Hace poco estuve probando el nuevo Opel Corsa 2020, del cual puedes leer más en esta nota, y por supuesto, muy visible en la bandeja central, me encontré con el famoso "tiburón" de la marca, lo que me pareció bastante interesante de contarles, puesto que no todo el mundo conoce cuál es la relación de este animal con la marca del rayo.
Este "easter egg" no es el único que existe en el mundo automotriz. Es sabido de algunas marcas, como Jeep, que oculta singulares detalles impresos en paneles plásticos de sus autos o en los bordes de las ventanas. Antiguamente, algunos mecánicos y operadores también dejaban sus "recuerdos" en la chapa de algunos autos, antes de que salieran de la linea de ensamblaje, como el caso del famoso Delorean DMC-12, que es el auto que primero se me viene a la mente. Otros como Tesla, han recurrido a detalles singulares asociados con la cultura pop dentro de su interfaz de control y entretenimiento. Los escapes del Toyota GT86 miden 86 mm, que no solo es un guiño al influyente AE86, sino que también el diámetro de los pistones del auto.
Sobre el tiburón, la verdad es que no tiene absolutamente nada que ver con Opel, pero es una anécdota de esas que humanizan un poco al equipo de trabajo al interior de una marca. Porque claro, para muchos pueden ser un montón de empresarios, ingenieros y diseñadores fríos y calculadores quienes se juntan en una mesa a crear un producto de consumo. Pero no, muchas veces son seres humanos tal como nosotros y esas anécdotas, ocurren.
El año 2004, el diseñador de la marca, Dietmar Finger se llevó tarea para la casa, parte de un proyecto que le habían asignado y que no es el más interesante de todos; diseñar los refuerzos en relieve de las bisagras plásticas en la guantera del Corsa D. Porque claro, por cada Pininfarina, Mays, Schreyer o Callum que firma o dirige el estilo de un auto, existen muchos otros diseñadores que tienen que realizar trabajos casi imperceptibles y que nunca se llevan el aprecio de nadie; todos se acuerdan del carrocero, pero nadie del que diseño los botones, los pomos o la trama del tapiz del asiento.
Y claro, las bisagras siempre permanecen ocultas, porque la guantera va cerrada, pero, aun así, cuando tienes que abrirla, las bisagras no son piezas lisas y ya. Y esta es también la razón por la cual cuando desarmas un auto, ves como las piezas de metal o las de plásticos, tienen tantos pliegues, nervaduras o subestructuras, porque estas son las que permiten hacer más resistente una pieza sin tener que hacerla más sólida y pesada.
Haciendo algunos bocetos en su casa, su hijo vio que uno de los dibujos tenía la bisagra con unas especies de costillas que -presumiblemente- con el ángulo de apertura de la guantera, se asemejaba a un tiburón con sus branquias. Y ahí fue cuando su hijo le dijo: "¿Papá, porque mejor no dibujas un tiburón?"
"¡Claro!, ¿por qué no?"
Al día siguiente, le llevó la idea del tiburón a su diseñador en jefe, en esa época Niels Loeb, quien lo encontró tan genial que decidió darle la luz verde. Así debutó en el Corsa y luego, el tiburón se llevó al Zafira, al Adam, al Astra y también al Insignia.
Hoy en día, los tiburones de Opel los podemos encontrar también en el Grandland X, Crossland X y por supuesto, en el nuevo Corsa. Según se dice, en algunos casos es el mismo diseñador en jefe quien los oculta y otras veces se relega esa tarea a la creatividad de los diseñadores. No le cuentan a nadie hasta que el auto debuta y desde ahí queda el desafío de encontrarlos.
