Al fin podemos conocer a la nueva bestia de Koenigsegg. Sabíamos que iba llamarse Regera, que buscaría competir caballo a caballo con el Bugatti Veyron y que seguramente seguiría los lineamientos mecánicos de los hiperdeportivos más importantes al incorporar tecnología híbrida, tal como LaFerrari, el P1 o el 918 Spyder. Pero lo que no sabíamos es que iba a ser tan exageradamente impresionante.
Desde el Salón de Ginebra 2015 nos llegan imágenes e información de lo que seguramente será el nuevo titán a vencer de la industria automotriz. Con un diseño esculpido por el viento, su carrocería de fibra de carbono y kevlar esconde en sus entrañas a nada menos que 1.810 caballos y 2.000 NM, entregados en conjunto tanto por su V8 biturbo de 5.0L como por sus tres motores eléctricos. Pero el Regera no es un superhíbrido más. Tiene un as bajo la manga, la ausencia de una caja de velocidades.
Koenigsegg no ha explicado del todo bien cómo funciona este sistema de transmisión denominada Koenigsegg Direct Drive, (KDD) pero valiéndonos de la simple observación podemos suponer que la potencia del V8 de 1.100 Hp se transmite directamente a las ruedas traseras, con uno de estos motores eléctricos acoplado directamente al cigüeñal del motor y funcionando como embrague. La desventaja de la transmisión directa es la falta de fuerza en baja, algo que el Regera soluciona empleando desde la partida detenida los 700 Hp del trío de impulsores eléctricos, que como ya debes saber, por naturaleza ofrecen todo su torque de manera inmediata.
Esta inmensa cantidad de caballos le permiten al Regera batir récords de aceleración, ya que la marca ha declarado que puede acelerar de 0 a 400 Km/h (sí, 400) en menos de 20 segundos. Esta cifra deja en ridículo al Veyron y a sus competidores hiperdeportivos, que en ese lapso recién están llegando a los 300 km/h. Esta aceleración brutal también es posible gracias al bajo peso del vehículo, que apenas alcanza los 1.420 Kg en seco, gracias a la mencionada ausencia del conjunto de transmisión y al contenido tamaño de las baterías, que apenas le agregan 115 Kg al peso total. Si estás sacando cuentas te ahorramos el cálculo, su relación peso/potencia es de 0.78Kg/Hp.
Para mantenerlo pegado al asfalto, el Regera emplea soluciones de aerodinámica activa, con un alerón que se despliega en velocidad y un difusor soplado por el escape del motor, cuya salida está camuflada mediante unas bocas tipo “cola de pez”, que según su fabricante, Akrapovic, le confieren un sonido único.
Si estás pensando en que lo único exótico que tiene el Regera son sus cifras y su ausencia de transmisión, quizás deberías mirar los neumáticos hechos 100% de fibra de carbono, o la carrocería robotizada (espejos, alerón, puertas y aletas delanteras pueden ser controladas remotamente) o su extrañísimo sistema de apertura de puertas. Estas rarezas, sumado al hecho de que Koenigsegg fabricará un máximo de 80 unidades de este vehículo, hacen que el Regera “bien” valga sus US$2.000.000.
Conócelo a fondo en la galería de imágenes adjunta y danos tu opinión: ¿Estamos ante un nuevo paradigma automotriz o los suecos están exagerando?