Es increíble como la fama de una persona, hace que cualquier objeto que haya sido de su propiedad pueda alcanzar cifras estratosféricas, aun cuando normalmente su valor no sea elevado. Incluso después de su venta o subasta pueden pasar varios propietarios y el vehículo sigue siendo relacionado al personaje.
Un caso que nos habla de esta sobrevaloración de los autos de los famosos es este Mini Cooper S DeVille 1965 propiedad de Paul McCartney, el que será subastado el 1 septiembre de 2018 por Worldwide Auctioneers, en la celebración del National Auto & Truck Museum en Illinois.
Dotado de un motor cuatro cilindros de 1.275 cc, acoplado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades, este ejemplar tiene como peculiaridad una serie de toques interiores y exteriores personalizados. Cuenta la historia que el propio manager de The Beatles, Brian Epstein, fue quien realizó la orden de cuatro ejemplares, uno para cada miembro de la banda. Tres de ellos fueron producidos por Radford y uno por el constructor Hooper.
En el caso del Mini de Paul McCartney, se trataba de una de las unidades creadas por Radford y culminado en California Sage Green. Otro dato relevante de este vehículo es que apareció en la película Magic Mystery Tour de 1967.
Ahora bien, dentro de la personalización a la que fue sometido este Mini Cooper S DeVille, destacan las luces gemelas montadas dentro de la parrilla, el techo corredizo, las luces traseras tipo Aston Martin, los elevadores eléctricos, el volante Moto-Lita de tres radios con borde de madera, los detalles interiores en madera, los asientos de cubo, el cuadro de instrumentos Smiths y las llantas.
Después de que The Beatles se separaran, el Mini de Paul McCartney fue llevado a Estados Unidos tras ser adquirido por Bill Victor, dueño de Hollywood Sports Cars. Con el paso del tiempo, el vehículo fue restaurado por Brion Michael Fisher en 2001, antes de ser adquirido por el vendedor actual.
Quien adquiera este Mini podrá constatar su propiedad en una carpeta de documentos, al igual que muchas fotografías de Paul McCartney con el auto, mostrando la placa de registro GGJ 382C. Esta documentación de su procedencia excepcional hace que esta subasta sea una oportunidad única para los coleccionistas de objetos de interés de The Beatles y/o de los Minis clásicos.
Sólo como dato complementario, el único de los cuatro Minis que fue obsequiado a los integrantes de la banda británica y del que no se sabe su paradero, es el que perteneció a John Lennon, aunque existe el rumor que habita de manera anónima en Estados Unidos.
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