En un segmento que va en alza y donde hay cada vez más participantes, la diferenciación necesariamente debe ser notada por los clientes, si se quiere conseguir ventajas significativas frente a los competidores. Eso es lo que piensa Ford cuando mira su exitoso devenir en prácticamente todos los segmentos donde participa, ofreciendo siempre uno de los modelos con mejor relación precio/equipamiento.
Quizás donde más débil se la ve, al menos en Chile, es en el mercado de las SUV medianas, donde su Escape no consigue mellar a las todopoderosas SUV asiáticas. Estamos hablando de Toyota Rav4, Nissan Qashqai, Mazda Cx-5, Hyundai Tucson y Kia Sportage, objetivos declarados para la nueva Escape.
Con eso en mente, Ford actualizó este año su SUV mediano lanzado en 2012 con un rediseño exterior, un mejorado interior, un nuevo motor diésel y algo más de equipamiento desde las versiones de entrada.
El resultado es una contundente propuesta comercial, con un amplio abanico de opciones mecánica y un abundante equipamiento, especialmente de conectividad, a precios muy competitivos. ¿Será suficiente para ganar espacio?
Lo nuevo de la Escape
La nueva Escape no es precisamente nueva, sino una actualización de la tercera generación del modelo. Por lo mismo, mantiene la medidas anterior, 4.524 mm de largo, 1.839 mm de ancho y 1.684 mm de alto.
Si se le compara con sus rivales, es levemente más corta que la RAV 4 y la nueva CX-5, pero casi 20 cm más larga que la Qashqai. Si nos vamos al maletero, que es un punto relevante a la hora de elegir, gana por lejos el SUV de Toyota con más de 500 litros de capacidad. Los otros tres están muy parejos en torno a los 450, con leve ventaja para la Escape con 456 litros.
La nueva Escape muestra un rediseño frontal, donde asume la nueva línea intitucional de la marca. Los focos son nuevos, así como la parrilla trapezoidal, el parachoques y capó, luces diurnas LED, señalizadores en los espejos y llantas de nuevo diseño.
Las versiones más altas (SE), como la que nos tocó probar, incluyen barras en el techo, llantas de 17 pulgadas, spoiler trasero y doble salida de escape.
A simple vista, estos pocos cambios ejecutados lograron dar a la Escape un look más moderno y actualizado, que le permite competir más efectivamente con sus rivales que, hay que decirlo, trabajan mejor lo que estilo se refiere.
Más llamativo es el nuevo interior, que también busca unificar líneas con otros modelos más nuevos como Edge. Incluye una nueva pantalla táctil de 8" y nuevos elementos que buscan limpiar la consola central, incluyendo una palanca de cambios más centrada y puesta en una especie de bandeja, climatizador bizona y freno de mano eléctrico.
Un nuevo volante multifunción y paddle shift para las versiones automáticas también hacen su debut en el modelo.
Como suele ocurrir con los Ford, nada luce elegante en sus interiores. Sí puede ser tecnológico y bien construido, pero el cuidado en la elección de materiales no parece ser relevante para la marca, que juega indistintamente con plásticos duros buenos, malos y suave al tacto.
La sensación de calidad es más cercana a un Chevrolet, a un Suzuki o a un Toyota, con todo lo bueno y malo que eso conlleva, que a un Mazda o Honda, que se preocupan más de las sensaciones dentro del habitáculo.
Un punto más cuestionable es la ergonomía que se consigue con este nuevo diseño, que no es de las mejores. Las salidas aire centrales quedan muy lejos como para alcanzarlas con la mano, mientras que al climatizador cuesta acceder si la palanca de cambios está en la posición P, ya que queda poco espacio para meter la mano.
La conectividad
Como lo dijimos antes, el sistema de infoentretenimiento SYNC 3 cuenta con una nueva pantalla táctil de 8" que integra la interfaz SYNC de tercera generación.
La marca indica que es sustancialmente más rápido que su antecesor, aunque no fue posible para nosotros notar diferencia.
Nos sigue gustando lo fácil que es emparejar el teléfono y lo agradable que resulta dar ordenes por voz y que el sistema funcione bien. Busca teléfonos, destinos y conecta lo que sea, incluyendo Apple CarPlay y Android Auto.
No nos gustó que la interfaz no se muestre igual que en la Explorer, que divide la pantalla en cuatro, ofreciendo a la mano los cuatro mundos clásicos del sistema (teléfono, audio navegación y climatización).
