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Probamos la Toyota C-HR 2021

Probamos el extraño y audaz híbrido de Toyota, un auto que en Europa, es un crossover más, pero que en Chile tiene la misión de ser un auto halo para la marca japonesa, principalmente por su propuesta de diseño y calidad, así como por su tren motriz. Es un auto fascinante, pero tremendamente sobrevalorado.

Probamos la Toyota C-HR 2021

El 2016, Toyota nos dejó a todos peinados para atrás con la presentación en el Salón de Ginebra del C-HR, un curioso y llamativo crossover compacto, el cual, por entonces, salía de lo común para lo que acostumbrábamos a ver en la marca japonesa, sumida en el sopor de diseños utilitarios, muy "beige" y convencionales. 

El C-HR apareció como conceptual el 2014 y le tomo dos años mutar hacia un formato más adecuado para iniciar la producción en masa. Por fortuna, muchos elementos de diseño, se mantuvieron. Gracias al C-HR, Toyota comenzó a trabajar en un lenguaje de diseño más moderno y atractivo.

Este C-HR ya se comercializa en varias partes del mundo y destaca no solo por su diseño, sino que también por sus propulsores híbridos y su buen equipamiento, a costa de no ser un modelo muy práctico. Toyota Chile decidió que era una buena idea lanzarlo en el país, a modo de elevar su percepción de marca, con un modelo que sea embajador de todos los valores que Toyota quiere imprimirle a sus productos.

Dimensiones del Toyota C-HR

Este C-HR queda atravesado entre el segmento B y el segmento C de SUVs. Con 4,4 metros de largo, es casi tan largo como un Nissan Qashqai o un Mazda CX-30. Un Kia Sportage es más grande, pero un Kia Niro, un BMW X2, un Peugeot 2008 o un MINI Countryman son más pequeños. 

  • Largo: 4,40 metros
  • Ancho: 1,97 metros
  • Alto: 1,56 metros
  • Entre ejes: 2,64 metros
  • Maletero: 377 litros, en teoria.

Aunque efectivamente el C-HR ofrece 377 litros en casi todas sus versiones, en Chile, ese espacio, que ya es poco para el segmento, se reduce prácticamente a la mitad, culpa de una rueda de repuesto de tamaño completo. Hay algunos que prefieren la rueda de repuesto, hay otros que prefieren el espacio. Yo personalmente, en un auto con el maletero tan justo, no me molesta tener una "galleta" como rueda de emergencia.

Diseño audaz

Si es por diseño, al menos a mí, me encanta el C-HR. Aunque claro, a mí me fascinan los autos raros y con personalidad, así que mi mirada subjetiva no es la más popular. Pero como es mi experiencia, voy a abordarla desde mi punto de vista y después ustedes contrastan con su propia impresión.

Las proporciones del modelo, me gustan, aunque se ve un tanto pesado, más aún si consideramos que la elección de llantas que hizo Toyota, no era la más adecuada para este modelo. Si tuviera uno, sería lo primero que le cambiaria. 

El frontal, tiene bastantes rasgos de la RAV4 de la generación pasada, pero el resto, se aleja mucho de lo que encontramos normalmente en un Toyota. Yo creo que su referencia principal en cuanto a diseño la podemos encontrar en el Nissan Juke, aunque el C-HR es claramente más grande. Aun así, tenemos los pasos de rueda abultados y las manillas de las puertas traseras, ocultas; el C-HR en su fase de prototipo solo tenía dos puertas.

Encuentro muy original la forma del perfil, donde coquetean dos dimensiones, los volúmenes curvos de los pasos de rueda y las superficies más lisas de las puertas. También me gusta la caída del techo (que es de color negro y el diseño de las luces traseras.

Interior que sorprende con detalles

El diseño interior del C-HR tiene mucho en común con los modelos más nuevos de la marca. Tenemos una consola flotante, asimétrica y más minimalista, junto a una gran pantalla para el sistema multimedia, que personalmente encuentro demasiado prominente.

El equipo de diseño de Toyota quiso que el C-HR ofreciera una experiencia muy distintiva en el interior, por lo que jugaron con materiales y texturas distintas. Y la verdad, para ser un Toyota, se cumple a cabalidad. La gran mayoría de los polímeros son muy suaves al tacto, pero más me sorprendió el uso de otros materiales, como los utilizados en las puertas, texturados y con una sensación gomosa bastante especial.

También destaca el diseño de los asientos, los cueros utilizados y la iluminación ambiental de color azul. No soy muy fan de los acabados tipo "piano black" aunque están bien implementados, al igual que los acentos color aluminio (como el pomo de la palanca de cambios). Mi mayor decepción fue el techo, puesto que lleva un patrón que parecen unas "huellas" con forma de diamante, sobre las cabezas de los pasajeros delanteros. Sin embargo, el material del forro del techo es de una calidad muy económica: nadie anda tocando el techo, pero mi tarea es revisarlo todo. Lo otro que pudo ser mejorable es el cuadro de instrumentos, que parece sacado de algún Corolla y que no pega con la propuesta vanguardista y futurista del auto: esperaba un panel 100% digital.

