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Probamos el Citroën C4 2017

Citroën lanza una nueva versión BlueHDI 120 con caja automática en la gama de su hatchback mediano, el que gana equipamiento y tecnología.

Probamos el Citroën C4 2017

Del Citroën C4 se pueden escribir muchas historias. Apareció en escena en 2004 como reemplazante del exitoso Xsara, mostrando dos siluetas distintivas (hatchback y coupé) y lanzando una campaña publicitaria que hasta hoy es recordada en todo Chile: dos autos convertidos en robots que danzaban al son de la música.

Desde entonces se ha convertido en uno de los referentes de la marca francesa en el país, si bien no es el más vendido. En 2011 apareció la segunda generación del modelo, la que modificó la silueta, agrandó sus dimensiones y aportó mucho más confort. Es esta generación la que sigue vigente en el país, con los chevrones de gran tamaño dando vida a la parrilla frontal, con sus nervaduras marcadas, ópticas de original diseño y un amplio paragolpes. Este diseño fue actualizado en 2014 con nuevos faros que incluyen luz diurna LED, parachoques y parrilla rediseñados, y nuevas llantas de 16 pulgadas.

Lo que ha hecho Citroën Chile en los últimos meses es poner al día al C4 con la nueva gama de motores de PSA, un PureTech gasolinero 1.2 Turbo con 130 caballos, y un turbodiésel BlueHDI con 120 Hp, ambos asociados a la nueva transmisión automática de seis velocidades.

Asimismo, se le incluyó el nuevo sistema de infoentretenimiento Citroën Connect, con pantalla táctil y conectividad a smartphones. Probamos uno de ellos y vamos a verlo en detalle.

 

Características técnicas y mecánicas

Al tener este modelo medio lustro en el mercado, no utiliza la nueva plataforma modular EMP2 que da vida a (prácticamente) todos los nuevos modelos de Citroën, Peugeot y DS, sino que mantiene como base la vieja plataforma PF2 del Grupo PSA, que es más pesada y menos rígida que, por ejemplo, la base del Peugeot 308, rival directo en el mercado. Aún así, ninguna versión del C4 supera en vacío los 1.300 kilos.

El Citroën C4 mide 4.329 mm de largo, 1.789 mm de ancho, 1.489 mm de alto y tiene entre ejes 2.608 mm. Utiliza una arquitectura de suspensión McPherson adelante y brazo tirado con barra de torsión y estabilizadora atrás. La dirección tiene asistencia eléctrica, mientras que los frenos son de discos en las cuatro ruedas, ventilados adelante.

Sobre esta base se integra un motor de última generación como es el BlueHDI 120 de nuestra unidad de prueba, un bloque turbodiésel de cuatro cilindros, 1.560cc, inyección por conducto común, que ya cumple con la norma de emisiones Euro 6.

Este motor eroga 120 caballos de fuerza y 300 Nm de par desde las 1.750 rpm, y que asociado a la nueva transmisión automática EAT6 homologa cifras impresionantes de rendimiento: 20,4 km/litro en ciudad, 25,6 km/litro en carretera y un mixto de 23,4 km/l.

 

Confort y habitabilidad

Como todos los Citroën que han llegado a Chile en los últimos años, los niveles de calidad percibida son altos, con buenos materiales al tacto, excelentes terminaciones y un diseño simple pero efectivo.

Pese a la inclusión de una gran pantalla en el centro del tablero, no se ve muy moderno que digamos, pero es funcional por sobre todas las cosas, y el conductor no solo tiene una gran visibilidad hacia el exterior, sino que puede manipular todo con facilidad.

El equipamiento disponible en estas versiones tope de gama está por sobre la media. En este caso, el paquete Feel incluye todo lo que uno espera de un auto de este segmento.

En seguridad incluye seis airbags, frenos ABS con distribución electrónica de frenado (EBD) y asistente de frenado de emergencia (AFU), control de tracción y estabilidad (ESP), anclajes isofix, neblineros, sensor de lluvia y luces con encendido automático, y sensor de retroceso, entre lo principal.

En confort incluye vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, climatizador bizona, control crucero, y el nuevo sistema de infoentretenimiento Citroën Connect, que incluye una pantalla táctil de 7 pulgadas, desde donde se controla la radio, el teléfono, la música por streaming y el navegador GPS.

Extrañamos en estas versiones tope de gama el botón de encendido, la cámara de retroceso, el techo de vidrio y tapiz de cuero, aunque no todos los modelos de la competencia ofrecen el paquete completo.

La habitabilidad del auto es excelente, pese a no ser el más grande del segmento. Caben cinco personas, con bastante espacio en las plazas traseras, asientos cómodos que afirman el cuerpo, y un maletero de 408 litros, uno de los mayores del segmento.

 

Impresión de manejo

Dos cosas destacan a este Citroën C4 con motor BlueHDI 120: el alto confort y suavidad de marcha y los excelentes niveles de eficiencia.

A diferencia de los nuevos Citroën que se caracterizan por un gran aplomo y una conducción precisa y vigorosa, este C4 tiene cualidades más enfocadas en la paz interior, con una excelente insonorización, mucha suavidad de marcha y niveles de amortiguación contundentes.

La dirección es buena, pero menos rápida y precisa que en el C4 Cactus. Esto, sumado a una suspensión menos firme de la tendencia actual en la marca, tiene como consecuencia que no se pueda ir muy rápido en pasos de curva. Hay un rolido mayor en la carrocería y la transferencia de pesos se siente más marcado, lo que obliga a levantar el pie del acelerador.

¿Un punto alto? La estabilidad lineal y la capacidad de aceleración, debido al alto torque ofrecido a muy bajo régimen de marcha. El turbolag presente en todos los diésel apenas se siente, y luego el C4 acelera con decisión, dando la impresión de que tiene mucho más que 120 caballos.

Lo mejor, eso sí, está en los niveles de consumo, ya que si bien estamos lejos de los niveles homologados por el 3CV (todos los autos de todas las marcas lo están), el Citroën C4 BlueHDI 120 rinde 13,8 km/litro en ciudad, sube a 16,9 en ciclo mixto y nos rindió muy buenos 21,7 km/litro en carretera a 120 km/h, todas cifras medidas en la vida real.

 

Conclusión

El Citroën C4 sigue siendo un buen auto para escoger en el segmento de los hatchbacks medianos. No tiene el diseño más moderno ni el más atractivo, pero tanto en versión PureTech como en BlueHDI, ofrece uno de los mejores tren motrices del segmento, con buena capacidad de aceleración y excelente nivel de eficiencia.

Está más que correctamente equipado, con pantalla táctil, conectividad a smartphones y navegador GPS, además de un paquete completo en seguridad.

Y es muy confortable en el uso, tanto para los pasajeros en el habitáculo, como para la conducción en ciudad y rutas.

¿Puntos en contra? Es un auto que carga con los años, más viejo que casi todos sus rivales directos (Peugeot 308, Mazda 3, Ford Focus), y eso se nota en el diseño exterior e interior. También le falta cierto equipamiento que parece normal en este segmento de precios ($15.990.000 para esta versión BlueHDI, $14.990.000 para la PureTech), especialmente la cámara de retroceso y el techo de vidrio.

Es una gran opción para quienes buscan un auto confortable y suave, y valoran la economía de combustible.

 

 

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