Las ambiciones de Renault siguen por la senda eléctrica. En este caso, le hacen frente al futuro con el deportivo Trezor, un conceptual de proporciones elegantes y estilo futurista, perpetuando el lenguaje de diseño ya conocido en los modelos actuales de la marca.
Para añadir futurismo al modelo, el acceso a la cabina se realiza gracias a un sistema que levanta la cúpula superior del modelo, sección de gran volumen que incorpora el capot del auto. En el interior nos encontramos con un combo entre cuero y madera roja, además de un cockpit muy minimalista y futurista, incluyendo pantallas OLED fabricadas en Gorilla Glass. La habitabilidad también tiene una cuota de originalidad, con el espacio del maletero relegado a dos compartimientos en la parte frontal-central del auto, inmediatamente delante de la consola.
El propulsor que mueve al Trezor es tomado directamente de la Formula E, con una potencia de 354 Hp y 380 Nm de par hacia las ruedas traseras. Las baterías se reparten entre la zona anterior y posterior del auto, para mejorar el equilibrio dinámico. Son refrigeradas de manera independiente, aunque llama la atención las lamas hexagonales sobre el capot. Si a esto le agregamos que su masa general es de 1600 Kg gracias al uso de fibra de carbono, el Trezor puede acelerar de 0 a 100 en menos de 4 segundos.
Ahora, la verdad que lo que más llama la atención del Trezor no es su tren motriz o su diseño. Renault ha hecho mucho hincapié en la tecnología de manejo autónomo, siendo el Trezor un icono para la marca con respecto a dicho tema. De los tres modos de manejo disponible (Neutral, Sport, Autónomo) esta última opción altera el tamaño del volante para mejorar la visibilidad general, detalle que pretenden incorporar en el 2020 para cuando estas tecnologías comiencen a hacerse disponibles en vehículos de producción masiva, en pos de mejorar la visibilidad hacia el exterior y entregar una experiencia de manejo aumentada.
