
Durante años la industria automotriz ha comenzado a trabajar y a aprovechar la fibra de carbono para construir sus productos y actualmente en la era eléctrica está teniendo un mayor alcance, gracias a que por sus características puede ayudar a mantener el peso de los autos eléctricos lo más contenido posible. Sin embargo, en Europa se está buscando clasificar este material cómo algo peligroso.
Primero que nada debemos entender que la fibra de carbono es un material que es mucho más ligero que el aluminio y mucho más fuerte que el acero, por lo que muchas industrias cómo la automotriz la han adoptado cómo una gran ayuda para productos especializados. Dentro del mercado de este material, la industria automotriz representa entre el 10% al 20% de la demanda acorde a Nikkei Asia, el resto de la industria incluye a la aeroespacial, generación de energía, entre otras.
¿Por qué Europa la quiere clasificar cómo peligrosa?
Si bien todo indica que tiene muchas ventajas, la razón por la que la Unión Europea la podría clasificar cómo peligrosa tiene que ver con su tratamiento una vez que ha sido desechada.
Pues el Parlamento Europeo ha presentado un proyecto que aún están desarrollando llamado “ End of Life Vehicles Directive” o Directiva del fin de vida útil de los vehículos. En el se tratan muchos pasos y requisitos para el reciclado y destrucción de elementos que ya cumplieron su función en un automóvil.
En este mismo documento se estipula que al trozar la fibra de carbono, se parte en pequeñísimas partes que dejan libres millones de filamentos de la propia fibra que desafortunadamente tiende causar irritaciones y ardor si entra en contacto con la piel humana, así cómo con las mucosas de la nariz o boca. Además, esos pequeños filamentos, pueden causar cortos circuitos si entran en contacto con los motores de algunos equipos que funcionan con electricidad.
Con lo anterior en mente, la Unión Europea quiere añadir a la fibra de carbono a la lista de materiales o sustancias peligrosas, junto a otras que ya están incluidas cómo el plomo, el mercurio, entre otros.
Una prohibición de este tipo no solo afectaría a Europa y sus marcas, muchas marcas a nivel global, tendrían que encontrar un material para suplir la fibra de carbono con el fin de poder vender sus autos en el viejo continente.
Otra consecuencia iría directamente contra Japón y su industria de la fibra de carbono, pues ellos cuentan con tres fabricantes que juntos abarcan el 54% de la producción mundial de este material. Otra empresa fuertemente afectada sería McLaren, pues la firma británica, fabrica todos los chasis de sus autos con fibra de carbono.
Por ahora esta prohibición está bajo análisis y si llega a entrar en vigor, sucedería hasta 2029. Por lo que las marcas aún tienen un gran margen de maniobra para idear formas nuevas de tratar este material.