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La guerra en Ucrania podría aumentar el precio de los autos

El incremento en el precio del aluminio y paladio, así como el cierre de fábricas impactarían directamente en el precio de los vehículos.

La guerra en Ucrania podría aumentar el precio de los autos

La industria automotriz se encontraba optimista y parecería que pronto sortearía el bache generado por la pandemia y la escasez de semiconductores. Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania podría significar el colapso de todos los buenos pronósticos y tal vez el golpe de gracia que podría dejar en nocaut a este sector que está íntimamente ligado al ámbito humano, social, político, tecnológico, económico, entre otros.  

Para empezar, tenemos que Ucrania es un país que cuenta con algunos fabricantes locales como la Fábrica de Automóviles de Kremenchuk, Bogdan Group y ZAZ, los cuales tienen una presencia mayoritariamente regional y su presencia en mercados globales es más bien tímida.

No obstante, es un país con una fuerte industria de proveeduría, de hecho, mientras escribo esta columna Volkswagen dio a conocer que suspenderá labores en las plantas alemanas de Zwickau y Dresde a causa del desabasto de un proveedor ucraniano. Y esto es solo el comienzo, ya que pronto, habrá más factorías que tendrán que parar por el mismo motivo a lo largo de Europa.

Respecto a Rusia, estamos hablando del principal socio comercial entre los países de Europa Central y Oriental.  Pero Estados Unidos, así como Europa Occidental, tomaron la decisión de bloquear económicamente al país invasor, esto quiere decir que han cortado toda relación con empresarios, políticos, y todo lo que tenga que ver con Rusia. Un buen ejemplo lo tenemos en la propia F1, donde se anunció que la cancelación del GP de Rusia, al mismo tiempo que la escudería Haas retiró todos los patrocinios de la compañía rusa Uralkali. Pero esto es solo la punta del iceberg, ya que su influencia en el mundo automotriz de forma directa e indirecta es mucho, mucho mayor y aquí ya hablamos de un efecto dominó que terminará por afectar la cadena de suministro global.

Para empezar, en Rusia hay una cantidad importante de fabricantes locales como Aurus Motors, KAMAZ, UAZ, pero tampoco hay que dejar de lado que Stellantis, Volkswagen, Audi, Ford, Mitsubishi, Mercedes-Benz, BMW y Toyota tienen actividad productiva en el país dirigido por Vladimir Putin. Por cierto, hablamos del décimo productor global de autos en 2020 conforme a datos de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA).

Pero ninguna tiene tantos intereses en Rusia como Renault que es el accionista mayoritario de AutoVAZ, el mayor productor de aquel país, que, por cierto confirmó que detendrá actividad en Moscú y Toliatti, lo cual desencadenaría un daño colateral, ya que se trata del segundo mercado más grande para la marca del rombo después de Francia. Como verás se trata de un mercado sumamente importante para los franceses.

Tampoco hay que olvidar que Rusia es un país fundamental en cuanto a materias primas se refiere y que actualmente, muchos de los autos que se producen son fabricados con insumos provenientes de ese país. Incluso, es un país clave en materia de electrificación ya que es uno de los principales productores de paladio y aluminio. Rusia produce un 40% del total de paladio en Europa, que, si no lo sabes, es un elemento usado para la fabricación de catalizadores, así como para las baterías de autos eléctricos e híbridos.

En cuanto a aluminio, basta con recordar que prácticamente todos los autos en la actualidad presumen estar construidos con este material. Pero de nuevo hay un problem,a ya que Rusia es el segundo productor a nivel mundial (sólo por detrás de China) y el principal proveedor en Europa. Ojo, los precios del aluminio en el London Metal Exchange (LME) ya tocaron sus máximos históricos.

Ahora, tampoco hay que olvidarse que por sí mismo este conflicto podría derivar en una crisis energética que elevaría el precio del petróleo y del gas. Si a ello le sumamos las sanciones económicas, el bloqueo comercial y la afectación en la cadena productiva tanto de Rusia como de la Ucrania misma, solo podemos esperar una afectación directa en toda la cadena de suministro global y el consecuente incremento de precios.

También habrá afectaciones en la expansión en materia de electrificación y sí, también retrasaría aún más la crisis de semiconductores. Y todo esto obviamente, con sólo guiarnos con la oferta y demanda, se trasladará a la escasez y consecuente incremento de precio en los productos finales.

Tampoco hay que olvidar que el mundo ya estaba inmerso en una crisis de abastecimiento de acero, así que básicamente, dependiendo de la duración del conflicto y de cómo se resuelvan las sanciones para Rusia, podríamos estar ante una de las afectaciones más grandes a la industria automotriz de occidente.

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