A diferencia de hace años, cada vez más las mujeres se involucran en el tema de los automóviles, incluido el deporte motor. Y es que, en comparación con décadas anteriores el mundo de los autos era terreno casi exclusivo de los hombres y más el automovilismo.
Si bien, hoy en día es común que las mujeres hablen de autos o de competencias automovilísticas, o como pilotos, antes las cosas eran totalmente diferentes. Pero aun con que el tema de los autos era cuestión de género, hace muchos años existieron mujeres que se empeñaron en sobre salir en el mundo de la competición.
Evidentemente, al tocar este tema es imposible no hablar de la piloto italiana María Teresa de Filippis (1926-2016), quien es y será recordada por ser la primera mujer en competir en la Fórmula 1. Después de luchar, insistir y perseverar, consiguió debutar con el equipo Privé en el Gran Premio de Italia de 1958.
Aunque no concluyó la carrera en aquella primera carrera, sí lo hizo en el Gran Premio de Bélgica, en el que terminó en la décima posición. Aquella fue la tercera y última carrera en la que compitió en la máxima categoría del automovilismo. Dicen que el mismísimo Juan Manuel Fangio, pentacampeón mundial, presumía de haber competido con ella, a la que trataba de aconsejar: “vas demasiado rápido, corres muchos riesgos”.
Curiosamente, María Teresa de Filippis solo tenía sólo 23 años de edad cuando se retiró de las carreras, sin embargo, su nombre ha quedado grabado para la inmortalidad, al mismo tiempo que abrió camino a otras mujeres dispuestas competir en las pistas.
Después de que de Filippis se convirtiera en la primera piloto de la Fórmula 1, la también italiana Lella Lombardi (1941-1992) hizo carrera en el automovilismo con varias escuderías y en 1975 se convirtió en la segunda mujer en participar en la Fórmula 1.
No obstante que fue la número dos, su nombre es recordado por ser la primera y única mujer que ha sumado puntos en el campeonato de pilotos de la Fórmula 1. Después de Lombardi, algunas pilotos han intentado repetir la hazaña de de Filippis y Lombardi, sin embargo, no ha habido ningún progreso. Hay que recordar, que en la era antigua de la F1, uno primero se inscribía para competir, pero luego había que clasificar. Algunas mujeres, como fue el caso de Divina Galica, Desiré Wilson o Giovanna Amati, se inscribieron para competir, pero no clasificaron para ninguna de las pruebas en las que postularon, por la que no recibieron banderazo de salida.
Ya en la época moderna de la F1, hemos visto el caso de mujeres que han entrado en rol de pilotos de prueba, como Susie Wolff, María de Villota, Simona de Silvestro y Carmen Jordá. De Villota, lamentablemente falleció a los 33 años, al año de haber probado con Marussia, producto de un paro cardiaco. Tatiana Calderón, ha sido una de las últimas mujeres en subirse a un monoplaza de la máxima, si bien ella compite regularmente en la GP3 y Formula 2.
Sin embargo, a las mujeres se les ha dado mejor los monoplazas americanos, como son los casos de Sarah Fisher o Danica Patrick en la Indy.