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Probamos el Volkswagen Beetle Convertible 2017

El convertible era el modelo que faltaba por llegar a complementar la linea actual de Beetle. Aprovechando la plataforma, también arriba un discreto facelift que actualiza algunos detalles estéticos en el modelo. Un agradable y entretenido modelo para disfrutar del sol.

Probamos el Volkswagen Beetle Convertible 2017

Con el arribo del convertible en septiembre de este año, la familia Beetle al fin se reúne completa en nuestro país. Y aprovechando el arribo de este formato, también llegan algunos discretos cambios para refrescar el estilo del nuevo Escarabajo, el que ya lleva casi 3 años en nuestro país.

Siendo uno de los pocos convertibles que puedes adquirir bajo los 20 millones, decidimos tomarlo prestado por una semana para conocer sus atributos principales y que tal se comporta bajo el sol.

Características técnicas y mecánicas

El Beetle hace bastante que dejó atrás las cotas del Escarabajo clásico. Cuenta con un largo de 4,288 mm, un ancho de 1.825 mm, un alto de 1,473 mm y una batalla de 2,538 mm. Curiosamente la plataforma del convertible hace que la distancia entre ejes crezca ínfimamente con respecto al coupé en 0,014 mm, una medida que francamente es indiscriminable a cualquier tipo de ojos. Lo mismo sucede con la altura, unos 0,015 mm menos, pero que a ojos de cualquiera. Estas cotas significan que el Beetle Cabriolet es más grande que el DS3 Cabrio, especialmente en el largo. Lo mismo le pasa al Mazda MX-5, modelo que claramente tiene pretensiones muy distintas a las del Beetle.

Revisando los cambios estéticos, el Beetle Cabriolet, así como el Beetle 2017 ahora tienen un parachoques de nuevo diseño, con tres secciones, en lugar de una gran toma de aire envolvente. Los neblineros, así como los indicadores de giro tienen mayor protagonismo, gracias a su nuevo diseño. Hacia atrás, vemos algunos cambios menores en los ópticos posteriores y parachoques trasero. Esta versión convertible, además incorpora un kit cromado, que sirve para delinear el habitáculo y hacer de contraste con la capota, combinando con las carcasas cromadas de los espejos. La capota simula muy bien el diseño del techo original, con la salvedad de un parabrisas mucho más pequeño. Lo demás se mantiene, un diseño que es mucho más retro y más masculino que su antecesor, el modelo neo-retro de 1998.

El Beetle es impulsado por un motor de 1.4 TSi de 160 Hp y 240 Nm de par, asociado a una caja automática DSG de 7 velocidades, combinación clásica en Volkswagen, probada y de muy buen performance. Su consumo homologado va de los 12 a los 18 km/l, similar al Coupé y podriamos sentir diferencias aerodinamicas que fueran en contra de estas cifras, pero la verdad es que se mantienen bastante fieles, de manejar tranquilamente.

Confort y habitabilidad

El interior del Beetle 2017 presenta algunos discretos cambios, que van más de la mano con un tema de materialidad. Por ejemplo, la sección inferior de la consola ahora va revestida con embellecedores color grafito brillante. El volante en su sección inferior presenta una pieza del color de la carrocería, la misma que también se replica en el interior, como guiño al Escarabajo tradicional, donde la chapa misma formaba parte del acabado interior dejando ver la pintura. La tapicería también es revisada, incorporando un nuevo diseño.

Para los que no se han subido a un Beetle antes, de contraste con su antecesor, podemos decir que la posición de manejo es mucho más cercana a la original, con el parabrisas más recto y una consola más cercana a nosotros. Por lo demás es un auto bien tradicional, que recurre bastante en su estética a la simplicidad del Escarabajo y por lo mismo no verán nada muy osado, incluso, innecesariamente anticuado, algo que incluso se deja ver en algunos materiales que no se asemejan al estilo Premium que Volkswagen nos acostumbra. Echamos de menos un clúster más vistoso o moderno; este es muy resumido y de estética muy tradicional, incluyendo el computador a bordo.

Adelante, las plazas delanteras son cómodas y amplias, si bien nos hubiese gustado un tapiz de cuero por el precio. Las plazas de atrás son pequeñas aunque usables segun el tamaño del ocupante y se reducen en los hombros el ancho con respecto al Beetle Coupé. El maletero también esta reducido, con 225 litros versus los 310 que lleva el Coupé y eso es básicamente porque se pierde el portalón completo. Los asientos son abatibles, por si necesitaras de más espacio.

