Chevrolet lanzó este 2020 el totalmente nuevo Onix sedán, un modelo con desarrollo global, que a nuestro mercado nos llega desde México, y que quiere romper los paradigmas que envuelven a los modelos regionales, en un segmento de alta demanda.
El nombre Onix lo conocíamos del hatch compacto procedente de Brasil, pero ahora, la marca opta por eliminar la denominación Prisma y concentrarse en un nombre que ha sido éxito absoluto en los principales mercados regionales, salvo en Chile. Esto quiere decir que también tendremos un Onix hatch, pero Chevrolet aún no ha encontrado el momento propicio para lanzarlo en nuestro país.
Ambas versiones se construyen sobre una nueva plataforma global, más rígida y ligera, pero también estrenan familia de motores y apuestan por una estrategia totalmente diferenciadas del resto de los actores del segmento: full seguridad, full conectividad y motores pequeños y eficientes de serie.
El Chevrolet Onix sedán se ofrece en tres versiones en Chile, con precios que parten desde los $10.990.000, eso sin contar con bono de financiamiento. Si quieres conocer en detalle todas las versiones puedes leer nuestra nota de lanzamiento aquí, o entrar en nuestro catálogo.
Chrveolet Onix: diseño exterior
Quizás lo que menos sorprende del nuevo Onix sedán es su diseño, bastante convencional para un sedán compacto, con los tres cuerpos bien definidos y una propuesta estética de gusto global. Es la idea, ya que el modelo se venderá en varias decenas de países, desde Asia hasta América.
Si lo comparamos con el viejo Prisma, es más largo, ancho y tiene más distancia entre ejes, por lo que es infinitamente más cómodo y habitable. Mide 4.474 mm de largo, 1.730 mm de ancho, 1.473 mm de alto y tiene 2.600 m entre los ejes. Y además es más bonito, lo que tampoco era algo tan difícil de lograr.
El frontal es muy Chevrolet, con la parrilla negra de gran tamaño, cortada por un filete cromado que afirma el logo del corbatín, y que de paso une ambos faros delanteros que tiene un diseño moderno. En las esquinas destacan las luces DRL en LED. No es novedoso, pero se ve actualizado.
La silueta, como decíamos, es convencional y muy proporcionada, con el capó un poco más largo y bajo que el maletero, generando una sensación de aplomo visual adicional. Las ruedas son de tamaño tradicional (14 y 15 pulgadas, dependiendo de la versión), y al menos nuestra unidad de pruebas, que es la tope de gama Premier, ofrece un embellecedor cromado alrededor de los vidrios, llantas de aleación aro 15" y espejos laterales bicolor. La zaga es lo menos logrado, con unos faros que penetran al maletero y una terminación tipo spoiler que busca acrecentar la imagen deportiva.
Chevrolet Onix: habitáculo
En el interior tampoco hay un lucimiento en cuanto a diseño, pero sí un esfuerzo por incrementar la calidad percibida (el Talón de Aquiles de Chevrolet). Pero no nos engañemos, es un segmento donde los plásticos duros predominan por sobre cualquier otro material más costoso, y en Onix no es la excepción a la regla.
Hay un juego de texturas y colores que refuerza la imagen moderna del modelo, la que, en todo caso, está sustentada por la oferta tecnológica del auto, partiendo por una gran pantalla multifunción puesta en el centro en voladizo y siguiendo por un volante multifunción de buen diseño. Faltó meterle mano a los marcadores, que los veo muy convencionales considerando la propuesta tecnológica del auto.
La posición de manejo es óptima y no cuesta nada encontrar el punto exacto del asiento y del volante. El primero tiene ajuste en altura, y el segundo en altura y profundidad. La visibilidad es muy buena hacia todos lados.
Los asientos son cómodos y recogen el cuerpo a la perfección. Están tapizados en cuero (sintético) perforado, y todos cuentan con apoyacabezas (integrados los delanteros, independientes los traseros) y cinturones de tres puntas.
Respecto de la habitabilidad, en las plazas traseras caben tres personas a lo ancho, pero quien vaya sentado en el centro no irá tan cómodo porque la plaza es levemente más alta y hay un túnel central que molesta a los pies. Caben dos adultos perfectamente en altura y en espacio para las piernas, que es generoso. Un tercero deberá ser niño (que no necesite de silla) o una persona pequeña y tolerante.
El maletero es grande, 470 litros bien aprovechados gracias a una boca de carga grande. Un detalle negativo es que sólo guarda un neumático de uso temporal.
Chevrolet Onix: seguridad y conectividad
Partamos por lo segundo: el Onix sedán se ofrece con el sistema MyLink y el soporte OnStar a partir de la segunda versión. Ambos se soportan en la pantalla táctil de 7 pulgadas, bien ubicada para poder tocarla sin tener que estirarse desde el asiento.
El sistema MyLink ofrece un home sencillo de ver y usar, cuenta con bluetooth y conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, ambos por cable, cámara de retroceso, y nuestra unidad de pruebas, ademas, cuenta con cargador inalámbrico. Hasta aquí, nada que otros modelos también ofrezca en modelos semejantes (aunque no es la norma).
