El RAV4 es uno de los tantos modelos icónicos que tiene Toyota, sin contar que es uno de los más vendidos en todo el mundo. Y es el que Recreational Activity Vehicle 4WD se convirtió tras su lanzamiento mundial en 1994 en el primer SUV moderno del mercado, al fundir la base mecánica de un automóvil con las capacidades de un todoterreno.
Desde entonces han pasado cuatro generaciones y van 35 años de experimentación para Toyota, que le permitieron evolucionar su modelo de ser una especie de Jeep en formato pequeño, de tres puertas y rueda colgada en el portalón, al sofisticado y globalizado diseño urbano de su última generación, que le permitió convertirse en el SUV más vendido no sólo en Chile, sino también en Estados Unidos y en muchos mercados mundiales.
Y cuando pensábamos que el conservadurismo de la marca nos traería una quinta generación de RAV4 del mismo corte, urbana y desabrida, Toyota nos sorprende con un diseño que va en la línea opuesta, una propuesta que intenta regresar a los orígenes del modelo, con un foco más outdoors y menos urbano, más atrevido y menos convencional.
Es cierto, este diseño ha generado polémica en las redes ya que a muchos no les gusta. Pero cuando se analiza el concepto global del nuevo RAV4, construcción, mecánicas, eficiencia, manejo y equipamiento, nos damos cuenta de que el modelo escaló uno o dos peldaños en todo. En valor por lo que se paga, en calidad percibida (la calidad real la ha tenido siempre), en dinamismo conductivo y en contenido.
Y lo más importante, en emoción, algo que le falta a prácticamente todos los Toyota de hoy.
El Toyota RAV4 2019 se lanza en 7 versiones, con precios que van desde los $14.990.000 y los $26.690.000, aunque todos cuentan con bono de financiamiento de un millón de pesos. Apenas salgan de homologación se sumarán tres versiones híbridas adicionales, con precios por definir, pero que estarán entre los 26 y 29 millones de pesos (ya probamos una de ellas y puedes leerlo aquí). Para más detalles puedes aquí ver nuestro catálogo de Autocosmos.
Una base moderna
TNGA o Toyota New Global Arquitecture se llama la nueva plataforma modular que el grupo está utilizando en sus nuevos modelos. Debutó primero en el Prius y luego la utilizó en los nuevos Camry y Corolla.
Y también la monta el RAV4, lo que le permite mejorar en varios aspectos que tienen directa incidencia en un mejor manejo. Es un 57% más rígida que su antecesora, por ejemplo, y mantiene controlado el peso en torno a los 1.750 kilos en seco, pese al incremento en el tamaño y en el contenido.
Respecto de las dimensiones, el nuevo RAV4 mide 4.60 metros de largo, lo que significa que se achicó 5 mm. Sin embargo, la distancia entre ejes creció en 30 mm hasta los 2,69 metros, aumentando la habitabilidad en las plazas posteriores y el volumen en el maletero, que llega ahora a los 580 litros, siendo uno de los más grandes del segmento (y además cuentan con doble fondo).
Si bien la altura total se mantiene intacta en 1,66 metros, Toyota indica que el despeje al piso se incrementó hasta los 19 centímetros (+15 mm) debido a este nuevo enfoque más outdoors y menos urbano.
Respecto del ancho, el nuevo RAV4 crece 10 mm hasta los 1,86 metros, sin embargo, la distancia entre ruedas aumenta más que eso, 40 mm, consiguiendo con esto un mayor aplomo conductivo y más estabilidad de marcha.
Otras ventajas de la nueva plataforma es la incorporación de una suspensión trasera multilink más sofisticada que la anterior, que permite darle un ajuste capaz de soportar malos terrenos y, a la par, mantener el confort sobre el asfalto.
El octágono como base
Toyota indica que el diseño exterior busca graficar sus esfuerzos por reposicionar el RAV4 como un vehículo más aventurero, y eso se nota en la robustez extrema que transmiten sus líneas.
Diría que luce como una pequeña 4Runner, aunque con líneas más modernas basadas en el octágono, el elemento geométrico que se replica en muchos de sus elementos.
El modelo se ofrecerá con tres aspectos exteriores: el Core, disponible para las seis versiones 2.0 y 2.5 litros de entrada; el Hybrid, para las tres variantes híbridas (logo en color azul y llantas distintivas son la principal diferencia), y el Adventure, para la versión tope de gama, que tiene una propuesta mucho más off-road. Luce una máscara negra, parachoques y pasos de rueda más anchos, protecciones plateadas bajas, nuevos neblineros y llantas oscurecidas, entre otros.
Llantas de 17 a 19 pulgadas, spoiler trasero, molduras plásticas en las partes bajas, focos y neblineros LED y rieles en el techo (salvo en la versión de entrada) completan un paquete muy agresivo que sin duda tiene una personalidad propia, totalmente diferente de lo que hemos visto en la marca.
Este octágono se muestra también en el habitáculo, que destaca por un tablero simétrico dominado por una gran pantalla central de 7 y 8 pulgadas y una palanca de cambios en la versión automática con un diseño tan bien logrado, que jamás pensamos verla en un Toyota.
