Si bien al nuevo Land Rover Defender ya lo probaron nuestros colegas de Autocosmos México en una crónica que publicamos hace un tiempo atrás, yo podría decir que la pega estaba hecha. Pero no; lamentablemente me gustan mucho los autos y no me iba a quedar tranquilo hasta que pudiera personalmente conocer al Defender aquí en Chile y traerles un poco de mi experiencia, en nuestro propio suelo.
Culpa de la pandemia, Land Rover se quedó sin poder hacer el lanzamiento que quería, pero aun así, organizaron una prueba privada y muy cerrada (por turnos y grupos de dos a tres periodistas, culpa del COVID) en el parque Antawaya, lugar que hemos visitado varias veces con otras marcas (Suzuki, Great Wall, MG, Renault, etc.) para que pudiéramos tener una probadita de las capacidades del Defender. Tal como fue con la prueba de la Ranger Raptor, sinceramente, para la rutina de un periodista automotriz en Chile, es muy difícil conseguirse un lugar que realmente esté a la altura de sus capacidades offroad, que quede relativamente cerca y que nos permita volver a tiempo a la oficina para seguir editando fotos y notas, especialmente cuando se cuenta con un equipo chico y una agenda apretada.
Así que, me pongo el parche antes de la herida: las pruebas fueron técnicas, pero solo insinúan lo que uno realmente podría llegar a hacer con un Defender.
Esta consola que es más repisa que consola, nos recuerda a algunos Defender del pasado, antes de que se incorporara la nueva consola plástica de las últimas ediciones.
Al volante
Lo primero es que, al subirme al Defender, me encontré con una consola que escapa a lo que se ve en las fotos. Todo es realmente funcional y lo mejor es que la marca inglesa está utilizando muchos materiales que lucen muy novedosos y resistentes al uso, pero que también tienen una calidad premium al tacto. Las puertas tienen chapa expuesta en el interior y los pernos expuestos que se usan para fijar los paneles plásticos, son reales. De hecho, nuestro instructor Fabrizio Álvarez, nos comentaba que era probablemente una de las puertas más fáciles de desarmar y reparar.
Entonces nos encontramos con un auto que aun luciendo premium, es real y honestamente funcional, como no he visto en otros autos. De hecho, gracias a la tecnología, es posible aglutinar todos los comandos esenciales en una zona más alta, lo que transforma la consola central en un lugar altamente modular para almacenar lo que se te antoje.
El techo es tan alto como el del Defender tradicional, lo que nos permite tener una sensación de manejo que evoca al del original, donde los asientos van más arriba y las ventanas nos quedan un poco más bajas. Esto no es aparente desde el exterior.
Prueba #1: descenso en 40 grados
La primera prueba técnica del circuito consistió en descender una peligrosa (peligrosa para un SUV urbano) gradiente en 40 grados. Esta gradiente tiene varias dificultades:
- Los angulos de ataque y de salida en esta gradiente, comprometen el angulo ventral y el angulo de ataque de cualquier auto que no tenga un despeje generoso.
- La tierra está suelta, asi que no es un obstaculo para enfrentar a tontas y a locas. Los neumáticos del Defender son de calle, si yo fuese a hacer offroad serio, realmente se los cambiaría.
Para enfrentar esta gradiente, primero fijamos la tracción con la reductora, para poder tener más freno motor. También activamos el control de descenso. Pero, a su vez, probamos el sistema de suspensión ajustable, el cual en su posición máxima le da 291 mm de altura. Muchos se rien del Defender al ver sus fotos estáticas con la suspensión más baja, pero cuando el auto se levanta, asusta, logrando más recorrido que en un Defender estandar.
Con la suspensión elevada, logramos un angulo de ataque de 38 grados, suficiente para no arrastrar el parachoques delantero cuando lleguemos abajo.
- Los obstaculos se enfrentan siempre de frente. Jamás de costado para evitar volcamientos: regla sagrada del offroad al enfrentar subidas o bajadas empinadas.
- Como el auto es realmente alto, primero fuimos bajando con el freno, hasta que pudiesemos ver el suelo.
- Luego dejamos que el auto bajara por cuenta propia, lo que demostró el poder de los frenos y el control que tiene el auto de su propia tracción, aun con neumáticos de carretera.
Prueba #2: piedras... muchas piedras
El problema de enfrentarse a un camino con piedras (piedras de verdad, no ripio molido) es que las piedras son irregulares y presentan una superficie muy inestable. Algunas piedras se mantendrán en su lugar al apretarse junto a otras y las otras se van a mover, lo que cambia abruptamente la topología. Si eres brusco, lo único que vas a lograr es un montón de piedrazos a tu alrededor y enterrar una de tus ruedas.
Para aquello usamos el selector Terrain Response 2 y ubicamos el modo roca, el cual está configurado precisamente para tener una entrega de torque continua pero delicada.