Respecto de OnStar, es un diferencial inalcanzable por ningún otro competidor. La funcionalidades puedes leer en nuestra nota de lanzamiento, pero vale la pena destacar la oferta de Wifi 4G nativo, con capacidad de conectar hasta 7 dispositivos y a 15 metros de distancia. Funciona a la perfección.
Vamos a la seguridad, otro punto sobresaliente de este modelo, que por si no lo saben, alcanzó 5 estrellas de seguridad en las pruebas choque realizadas por Latin NCAP.
De serie se ofrece con seis airbags, controles de tracción y estabilidad, anclajes ISOFIX, frenos ABS con EBD, asistente de partida en pendiente. La versión intermedia agrega sensor trasero com cámara, mientras el modelo Premier (nuestra unidad de pruebas) incluye sensores delanteros, radar de punto ciego y asistente de estacionamiento automático. Y los sistemas de OnStar, por supuesto.
El nuevo Nissan Versa elevó los estándares de seguridad con 6 airbagas y ESP de serie, pero el Onix va un poco más allá. Si tiene familia, acá hay una gran razón para comprar este auto.
Chevrolet Onix: mecánica y manejo
Otra apuesta de Chevrolet es lanzar motores pequeños y eficientes. El de entrada es un tres cilindros, 1.2 litros aspirado, con 90 caballos de fuerza y 115 Nm de par. Desconocemos cómo se mueve, pero nuestros colegas en Argentina nos dicen que para uso urbano está más que bien, con consumos reales en torno a los 11 km/litro en ciudad y 14 en ciclo mixto (acá homologa 12,7 km/l en ciudad y 16,4 en mixto).
Nosotros probamos el tricilíndrico 1.0 litros turbo, que genera 116 Hp y 160 Nm de par (entre 2.000 y 4.500 rpm), y que está asociado a una caja automática de seis cambios. La marca homologa 11,6 km/litro en ciudad y 16 km/l en ciclo mixto. ¿Cuánto nos rindió a nosotros? Un poco menos, pero aún así, buenos rendimientos reales: 10,7 km/litro en ciudad, 12,7 en mixto y 15,2 km/litro a 120 km/h (velocidad que se consigue a 2.600 rpm).
El motor es muy ágil de salida ya que mucho torque disponible desde muy abajo. En conducción normal se siente activo, ágil y satisfactorio, y sólo lo sentimos algo flojo en subida, pero la caja hace su trabajo para llevarlo a régimen.
Y eso es lo bueno: la caja gestiona bien el motor, no es muy rápida en los pasos ni transmite tironeos, pero lleva el motor normalmente a buen régimen, no deja que se sobre exiga ni que se desmorone. Así se produce un nivel óptimo de consumo. Esta caja no tiene modo manual, pero sí ofrece un modo L, que bloque una marcha en caso de necesitar permanecer por mucho rato en un mismo cambio (por ejemplo, en tercera en una subida).
La cabina está bien insonorizada, y casi no se escucha ni el motor ni el ruido del viento, pudiendo hacerse muchos kilómetros arriba sin cansancio. Tampoco se sienten asperezas o vibraciones en el volante.
La suspensión está calibrada para ser eficiente en ciudad y malos pavimentos, pero también en carretera. Amortigua muy bien, sin golpes secos que son la constante en modelos de este segmento, y si bien tiende a rolar cuando se le fuerza en curvas, ofrece el suficiente aplomo como para sentirte tranquilo. La estabilidad es sobresaliente, y sólo nos llamó la atención lo liviano que se siente cuando hay vientos cruzados, pero nada como para asustarse.
Diría que es un auto de manejo equilibrado, que se comporta muy bien en la ciudad, pero es que satisfactorio en carreteras para viajes largos.
Conclusión
Hay muchas razones por las cuales yo me compraría un Onix sedán, sin ser realmente fan de Chevrolet.
Primero, porque tengo familia y este es el referente en cuanto a seguridad en el segmento de los sedanes compactos. Mientras la competencia los ofrece los dos airbags reglamentarios y punto, Onix tiene de todo y en abudancia.
Segundo, por la conectividad. Además del MyLink y sus compatibilidades, cuenta con OnStar y su plan wifi para todo el auto. Y con niños es una necesidad real.
Tercero, porque si bien no es el líder en habitabilidad (el Versa tiene plazas traseras y maletero más grandes, por ejemplo), caben tres personas atrás y cuenta con cinturones de tres puntas en todos los asientos, algo que tampoco es tan común en el segmento.
Cuarto, porque tiene un motor 1.0 Turbo excelente, buena potencia, buen consumo, gran puesta a punto para todos los usos. ¿Para qué gastar más en gasolina?
Y quinto, porque hay pocos puntos débiles. El diseño no me gusta pero no me desagrada; la materialidad interior podría ser mejor, y tiene un neumático de repuesto temporal. No se me ocurren más falencias. Y a este precio, la oferta es generosa en equipamiento. Vale la pena.
Test drive Chevrolet Onix 2021