Impresiona la mejora en la calidad percibida, uno de los puntos débiles en toda la gama Toyota. Y decimos percibida porque se refiere a lo que aparentan los plásticos y materiales usados en el interior, no los ensamblados ni construcción real, donde Toyota siempre ha destacado por su calidad.
Bueno, en este modelo hay cuero de calidad con prespuntes a la vista, piano black y polímeros gomosos en las zonas altas, e incluso los plásticos de las partes bajas tienen un gran tacto, no al nivel del Mazda CX-5 ni del Peugeot 3008, pero muy superior a lo que mostraba antes y lejos de sus rivales de siempre, el Nissan Qashqai y el Hyundai Tucson.
También mejoró la insonorización del habitáculo, con menos ruido de viento y rodadura, lo que redunda en un mayor confort de marcha.
Respecto de la habitabilidad, el RAV4 ha sido siempre un referente en el segmento por su gran espacio en las plazas traseras y maletero, y sigue siéndolo. Diría que hay más espacio para piernas todavía, aunque no estoy tan seguro. Ancho para tres adultos sí que hay, y gracias a una banqueta relativamente plana, hasta la posición central es cómoda.
Las tres propuestas de motor
Desconocemos si los dos motores térmicos son nuevos o son una evolución de los anteriores del modelo, pero como sea, tienen una mayor relación de compresión y son mucho más potentes y eficientes que antes, lo que habla de la mejora total del modelo.
El primero es un dos litros de cuatro cilindros que eroga 170 caballos de fuerza y 203 Nm de par, esto es 27 Hp y 16 Nm más que en el 2.0 de la generación anterior. Este motor estará asociado a cajas manual de seis marchas y CVT automática, con tracción delantera y total y los niveles de equipamiento LE y XLE, ofreciendo un rendimiento mixto homologado de 13,8 km/litro.
El 2.5 litros de cuatro cilindros también creció en potencia, desde los 178 hasta los 204 caballos, mientras que el torque pasó de 233 a 243 Nm. Asociado a una nueva caja automática de ocho velocidades, y con tracción delantera o total, homologa 13,5 km/litro en ciclo mixto.
Finalmente, el Hybrid utiliza como base el bloque de 2.5 litros, pero está asistido por un motor eléctrico para una entrega de 221 Nm de par y 215 Hp de potencia (en la versión AWD se añade un segundo motor que mueve el eje posterior y eleva la potencia a 219 Hp).
Este sistema estará asociado exclusivamente a la caja CVT, con rendimientos de 21 km/litro, lo que permite ofrecer una autonomía de más de mil kilómetros con un estanque.
Respecto del sistema de tracción, hay tres opciones dependiendo de la versión. Todos ellos son automáticos y actúan por requerimiento, enviando el par al eje trasero cuando en requerido. La opción del modelo Adventure incluye un sistema de torque dinámico capaz de repartir el par del eje posterior entre las ruedas para mejorar la dinámica. La de los modelos híbridos funciona a través del par que entrega el segundo motor eléctrico, sin conexión con la tracción delantera.
Todos incluyen un nuevo control de modos de maneje preconfigurados denominado Multi-Terrain Select, que ofrece modos nieve, barro, arena y rocas para unas más que dignas capacidades off-road.
Más en todo
Respecto del equipamiento, podemos decir que el upgrade es notable de serie. En materia de seguridad, todas las RAV4 cuentan con siete airbags (frontales, laterales, de cortina y de rodilla para el conductor), frenos ABS con EBS, controles de tracción y estabilidad, monitor de presión de neumáticos, ayuda de salida en pendiente, anclajes isofix y sensores delanteros y traseros con cámara. De verdad no parece un Toyota.
Agrega a eso, de serie, volante multifunción forrado en cuero, dos puertos USB, freno de mano eléctrico, aire acondicionado, sistema de infoentrenimiento con pantalla de 8” con bluetooth, Apple CarPlay y Android Auto. Esto es mucho más de que alguna vez ha ofrecido Toyota alguna vez en este auto.
Dependiendo de la versión agrega cluster digital de 7”, sunroof, climatizador bizona, tapiz de cuero, asientos eléctricos y calefaccionados, cargador de teléfonos inalámbrico, Smart key y el Toyota Safety Sense, que incluye las asistencias al cambio involuntario de carril, el aviso de colisión frontal con freno de emergencia, el control crucero adaptativo y el sistema de luces altas.
No hay Toyota RAV4 que haya ofrecido tanto equipamiento, pero echamos de menos, por ejemplo, AppleCarPlay y Android Auto en las versiones más altas, navegador GPS y espejos abatibles.
La oferta en Chile
Serán 10 las versiones en venta, siete de ellas convencionales y tres híbridas, que apostarán a conquistar a un cliente que busca, esencialmente, eficiencia.
El precio está un par de millones de pesos por encima de la generación anterior, pero las mejoras son tantas en todos los niveles, que dudamos que los clientes que aman sus RAV4 no quieran evolucionar con la marca.
¿Vale la pena? Sin ninguna duda. Recomendada.
Toyota RAV4 2019