizadas, exclusivas para esta variante, aditamentos denominados JCW Circuit Spoke y que miden 19” de diámetro. La carcasa de los retrovisores abandona la forma redonda para adoptar un pequeño pliegue angular, y con respecto a la evolución del modelo nos parece extraño que se hable de un salto generacional, sin que se haya producido el correspondiente cambio de plataforma.
Interior nostálgico
En el habitáculo el factor nostálgico sigue estando presente, por medio de esas muy fáciles de operar teclas metálicas que se ubican en la consola y en el plafón del techo; es como estar a los mandos de un avión Spitfire MkI. La exclusividad es otro de los puntos fuertes de esta cabina, cualidad que refuerzan las butacas, el volante y las aplicaciones rojas que animan el tablero y ornamentan la tapicería.
El espacio es abundante e ideal para cinco adultos, algo que anticipamos al momento de revisar las cotas exteriores, entre las que destacan los 4.299 mm de largo y esos 2.670 mm de distancia entre ejes; la anchura es considerable (1.822 mm). El carácter funcional de este modelo queda de manifiesto mediante un maletero de gran tamaño, espacio que ofrece 450 litros con todos los asientos en uso y que aumenta hasta los 1.350 litros cuando se abate la banca trasera.
A simple vista el puesto de manejo luce intimidante, pero una vez que realizamos la inspección visual todos sus secretos quedan al descubierto. Los indicadores ubicados en la columna de dirección se leen fácilmente, al igual que esa enorme circunferencia que actúa como pantalla informativa. Dentro de las novedades que se anuncian para el facelift de 2021, está el reemplazo de los indicadores que están frente al conductor (velocímetro y tacómetro), formato que pasará de analógico a digital, aunque conservando ese estilo clásico.
Por tratarse de un producto tope de gama, solo está considerado un grado de equipamiento, obviamente que muy completo. En el ámbito de la seguridad se incluye asistente de estacionamiento, seis airbags, controles de estabilidad y tracción, control electrónico de diferencial y sensor de colisión, dispositivo que tras un impacto desbloquea las puertas, enciende las balizas, las luces interiores, desconecta la batería y la bomba de combustible.
Lo necesario para correr
La parte más sabrosa de este Countryman se encuentra en la ficha técnica. En el vano frontal se ubica un poderoso motor TwinPower Turbo de 2.0 litros, un bloque atiborrado de tecnología propia de BMW, como el Doble-VANOS, que se refiere a un control variable del árbol de levas. Mediante este impulsor se obtienen 301 Hp a 5.000 rpm y un torque de 450 Nm desde las 1.750 vueltas por minuto; en la homologación nacional marca 5 caballos menos, lo que no deja de ser extraño. En su iteración anterior, este propulsor no pasaba de los 230 Hp de potencia, por lo que la ganancia es sustanciosa.
La transmisión es automática de ocho velocidades y se incluyen tres modalidades de utilización. La tracción es a las cuatro ruedas, sistema denominado ALL4 y que gestiona automáticamente el porcentaje de energía cinética que va hacia cada eje; claro que en este proceso los neumáticos delanteros tienen la prioridad.
Pese a su envergadura, es un automóvil sumamente ágil, merced a un peso de 1.600 kilos de lo que se desprende una relación peso-potencia de 5,2 kilos por caballo. Su velocidad máxima está limitada en 250 km/h, y puede acelerar de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos… para realizar este ejercicio podemos valernos del Launch Control, que se ofrece de serie en esta unidad.
En la plataforma está presente una suspensión adaptativa, que el conductor puede adecuar según las necesidades. La distancia libre al piso es de 165 mm, suficiente para enfrentar obstáculos naturales pero sin afectar el aplomo en la conducción sobre asfalto, ni mucho menos el balance al trazar curvas a alta velocidad.
Este deportivo integrante de la familia Countryman se anuncia a un precio de 52.900 dólares, por debajo de la propuesta de un Porsche Macan, uno de sus rivales a vencer.