Chery es una de las marcas de autos chinos más antiguas de Chile. Comparten junto a Great Wall, su aniversario de llegada, hace 10 años atrás. Sin embargo, hubo un tiempo en el que Chery estuvo algo dormida, siendo otras las marcas del origen las que tomaron más notoriedad. Esto comenzó a cambiar con la introducción de todos los nuevos modelos de la firma asiática, los que además venían de la mano con un potente cambio de imagen. Uno de los puntales de dicha revitalización fue el arribo del Chery Grand Tiggo, el que como muchos conocemos aquí en Chile, fue protagonista de una curiosa campaña publicitaria donde se les mostraría el nuevo modelo a distintos transeúntes, en un sector acomodado de la ciudad, sin ninguna insignia que revelara la identidad del auto. Muchos lo manejaron y dieron sus impresiones, sin siquiera sospechar que el auto era de origen chino, en una época en la cual aún la procedencia causaba malas impresiones generales entre el público.
Pero Chery logró imponerse, mostrando muchas cosas muy bien recibidas por la prensa y los clientes, entre ellas, algo que a las marcas asiáticas les ha costado mucho, la coherencia en diseño para todos sus productos, con una calidad estandarizada y correcta.
Habiendo pasado unos 3 años desde el debut del Grand Tiggo, Chery es una marca muy distinta y se nota con modelos como el Tiggo 2 o el futuro Tiggo 7. Para alinear su gama de productos, el Grand Tiggo es sometido a un discreto facelift con algunas mejoras en su interior y exterior, manteniéndose como una correcta propuesta dentro del segmento de SUV-C. En esta ocasión nos subimos al Grand Tiggo GLX CVT avaluado en $13.990.000
Una renovación discreta
A simple vista, o al menos por recordación, es difícil reconocer donde están las modificaciones, puesto que es un auto de estilo sobrio. Pero poco a poco se van notando y estas tienen que ver con nuevos ópticos frontales, de fondo oscuro y con función diurna con tecnología LED en una gráfica en forma de C. Bajo la parrilla hay una entrada de aire delgada, muy discreta y ubicada sobre otra entrada de aire más notoria en medio del parachoques. La toma de aire inferior ahora es más voluminosa, al igual que los encastres de los neblineros, los que le dan un aspecto mucho más fresco al frontal. También hay nuevas aplicaciones cromadas en el perfil, pisaderas (según versión), llantas de nuevo diseño en color grafito y una zaga actualizada con un portalón revisado, nuevos focos y nuevas salidas de escape.
Las dimensiones se mantienen, con 4.506 mm de largo, 1.841 mm de ancho, 1.740 mm de alto y con 2.610 mm entre ejes, así como un maletero de 370 litros, 827 litros hasta el techo y 975 litros plegando los asientos. Sus dimensiones son similares a algunos de sus rivales, como el JAC S5 o el MG GS, así como otros consagrados como el Hyundai Tucson, claro que con una maletera más pequeña en el caso del Chery, siendo ampliamente superado por sus contrincantes, sobre los 400 litros. Curiosamente el Chery es el más largo de todos, algo que no se traduce en la distancia entre ejes, ganando una clara ventaja en altura, buscando entregar una imagen más utilitaria que deportiva.
Buena presentación
Ya sentados en el habitáculo, la sensación inicial es de correcta presentación, donde también se replica la idea de un lenguaje de diseño propio. Los cambios que recibe el Grand Tiggo, los encontramos en una nueva gran pantalla táctil para el sistema multimedia de 8" (con MirrorLink) más una pantalla informativa a color con las funciones del computador a bordo en el clúster principal, muy completo y que también cambia su diseño para parecerse más a las gráficas del Tiggo 2. Si bien los plásticos son todos duros, son de buena apariencia y armado, sensación que se replica en botones y tipografías usadas, al lado de otros interiores de la procedencia, de sensación mucho más genérica y obsoleta. Otra cosa que se agradece es lo poco aspiracional del modelo en su estética, sin caer en insertos o molduras excesivamente recargadas. De hecho, solo las costuras rojas se muestran como un elemento a destacar.
