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Probando el Honda WR-V 2019

El pequeño WR-V será la alternativa ideal para quienes buscan un auto compacto, fácil de estacionar y con amplio espacio.

Probando el Honda WR-V 2019

Pasó por las manos de Autocosmos, el singular Honda WR-V, el modelo de entrada a su familia de modelos utilitarios, conformada también por el HR-V, el CR-V y la gran Pilot. Pero mientras los tres mencionados son SUV o crossovers hechos y derechos, Honda capitalizó en la formula "cross" usando la plataforma del Fit. El resultado es un modelo compacto, que no es ni monovolumen ni hatchback y que a pesar de su precio o de otros defectos, ofrece algo que no muchos autos pueden lograr: tamaño pequeño y alta habitabilidad. 

El WR-V nos acompaña desde abril del 2017, a apenas una semana de lanzado en el Salón de Sao Paulo. A principios de este año, se agregó una variante EXL con mayor equipamiento, que es la que ilustra esta nota.

Comenzando con su diseño, ya comentábamos que no es un Fit, pero tampoco es un hatchback tradicional. Lo que si resolvió bien Honda es en aprovechar dicha base para entregarle un estilo diferenciado, en especial el frente, mucho más robusto. Esto es gracias a su capot más alto y con flancos elevados, sus grandes focos y la máscara Solid Wing Face cromada, definiendo un primer volumen más marcado que en el Fit, cuyo frontal cuneiforme se va fundiendo con el techo de una manera más integrada.

Las líneas de carácter en las puertas son de tipo ascendente, aportando dinamismo. Hacia la zaga, el trazo superior ya se asemeja a un calado, de donde salen los focos traseros, muy extruidos hacia los costados, marcando el ancho del WR-V. Por detrás vemos que estos focos tienen forma de C, como un par de tenazas y que la apertura del maletero se enangosta conforme bajamos la mirada.

WR-V significa Winsome Runabout Vehicle... algo asi como "vehículo recreativo atractivo".

No podemos olvidar, las guarniciones plásticas que refuerzan los pasos de rueda y los faldones, así como las partes bajas de los parachoques. Bien sabemos que el WR-V viene de Brasil, la cuna de los crossovers de ciudad y es lógico que Honda querría sacarle partido a la moda para que su modelo permeara más.

Nos quedan las barras en el techo y las llantas bicolor de 16".

¿Atractivo? En gustos hay mucho escrito me gusta decir a mí y aunque no es un auto de mal gusto, tampoco es uno que nos vamos a dar la vuelta a mirar. Es más bien interesante, en especial si se hace el análisis de su propuesta y eso es bueno en un auto, que el diseño tenga intención.

De dimensiones, el WR-V mide cuatro metros de largo, 1.734 mm de ancho y 1.579 mm de alto, con 2.555 mm entre ejes y un maletero de 363 litros. Para ir poniéndolo en perspectiva, un Volkswagen T-Cross tiene 4.2 metros de largo, 1.760 mm de ancho y 1.568 mm de alto, así como 2.651 mm entre ejes. En el otro extremo podríamos mencionar al Hyundai i20 Active, con 3.995 mm de largo, 1.760 mm de ancho, 1.535 mm de alto y entre ejes 2.570 mm, con un maletero de 285 litros. Esto es solo para graficar que con un tamaño exterior similar al del coreano, se logra una capacidad parecida a la de un crossover compacto y con una habitabilidad más que respetable para cuatro personas, el quinto claro que también, pero el cojín que le toca es más duro y alto.

Y no es la mejor gracia del WR-V. Los asientos traseros, son del tipo ULT (Utility Long Tall), lo que significa que se levantan y se pliegan, perfectos para cargar objetos grandes o altos, como un televisor o un macetero. Esto no lo vas a encontrar en otro auto.

Pasamos de las plazas traseras a las plazas delanteras donde nos encontramos con una consola de diseño muy moderno y que además es bastante ergonómica, pero que cuyos materiales, aunque de buena presentación, siguen siendo duros, en especial si consideramos que es un auto que ya pasa de los 10 millones de pesos. Esta versión, llamada EXL, agrega a lo que ya tiene el EX, tapicería de cuero con costuras rojas, un sistema de climatización con panel táctil (bonito, pero son mejores los botones físicos) y un sistema multimedia también con panel táctil, de 7" y con soporte para GPS, Apple CarPlay y Android Auto, aunque con una interfaz principal anticuada. Así mismo, gana dos tweeters para mejorar la calidad de audio. Estos elementos se suman a la cámara de retroceso multiángulo, control crucero, computador a bordo, volante multifunción, espejos y vidrios eléctricos, entre lo más relevante.