Y si bien cuenta con botones dispuestos por debajo de la pantalla, tampoco nos gustó que no tenga un mando central, por mucho que la función de voz funcione perfecto. A veces se tiene la tendencia a utilizar la mano y hay que estirarse mucho para alcanzar la pantalla. Lo peor es que la parte baja queda levemente escondida por el propio diseño del tablero.
Sin embargo, sigue siendo de los mejores sistemas de infoentretenimiento del mercado, sin lugar a dudas.
La habitabilidad
En Ford saben cómo ofrecer habitáculos cómodos y amplios, y en la Escape no es la excepción.
Las plazas delanteras son cómodas, altas y con buena visibilidad exterior, aunque hacia atrás nos gustaría que fuera mejor. La plazas traseras con amplias hacia arriba y hacia adelante, con buen lugar para adultos altos.
Si lo vemos por el ancho, caben tres personas en la banqueta posterior, aunque la plaza centra penaliza por el espacio para los pies y por la mayor altura del cojín. Es igual que en todos los SUV, nada mejor ni nada peor.
Como buen auto americano, está lleno de pequeños lugares donde dejar las cosas,incluyendo posavasos, porta botellas y receptáculos para monedas y el teléfono.
El maletero también es grande, y ahora cuenta con un portalón de apertura eléctrica, aunque sólo en las versiones tope de gama. Cuenta con 456 litros, ampliables si se abaten los respaldos delanteros.
Impresión de manejo
La Escape se ofrece con tres paquetes mecánicos: el motor 2.5 litros aspirado con 168 caballos de fuerza y 230 Nm de par y caja automática, y el nuevo 2.0 turbodiésel de 150 Hp y 370 Nm de par con caja manual, ambos con tracción delantera, están en la base.
Nosotros probamos el tope de gama 2.0 Ecoboost con 245 caballos y 370 Nm de par, con caja automática de seis velocidades y tracción total.
La propuesta Ecoboost se conoce desde hace años: rebaja de cilindrada, sobrealimentación, inyección directa, con el fin de conseguir alta potencia con consumos reducidos.
Este motor 2.0 Ecoboost que ya hemos manejado en otros autos nos sigue pareciendo impresionante por la forma en que se gestiona. Es altamente satisfactorio si lo que se busca en una buena alternativa de uso diario y deportividad.
Acelera muy consistentemente cuando se pisa, escala rápido en el tacómetro y es capaz de entregar sensaciones poco común en un SUV de este segmento. La parte "boost" del nombre está plenamente justificada.
Ahora, la parte "Eco" no la vemos por ninguna parte, porque 6,8 kilómetros por litro en nuestra prueba no nos habla de un motor medianamente económico. Claro, si se le compara con el V6 de Ford que es al que reemplaza, seguramente debe dar uno o dos kilómetros por litro extra.
Pero en un segmento donde tenemos modelos con hasta 10 u 11 km/litro (Toyota Rav4, Mazda CX-5), por mucho que los niveles de potencia sean distintos, es un punto en contra en la evaluación.
Ya en la dinámica conductiva, la Escape tiene lo mejor de ambos mundos. Tiene una puesta a punto del chasis coherente con los 245 Hp del motor. No rola ni cabecea en exceso, es estable en velocidad, no pierde postura con los cambios de sentido, ni tampoco genera movimientos extraños ante situaciones de emergencia.
Ahora, es un SUV y no un deportivo, eso está claro, con un centro de gravedad elevado, lo que se nota. Sin embargo, es confortable en malos pavimentos y tierra, es silencioso y está bien aislado, y es capaz de amortiguar bien, siendo muy maniobrable en espacios reducidos.
Conclusión
Me gusta la propuesta de la nueva Ford Escape por tres motivos.
Primero, porque la relación precio/equipamiento es de las mejores del segmento, alcanzado un tope de gama muy equipado por debajo de los 20 millones de pesos, mientras que la competencia o tiene menos contenido o vale bastante más.
Segundo, porque ofrece cuatro opciones con tres paquetes mecánicos distintos, incluyendo un diésel (que no hemos probado) y un fabuloso 2.0 Ecoboost, aunque muy Eco no es, ya lo dijimos.
Y finalmente, por el espacio interior, que es amplio y cómodo para una familia normal como la mía.
¿Qué no nos gusta? La materialidad interior, el diseño exterior y... No, nada más. Es una buena opción el Ford Escape 2017.
Si quieres saber más de este modelo, puedes ver nuestro video 10 Cosas que debes saber publicado en nuestro canal de YouTube.
10 Cosas que debes saber del Ford Escape