Vale destacar que esta unidad del Defender está impulsada por un motor de seis cilindros, tres litros, 400 Hp y 550 Nm de torque, con un sistema MHEV de 48 volts. El sistema eléctrico ayuda muchísimo a tapar algunos valles en la entrega de torque, suavizando su curva. En un auto normal, especialmente en la parte más baja del tacómetro, tendremos un punto donde no hay mucha fuerza y después donde comienza la curva de torque, lo que hace un poco más difícil modular la aceleración en condiciones más delicadas. Con el sistema MHEV de Land Rover, se incorpora un supercargador eléctrico que suple el lag de los turbocompresores, lo que permite un torque lineal desde 0 y un control mucho más absoluto del potencial del motor.
Pero más que la tracción, sorprende que el auto filtra todos los movimientos parásitos e imperfecciones del camino, de una manera tan impresionante que nos revela un problema natural de los autos modernos (de estos últimos 15 años): los autos cuando te aíslan mucho, te hacen perder contacto con la misma naturaleza física del tren motriz y su estructura. Esto significa que un usuario poco cauteloso, podría confiarse demasiado tratando de llevar el auto a limites estúpidamente más altos de los que puede percibir, incurriendo en accidentes o en daños. Esto es válido también para todos los que se creen piloto de carrera en un auto deportivo nuevo.
El Defender te hace saber perfectamente donde estas pisando, pero con el confort de un auto premium. Y esto es aparente cuando nos subimos al Defender clásico que se sacude por completo y emite todo tipo de ruidos, revelándote todos los límites del auto desde el arranque.
Prueba #3: pasos de agua
No teníamos ríos con 900 mm de profundidad como para medir su capacidad completa de vadeo. Pero a los pozones que nos enfrentamos, nos permitieron conocer otros detalles del auto:
- El sistema Wade Sensing, te permite saber cuánto estas vadeando, directamente desde el monitor del sistema multimedia. Esto es útil en un auto grande, donde usualmente se pierde la perspectiva de la profundidad, incluso sacando la cabeza por la ventana.
- El Defender viene completamente sellado para aguantar 900 mm de agua, sin comprometer el interior. La mayoría de los autos cuentan con membranas de goma para poder mantener una presión estable en los interiores, similar a la del exterior. En el caso del Defender, las puertas tienen doble sello de goma y el suelo tiene algunas membranas especial que funcionan en un solo sentido: se "chupan" cuando hay agua y se liberan en funcionamiento normal para liberar la presión de la cabina.
Una sorpresa: la cámara Full HD en 360 grados con inteligencia artificial
Algo que me sorprendió, al margen de lo que vine a hacer con el Defender al parque Antawaya fue el uso de sus cámaras de visión en 360 grados, las cuales fueron desarrolladas en torno a un procesador que tiene un sistema basado en inteligencia artificial.
En español, esto significa que en lugar de tener cuatro cámaras pegadas que tratan de darte una visión periférica del auto, aquí podemos tener vistas anguladas, como si un dron nos viniera siguiendo. Pero el procesador es tan potente, que puede recrear en 3D algunos elementos del exterior... en realidad, todo el relieve del exterior, desde árboles, rejas, troncos y topología.
Es una sensación muy extraña y fascinante, que aporta dimensión y utilidad a estas cámaras que nunca son tan precisas. Aquí si puedes tener referencias mucho más realistas para ejecutar maniobras, pero el efecto es realmente llamativo. No lo había visto jamás en ningún auto.
Conclusiones
Del Defender hemos dicho bastante, como suele suceder con los modelos que generan una alta expectación. Y no es para menos, porque el Defender de Land Rover es un icono que va más allá de su segmento. Y como pasa con todos los autos que se renuevan después de un largo tiempo, las expectativas son muy altas, prácticamente irracionales y fundadas en la herencia que ha dejado su fantástico e histórico antecesor.
No quiero ponerme denso, pero creo que es importante, hacer una sugerencia que puede ayudarte de cuando en vez a racionalizar un poco las decisiones de los fabricantes automotrices en la era moderna. Estamos en el 2020 y ha pasado mucha agua bajo el puente como para generar un vehículo offroad realmente competente con tecnología nueva. El discurso de los "autos de plástico" lo comparto muchísimo, pero dejemos de meter a todos los autos en el mismo saco y convengamos que hoy todos los autos son así (si todos los autos son plásticos, elige el mejor plástico). Es anacrónico pensar en que íbamos a vivir por siempre con autos como el Defender viejo o que todos los sedanes iban a ser como el Impala de los '50. Si eres de esos, UAZ estará encantado de venderte un Bukhanka o un Hunter, que son fabulosos vehículos multipropósito, pero insufribles para la gran mayoría de las personas en su uso cotidiano.
Y esto no lo digo para darle una ventaja al Defender. Sino porque quiero dar crédito a lo concreto, que es un vehículo realmente fascinante en su desarrollo. Land Rover podría haber tomado el camino fácil, pero hubiese terminado con un INEOS Grenadier. Y si bien de Defender, solo tiene el nombre, la influencia de su antecesor aún vive en muchos detalles, al margen de lo estético.