Raptor es sinónimo de deportividad todoterreno. El máximo representante de esta insignia de la marca Ford es la F-150 Raptor, un monstruo de 450 caballos de fuerza que desde su lanzamiento a mediados de 2017 es todo un éxito en Chile, considerando su precio y el segmento donde se mueve.
Pero desde que Ford anunció y mostró la nueva Ranger Raptor, que se especula qué tan bien les quedó, que tan poderosa es y, en definitiva, cuánto tiene de Raptor. Pues bien, tuvimos oportunidad de darle una vuelta en los médanos de Pinamar (Argwentina) antes de su llegada al país, posiblemente hacia mediados de 2019.
Antes de pasar a la Ranger Raptor, te contamos un poco sobre la F-150 Raptor, para comprar los tratamientos de ambas pick-ups.
La F-150 Raptor se destaca por usar el mismo motor y caja de ocho cilindros de la F-150 normal, pero llevado a 450 caballos. Además, se trabajó todo el chasis con suspensiones FOX Racing y ruedas BF Goodrich All-Terrain de pisada 315/70 R17. Este superdeportivo off-road viene en carrocería de cabina y media, con puertas traseras tipo suicida y ausencia de pilar B. Pero mejor que contarte que trae, puedes leer nuestra prueba de manejo realizada por nuestro equipo.
Ranger Raptor
Antes de encender el motor hay que saber qué motor encendemos en la nueva Ranger Raptor.
Se trata de un diésel 2.0 litros biturbo, que eroga 213 Hp y 500 Nm de torque, asociado a una caja automática de 10 cambios con reductora. En simples números, no tiene mucha más potencia que el 5 cilindros de 3,2 litros y 200 Hp de las versiones producidas en Argentina y que se venden en Chile (mira nuestro catalógo aquí).
Sin embargo, la deportividad no es ir rápido solo en línea recta, y acá es donde intervienen los cambios en el chasis.
El primer cambio importante tiene que ver con que el 2.0L es mucho más ligero que el 5 cilindros. La segunda alteración tiene que ver con el ensanchamiento de la carrocería, y la inclusión de suspensiones con brazos de aluminio y amortiguación FOX. Tercero, está el eje posterior, que sigue siendo sólido, pero tiene resortes en lugar de ballestas y brazos de corrección. Por último vienen las ruedas, unas BF Goodrich ATT (A Todo Taco) 285/70 R17, que envuelven cuatro frenos a disco de 332 mm de diámetro.
¿Qué tal el resultado?
Es difícil decirlo a ciencia cierta, pero te lo puedo definir en una anécdota: en un momento de nuestro recorrido en las dunas de Pinamar, la instructora que me guiaba desde el asiento del acompañante me pidió que hiciera una maniobra de descenso poco ortodoxa. Como no soy experto en la arena, decidí hacer la maniobra “de manual” para evitar un problema, pero cuando le pedí perdón por no hacerle caso me respondió: “No hay problema, lo que pasa que con esta camioneta puedes hacer lo que quieras”.
Lo cierto es que sientes que el motor tiene empuje constante, que la caja hace su magia sin que notes el paso de cambios, y que tracciona como una cabra montañesa… Lamentablemente, debido al poco tiempo, no pudimos “barrenar” el lateral de los médanos, pero después de las declaraciones anteriores sospechamos que debe ser puro deleite. Y si te quedas en una trepada, acuérdate que tiene reductora, es decir, solo una pared puede frenar tu avance.
ConFord y suspensiones para volar
Una cosa que si noté es lo bien que te tratan las suspensiones y el recorrido que tienen. Sigues sintiendo los serruchos de la arena, pero suaviza mucho esas partes donde una camioneta común haría un licuado con tus órganos internos.
Además del comportamiento del chasis, tienes un interior muy similar al de las Ranger 3.2L, con algunos cambios como recubrimiento en cuero (o ecocuero) para el tablero, asientos deportivos con la leyenda Raptor, volante con el anillo rojo para marcar la parte superior, e inmensas levas de cambio justo por detrás. El cuadro de instrumentos también cambia, acá es convencional, con dos medidores de aguja y pantalla en el centro, mucho más práctico que el de estilo Mondeo que se ofrece en nuestras versiones 3.2 litros.
Conclusiones
Como siempre digo en estos primeros contactos, es muy apresurado para sacar conclusiones. Habrá que esperar a mediados de año cuando llegue procedente de Tailandia para evaluarla más profundamente.
En Argentina se venderá en un rango entre 50.000 y 55.000 dólares, y considerando el precio de las versiones tope de gama de las pick-ups medianas en Chile, deberíamos andar en torno a los 30-32 millones de pesos.