Es importante entender la historia y conservarla para poder pensar a futuro. Lo que a mucha gente le cuesta, Toyota lo convierte en una filosofía que se acaba de materializar con el anuncio de que han logrado restaurar a uno de sus vehículos de competición más antiguos, un Toyota Sports 800 del año 1965.
La marca fabricó este modelo desde el 65 hasta el 69, bajo la atenta tutela de su creador Tatsuo Hasegawa. Este destacado ingeniero realizó grandes avances en performance aerodinámica y además tuvo el privilegio de ser el responsable de varios desarrollos importantes tal como el Corolla. Todo indica que algo entendía sobre autos.
Hablando más precisamente de este Sports 800, te va a sorprender saber que bajo su capot no hay ni un V8, ni un V6, ni turbos ni nada. Este pequeñín tiene un motor de Kei Car, con apenas 790 cc. (te confirmo la sospecha, de ahí viene su nombre) y la increíble, colosal cifra de potencia de… 46 CV.
¿Cómo es que un auto con esa cifra de potencia sea de competición? No todo es fuerza y cilindrada, este chiquito se valía de una aerodinámica destacada y un peso de apenas 580 Kg, producto de una carrocería de aluminio. Así como lo ves le plantó cara a vehículos como el Honda S600, el Nissan Skyline GT o al Lotus Elan en los 500 Kilómetros de Suzuka en 1966, llegando en segunda posición con la curiosidad de ser el único vehículo que no tuvo que parar a cargar combustible.
Este vehículo seguramente continúe sus días en exposiciones y en museos, pero mientras tanto gira en toda su gloria luciendo el esquema de pintura actual del Toyota Gazoo Racing. Míralo rodar y enamórate.
Toyota Sports 800