De seguridad, desde el modelo EX contamos con seis airbags como mucho. Los frenos ABS con EBD y el doble airbag vienen de serie, al igual que los anclajes ISOFIX, pero de ESP, ni hablar.

Los espacios portaobjetos son suficientes, aunque echamos de menos un apoyabrazos central. Al lado izquierdo hay un curioso posavasos que funciona con una tapa, que al ser plegada, lo transforma en una especie de monedero o lapicero, lo que necesites. Del otro lado, en la parte inferior, hay un compartimiento especial para el extintor, de fácil acceso en caso de una emergencia.

La parte donde el WR-V más destaca y que fue un esfuerzo declarado de Honda Brasil, es en su calidad de rodaje, con una suspensión muy bien calibrada, de excelente filtración, de rólido contenido en curvas y que además presenta un despeje de 180 mm, suficiente como para enfrentarse a baches sin problemas. El perfil del neumático también aporta en contención y suavidad, en lugar de esas ruedas de perfil innecesariamente bajo, pero que echan a perder la experiencia de manejo en un auto de ciudad, haciéndolo más seco o áspero.

La dirección, aunque está asistida eléctricamente, está muy equilibrada en su sensibilidad, lo que permite leer un poco más lo que hace el auto y apuntarlo con mayor confianza en curvas de lo que veríamos en otros autos, donde la aislación es la misma que encontramos en un control de PlayStation. No nos interesa lograr la reactividad de un Civic Si, pero lo suficiente para asegurar un manejo seguro, que en el WR-V se logra.

El motor, es una unidad VTEC de 1.5 litros con 120 Hp y 145 Nm de torque, asociada a una transmisión manual de cinco velocidades o a una CVT en nuestro caso, automática continua variable, con un modo Low que retiene la parte más baja del cono para una sensación más torquera (para pendientes o para cuando vamos con más peso) y un modo Sport que levanta un poco las RPM y que te las aguanta al soltar el acelerador, cosa de que podamos recuperar potencia de mejor manera y evitando ese "vacío" que se hace en algunas CVT donde la caja te bota demasiado las revoluciones, tragándose todo el torque y obligándonos a pisar mucho el acelerador, generando patinaje y más ruido que tracción. Es de las buenas CVT que hemos probado, a conciencia de que su misión es tratar de ahorrar combustible y ser amistosa en ciudad, no ser una caja de alta definición.

Y ya que hablamos de ahorro, el consumo tiene algunos reparos menores. Nos alejamos a los 9,5 y 10 km/l en ciudad, lejano de los 12 que dice el 3CV. Por otro lado, en carretera, si somos gentiles y aprovechamos la inercia, veremos más de los 18 km/l declarados. De todos modos, son cifras que están dentro de lo que se espera para un auto de cuatro metros y con 120 Hp. El clúster se ilumina según como llevamos el auto, con color verde para cuando estamos teniendo buen rendimiento y azul cuando estamos pisando mucho.

El WR-V es un auto bastante especial, ya que es un formato atípico, netamente japones y que también nos recuerda al Nissan Note, un auto al que no le fue muy bien en Chile. Como siempre, los puntos altos están en la ingeniería de Honda, demostrable en su muy bien logrado nivel de manejo para ser un auto compacto, confortable y comunicativo. Aparte, su ergonomía lo hace ser un auto fácil de operar, con diseño moderno. Y claro, su habitabilidad a toda prueba, con asientos modulares únicos y buen espacio para sus ocupantes. El problema, está nuevamente en su posicionamiento, porque por la versión EXL estamos pagando cerca de 14 millones de pesos ($13.990.000 es su precio de lista) y ahí nos estamos metiendo en otros segmentos y otros niveles de equipamiento o calidad, mientras que los modelos LX se nos antojan algo pobres, al lado de lo que podemos encontrar en hatchbacks europeos del segmento B.

Honda ha respondido con el tema del precio, incorporando nuevas versiones Smart y jugosos descuentos, cosa de que puedas cotizar un WR-V LX con cámara de retroceso y sistema multimedia Sony a un valor cercano a los nueve millones de pesos, usando todos los bonos disponibles, por si te gustó el auto y se acoge a lo que necesitas. 

¿Mejores alternativas? Pero claro que las hay; Suzuki Vitara, Renault Captur, Chery Tiggo 4, MG ZS, Nissan Kicks, Mazda CX-3 o el Jeep Renegade, son algunos modelos que no necesitas cotizar en sus versiones tope de linea para ver que ofrecen bastante más que el WR-V.

Test Drive Honda WR-V 2019, el valor del espacio

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