Una cueva para los pasajeros

La habitabilidad de las plazas traseras, al contrario de lo que puedes creer, es bastante buena, principalmente porque Toyota bajó la posición de la banca para ofrecer más espacio en las cabezas. Además, el suelo es relativamente plano, por lo que tres personas, pueden ir sentadas sin problemas. Ojo sí, que por su concepción pseudo-deportiva y la caída del techo, te da una sensación algo claustrofóbica. Nos recordó un poco al DS3 Crossback en ese aspecto.

Equipamiento

El listado de equipamiento es muy abundante para el perfil del auto, aunque con faltas para el precio que ostenta. Entre lo más llamativo encontramos los reglajes eléctricos para el asiento del conductor, calefacción para los asientos delanteros, espejos de plegado eléctrico con defroster, alzavidrios one-touch para todas las plazas, espejo interior fotosensible, acceso con Smart Key y botón de encendido, soporte para Apple CarPlay/Android Auto, climatizador dual con sistema de filtrado activo, iluminación Full LED frontal, asistente de estacionamiento, siete Airbags y encendido automático de luces o limpiaparabrisas. También tiene vidrios tinteados y freno de estacionamiento eléctrico. Es obvio que lleva ISOFIX, ABS, ESP y asistente de partida en pendiente.

Pero nos faltó un control crucero adaptativo, un sistema de frenado automático o monitores de punto ciego, equipamiento esperable en un auto de sobre 20 millones de pesos.

¿Cómo se maneja?

El C-HR, tristemente llegó a Chile con el tren motriz menos potente de todos, compartido igualmente con el Corolla Hybrid. Hablamos de un motor 1.8 de ciclo Atkinson, con 95 Hp y 142 Nm de torque, ayudado por un motor eléctrico de 71 Hp y 163 Nm de torque máximo. Ambos, se asocian a una caja CVT que puede emular 8 marchas y logra 122 Hp en promedio.

Si se trata de consumo, el Toyota C-HR es absolutamente el rey. Puede lograr 28,7 km/l en ciudad y 23,3 km/l en carretera. Estos son consumos muy ideales y haciendo uso completo de la autonomía eléctrica que ofrece el auto, que son cerca de 50 kilómetros. Pero tienes que ser muy inteligente y usar el modo Eco y andar al ritmo de la caja. Esto, por supuesto que es muy difícil, así que tu consumo en ciudad, será muy parecido al que logramos nosotros, de 14 km/l.

Y esto es, porque el motor es realmente muy lento, al punto que nos vemos siempre pidiéndole más al motor, sensación que se hace un tanto exasperante. Y se sabe, que un motor que anda exigido, gasta más. Desde esos 14 km/l, tratamos de subir el promedio con el modo 100% eléctrico y aprovechando pendientes e inercias, para subirlo a 18 km/l. Sigue siendo realmente económico. 

Si andas solo en ciudad, te enfrentas diariamente al tráfico y conduces distancias cortas, probablemente, tu promedio de consumo será más alto que el de nosotros, pero difícil manejar a un ritmo tan suave.

Todo en el Toyota apunta a la suavidad, así que tanto la suspensión como la respuesta motriz van en ese tenor. Y realmente es muy suave y agradable, si se trata de ir "a la velocidad del paisaje". La dirección, aunque es ágil, tiene el mismo tacto que el de un volante de PlayStation, o sea, muy sintético y con cero tacto del tren delantero, salvo cuando el auto se carga por la inercia.

Entonces...

El Toyota C-HR a mí me gustó muchísimo. Como producto, es un auto que me encantaría tener, aunque eso tiene que ver con su diseño y su propuesta. Está bien equipado, te hace sentir cómodo y ofrece una muy buena calidad, aparte de que es un Toyota, así que difícil que te deje botado, incluso en las peores de las condiciones.

El C-HR es un capricho. Es de esos autos que ofrecen una propuesta personal, de estilo de vida. Un auto para ti, tu pareja, tu mascota y un par de bolsos, con un diseño especial y una posición alta de manejo.

Sin embargo, Toyota arruinó por completo la experiencia del C-HR. Primero, cayó en el "mal de Honda" y ofrece al C-HR en unos realmente desmedidos $26.990.000. El C-HR es técnicamente un hatch levantado y siento que está casi 10 millones por sobre lo que debería costar. Muy híbrido será, pero a ese precio, jamás lo compraria.

Segundo, probablemente un Suzuki Swift de los antiguos o un Chevrolet Spark tenga más espacio en el maletero. Y tercero, está su motor, que es muy económico y muy eficiente, pero que no tiene nada de fuerza para lo que el auto inspira. Y en esto tampoco ayuda la CVT, que da la sensación que se tragara parte del torque. Otra cosa seria con el motor híbrido de dos litros y 180 Hp. Ese si sería un motor que le quedaría mejor al C-HR.

Pero esto no le importa a la marca, puesto que no persiguen volumen de ventas con el C-HR. Esta es la guinda en su oferta de modelos y su misión es simplemente ser el icono de Toyota, con consciencia ecológica, tecnología hibrida, diseño audaz, calidad y alta fiabilidad.

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