Sobre su confort, caben cinco personas cómodas. El quinto pasajero en el medio podría verse un poco comprometido en los hombros, pero nada más. Los cojines de los asientos no son muy cómodos, tendiendo hacia lo duro, algo que lamentablemente sigue siendo un tema recurrente entre los modelos de dicha procedencia.
Como equipamiento, el modelo GLX CVT del Grand Tiggo contempla climatizador dual, sunroof, vidrios y espejos eléctricos, asiento eléctrico para el conductor, botón de encendido, comandos al volante para la radio y el control crucero, sensores de estacionamiento, cámara de retroceso, 4 Airbags (frontales, laterales), frenos ABS+EBD, ESP, anclajes ISOFIX, monitor de presión de los neumáticos y asistente de partida en pendiente. Califica con 5 estrellas en las pruebas de seguridad C-NCAP.
Preciso para viajes en carretera
Con el Grand Tiggo no hay novedades en su mecánica, un 2 litros bencinero con 137 Hp a las 5750 RPM y un torque de 182 Nm entre las 4300 y 4500 RPM. En nuestro caso, se asocia a una transmisión CVT con modo manual. El tren motriz no tiene ningún problema, mostrándose tranquilo y solvente, con excepción de su consumo, 8.1 km/l en ciudad, 10,9 km/l en régimen mixto y 13,7 km/l en carretera, bastante más bajo que el modelo manual con 9,4 km/l en ciudad, 12,1 km/l combinado y 14,5 km/l en carretera, lo que nos lleva al siguiente ítem...
El elemento que echa atrás el performance de este auto es la caja CVT, la cual parece no saber manejar muy bien el torque del motor. Es ruidosa al acelerar el motor, mostrando patinaje y poca precisión en saber dónde dejar el rango de revoluciones, sin importar el modo. Con la opción manual esto podría mejorar, pero los cambios no son muy rápidos. Las deficiencias de la CVT se trasladan al control crucero, donde al prefijar cierta velocidad, la caja incluso se "marea" un poco, levantando o botando las revoluciones del motor en algunas condiciones. Finalmente, uno termina manejando al ritmo de la caja lo que no debería ocurrir, así que nuestra recomendación es que seas muy gentil en su manejo, porque si eres de los que busca una conducción más animada, terminarás frustrándote.
De andar, la suspensión brilla por su firmeza en caminos correctamente asfaltados, mostrando una correcta estabilidad. Claro que esto cambia al llevar al Grand Tiggo a otras superficies, mostrando sequedad en asfalto parchado y algunos sacudones innecesarios en rutas con más tierra y barro. Con peso extra, podría cambiar su temperamento hacia algo más confortable. Los frenos tienen un tacto algo esponjoso y largo, pero podría ser un tema de costumbre el saber llevarlos con el tiempo. Lo que es muy bueno, es la dirección, de asistencia eléctrica, mostrando buen radio de giro y comodidad en todas las condiciones de ruta.
Conclusión
En la generalidad, como producto, el Chery Grand Tiggo es un auto que gusta. Y gusta por una ventaja que Chery ha logrado desarrollar como marca, versus sus rivales del origen, que tiene que ver con una identidad de marca definida, no solo en el aspecto de diseño, sino que, en el espíritu general del auto, siendo muy coherente con los modelos actuales de la marca. Con otras marcas pasa que te subes al auto y podrías reemplazar la insignia, dar una vuelta y no saber a qué marca pertenece. Sin embargo, con el Chery hay características más definidas de manejo. La relación precio/calidad es muy buena y se nota en detalles, como el brazo telescópico que sostiene al capot cuando lo abres, hasta generalidades como su nivel de equipamiento, a un precio algo más acotado que la competencia.
Si eres muy de salir con la familia, pero también gustas de un manejo tranquilo y suave, que no verá muchos caminos en mal estado, el Chery es una buena opción como auto familiar a considerar. Ojo si con algunos de sus rivales, como el Changan CS75 o el JAC S5, también alternativas a mirar y que juegan ventajas similares frente a modelos de marcas más tradicionales, pero de menor habitabilidad, equipamiento o performance, sobre todo si el presupuesto es más ajustado.