El sistema de Infotainment al fin fue mejorado y actualizado en sus funciones e interfaz, con respecto a cómo el Beetle había llegado en el 2014.

Ahora, lo obvio, el techo. Este es de accionamiento eléctrico pero tapizado en lona. Se demora 9.5 segundos en operar, sosteniendo un botón sobre el marco del parabrisas, el que debes soltar cuando el auto te lo indique con un testigo sonoro y un mensaje bajo el velocímetro. En la estructura, se prescinde de los pilares B, entregando una sensación panorámica distinta, sobre todo cuando vas con el techo puesto, pero con todas las ventanas abajo (si, las traseras también son retractiles).

Impresión de manejo

Fuimos beneficiados por el buen clima, por lo que la mayoría del tiempo, anduvimos con el techo plegado. Después de todo, cual es el punto de tener un convertible, si vas a pasar con el techo guardado.

Si eres de los que no se ha subido nunca a un descapotable, hay una sensación inicial de vulnerabilidad al conducir, de sentirse muy expuesto, sensación que puede aminorarse subiendo las ventanas, las que también en carretera ayudan a aislar un poco el viento. Pero por lo general, está bastante bien aislado, para escuchar música y para conversar sin que nada se vuele o que el ruido nos interrumpa.

Como se puede suponer, la unidad 1.4 TSi de Volkswagen es bastante rápida y se lleva muy bien con la caja automática DSG de 7 velocidades. A la hora de pisar el acelerador, puede que la primera marcha se tarde más que las otras en acoplar, lo demás como es usual, muy suave, rápido, sin contratiempos y con buena elasticidad para recuperar o para poner el motor donde está más cómodo. La caja cuenta con modo Sport, la que apura los cambios y levanta las RPM del motor, entregándole, como pocas veces ocurre con otras combinaciones de caja/motor en otras marcas, una marcada diferencia de personalidad a la respuesta de aceleración.

Es ágil en ciudad, con una dirección a la que le puede faltar algo de tacto pero que es bien directa para esquivar el tráfico y cuenta con un chasis de calibración neutral, con ese sabor especial en la suspensión que es casi sello de Volkswagen, suficientemente firme para la carretera y con la suavidad adecuada para la ciudad. En este sentido, es normal y se repite un poco en algunas marcas, que el comportamiento dinámico es muy similar de auto en auto y eso es por las plataformas compartidas. Tanto, que ni siquiera sentimos diferencias de rigidez o torsión por la falta de techo.

Conclusión

El Beetle Cabriolet se ofrece en Chile, en una sola configuración a un precio de $17.990.000, lo que incluye 4 Airbags, barras Roll-Over desplegables desde detrás de los asientos traseros en caso de vuelco, frenos ABS, diferencial de bloqueo electrónico, control de tracción y estabilidad (ESC+ASR) anclajes ISOFIX, cámara de retroceso, sistema de audio con 8 parlantes y Bluetooth, control crucero, pomo y volente de cuero, retrovisores eléctricos y térmicos, alza vidrios one-touch en todas las ventanas, Hill Holder, entre otros. Para ponerlo en contraste, el Mazda MX-5 comienza en los 19.2 millones de pesos y te sorprenderá saber que con un performance discretamente menor en el papel al Beetle (158 Hp y 200 Nm), claro que dinámicamente hablando el MX-5 es totalmente superior. Por otro lado, tenemos al DS3 Cabrío, modelo que por hoy se encuentra con jugosos bonos que lo colocan dos millones de pesos más abajo que el Beetle, con equipamiento y performance similar, pero sabiendo que su techo removible es solo la sección superior.

Como la competencia es poca y con productos muy enfocados en distintos perfiles, el Beetle prácticamente tiene su espacio ganado, como un buen convertible de 4 plazas, correctamente equipado y con todo el estilo clásico e icónico que ya viene en el ADN del modelo. Ahora, si estás buscando entre los Beetle, es un auto caro, ya que el mismo equipamiento, con la salvedad de la caja automática, puedes encontrarlo por tres millones de pesos menos (y considerando que por 17 millones aún nos falta la tapicería de cuero o un climatizador electrónico). Lo mismo ocurre si miramos por precio en otros segmentos (crossovers o hot hatches), pero bueno, al final del día es el precio de la exclusividad, lo que se paga para tener un llamativo convertible, que se maneja muy bien y que se disfruta mucho.

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