TOGG se llama la empresa creada en Turquía para diseñar, desarrollar y fabricar automóviles en un país que está lleno de plantas de ensamblaje (PSA, Ford, Renault), pero que no cuenta con una marca propia.
TOGG o Türkiye'nin Otomobili Girişim Grubu A.Ş. (Turkey's Automobile Joint Venture Group Inc.) es una asociación de varias empresas turcas de diferentes ámbitos (industriales, tecnológicas, financieras), y un viejo anhelo del Presidente Erdogan.
De hecho, fue en 2010 cuando el mandatario anunció la creación del primer auto turco y prometió importantes ayudas fiscales para quien se aventurara en esta aventura.
La empresa fue fundada en 2017 y dos años más tarde, el propio Erdogan develó los primeros dos prototipos, un sedán y un SUV, ambos diseñados por Pininfarina. Y la verdad, luces excepcionalmente bien.
Y ahora aparece el primer bosquejo de un modelo de producción, un SUV que fue inscrito en la oficina de patentes de la Unión Europea, que no sólo aceptó el registro de la marca, sino que aseguró la protección industrial del modelo y sus partes.
Este modelo 100% eléctrico, según se ha explicitado, tendrá 203 caballos de fuerza y ofrecerá una autonomía de 500 kilómetros, destacará por contar con pantallas en todas las plazas y ofrecerá ciertos niveles de autonomismo en la conducción.
Según publica la revista alemana Autobild, TOGG anunció a fines de 2019 que tiene lista una plataforma para autos eléctricos, tan modular que construirá cinco modelos sobre ella: un hatchback, un sedán, dos SUV (B y C) y un monovolumen. Todo eso desde 2021, cuando debería aparecer el primer modelo, hasta 2030.
Ya está en construcción una planta en la localidad de Bursa, con capacidad para fabricar 175.000 autos al año, parte de un proyecto que ha levantado 3.000 millones de euros (unos 4.000 millones de dólares).
