Desde hace algo más de una década que el origen Mercosur dejó de ser relevante para el mercado nacional. Salvo por algunas pick-up y uno que otro compacto, el grueso de nuestros modelos comenzaron a llegar desde otros orígenes, Corea, China, Tailandia y México, entre los principales.
Pero Chevrolet decidió regresar a sus orígenes, y convencido de que para recuperar mercado debe enfocarse en los nichos, se puso a revisar la vitrina que le ofrece GM de Brasil para actualizar y mejorar su gama de modelos.
Así llegó el Onix primero, luego el Prisma, y esta semana se sumaron tres nuevos modelos “Made in Brasil”: la pick-up compacta Montana, el sedán mediano Cobalt y el modelo que nos convoca en esta crónica: el Spin (de los otros hablaremos en crónicas separadas).
Se trata de un MPV o minivan compacta (4.360 mm de largo, 1.735 mm de ancho, 1.664 mm de alto y 2.620 mm entre ejes), con tres corridas de asientos y siete plazas disponibles, que se ubicará por debajo del exitoso Orlando, con el claro propósito de arrebatarle algo de la generosa torta que se está comiendo hoy el Suzuki Ertiga: 70 de 360 unidades de MPV vendidos cada mes.
El Chevrolet Spin no es un modelo nuevo. La actual generación se lanzó en 2012 y se fabrica sobre la plataforma Gamma II, que también da vida al Cobalt.
La silueta es clásica en un MPV, con dos cuerpos bien marcados, una altura visiblemente mayor y una zaga con caída vertical. El frontal es robusto y luce la estética de los anteriores modelo de Chevrolet, con la parrilla hexagonal cruzada en la mitad, y focos bien metidos por los costados.
Por dentro hay que destacar la incorporación del sistema MyLink de primera generación, que a diferencia de los que han arribado en Cruze, Onix y Prisma, no tiene compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, pero sí ofrece pantalla multifunción y conectividad mediante bluetooth.
El habitáculo luce bien construido aunque con una percepción de calidad media, algo propio del origen. Lo más importante acá es su versatilidad al ofrecer siete plazas (las dos traseras más bien pequeñas), acceso a la tercera corrida de manera simple, y un maletero muy grande.
Si se utilizan las tres filas quedan libres 162 litros, mientras que el volumen aumenta a 553 litros con dos filas en uso, y a 1.608 litros en caso de no tener pasajeros.
Bajo el capó está el veterano motor de cuatro cilindros y ocho válvula, de 1.8 litros con 105 caballos de fuerza a 5.400 rpm y 160 Nm a 3.200 rpm. Este bloque está asociado a una caja mecánica de cinco marchas o a una nueva transmisión automática de seis velocidades.
Chevrolet planea diferenciarse por su alto nivel de contenido, y es así como de serie ofrece el sistema MyLink con la pantalla de 7”, aire acondicionado, vidrios eléctricos, cierre centralizado, airbags frontales, frenos ABS, sensor de retroceso, computador a bordo, llantas de aleación de 15”, barras en el techo, neblineros y decoraciones cromadas en el exterior.
La versión LTZ con caja mecánica costará $10.990.000, mientras que la variante automática, que suma a lo anterior control crucero, tiene un precio de $11.890.000.
La marca indica que como plan de lanzamiento tendrá un bono de financiamiento de un millón de pesos.
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