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Probando el DS 3 Crossback

La marca premium del Grupo PSA lanza un crossover compacto rebosante de estilo y personalidad, un interior lleno de detalles y un paquete de equipamiento único en el segmento.

Probando el DS 3 Crossback

En una industria automotora que se mueve a un ritmo tan vertiginoso, lo que ocurre en el mundo de los automóviles premium resalta menos ya hay no hay tantos competidores activos. Sin embargo, este mercado de alta gama se está segmentando a niveles no vistos en el generalista, y están apareciendo más competidores, no todos provenientes de marcas tradicionales.

Uno de los últimos es DS Automobiles, la marca del grupo francés PSA que acaba de lanzar su segundo modelo: el DS 3 Crossback. Este SUV se suma al DS 7 Crossback llegado a mediados de 2018, y que lentamente se ha ido ganando un espacio interesante, casi igualando en ventas a modelos más tradicionales como el Audi Q5 y el Land Rover Discovery Sport.

El DS 3 Crossback es un SUV de corte urbano y tamaño compacto, que internará ganarse un espacio frente a rivales como el Audi Q2, el MINI Countryman y el Lexus UX, aunque también competir contra urbanos más tradicionales como el A3 y el BMW Serie 1.

Llega a Chile en cinco versiones, con tres opciones de motor y dos niveles de acabados y equipamiento, con precios entre $17.990.000 y $23.490.000 (puedes leer la nota aquí). Nosotros probamos el tope de gama denominado BlueHDi 130 Opera Grand Chic, y esto es lo que pensamos.

Rompedor al máximo

La propuesta de DS con este modelo es romper con lo que normalmente se ofrece en el segmento premium, que en general tiene poco riesgo.

Con el diseño exterior hay una intención explícita de cautivar gente joven, con opciones de personalización tan amplias, que en Europa se ofrecen más de 3.000 configuraciones distintas entre motores, transmisiones, acabados interiores, niveles de equipamiento, colores de carrocería, de techo y diseño de llantas.

En Chile, por supuesto, hay menos opciones, pero aún así nos encanta que sea posible diferenciar el techo del resto de la carrocería, algo en lo que DS exploró desde que lanzaron el ya extinto Citroën DS3. De este modelo hay varios elementos rememorativos de aquel auto, como el techo flotante y el pilar B en forma de aleta de tiburón. Pero el resto en 100% DS de nueva generación, con mucho elemento tomados del DS7 Crossback.

Por ejemplo, la gran parrilla frontal hexagonal, en negro brillante o con puntas cromadas, dependiendo de la versión, integrada a las ópticas principales, a través de unas barras cromadas que la marca denomina DS Wings, y las luces diurnas en forma de corchete, que asemejan el logo de DS.

Los focos delanteros tienen un extraño diseño, pero como punto a favor, son Full LED con tecnología Matrix, que permite adaptar hasta 15 elementos lumínicos para iluminar mejor y no encandilar, todo de forma automática. Y son de serie en el DS 3 Crossback, nadie más ofrece esto a este nivel de precios.

Si bien tiene una clara silueta de hatchback sobre elevado, muy armónico y proporcionado, un buen despeje de 17 cm, protecciones bajas en plástico negro, guardabarros anchos y ruedas de gran tamaño (18”) proporciona el músculo necesario para configurarlo como un SUV.

La zaga es casi idéntica a la del DS 7 Crossback, con elementos luminosos angostos unidos a través de un filete cromado, y parachoques anchos con una salida de escape integrada (dos salidas en las versiones gasolineros).

Todo muy coherente y proporcionado, pero lleno de atrevimiento. Por ejemplo, las manillas, que se mantienen ocultas dentro del auto y automáticamente se despliegan al percibir la cercanía de la llave hasta en 1,5 metro de distancia.

Rombos, rombos y más rombos

Igual que en el SUV mayor, el rombo es la forma predominante en el interior del DS 3 Crossback, y esto, según los franceses, homenajea el trabajo sobre las joyas en la industria del lujo francés.

Rombos en el tablero, en los marcadores, en el volante, en la consola, en los mandos, incluso en los tapices… Todo parece exagerado, pero, nuevamente, exuda coherencia con la propuesta de la marca y mucho buen gusto.

Rombos hay en el tablero, en los botones e incluso en la interfaz tanto del sistema de infoentretenimiento como en los marcadores digitales, elemento de serie en el DS 3 Crossback.

Vale decir que viene de entrada con dos pantallas táctiles de 7”, para el cluster y la radio, pero en nuestra variante Opera la segunda pantalla se agranda a 10,3”. No hay mando centra para operarla y este es quizás el gran “pero” de la propuesta. Hay botones de acceso directo puestos por fuera, sí, que mejoran la usabilidad, pero un mando central simplificaría todo aún más.

Tampoco me encantó el sistema en sí, algo lento y no tan intuitivo, pero ha mejorado muchísimo respecto de anteriores propuestas. Y el diseño interior es muy atractivo, y por supuesto tiene compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, algo fundamental para el cliente al que apunta.

Todas las versiones agregan una tercera pantalla: el head-up display dispuesto frente a nuestros ojos para hacer todo más seguro.

El DS 3 Crossback se ofrece con dos ambientes interiores, que la marca denomina “inspiraciones”. La de entrada en Chile es la Bastille, pero al ser la intermedia dentro de la gama que se vende en Europa, es sumamente lujosa.

Incluye tapiz de cuero con prespuntes a la vista en forma de rombo (obvio) en asientos, tablero y puertas, mezclados con materiales muy agradables al tacto, al menos en las partes altas, y un material color bronce en parte del tablero y puertas que llama mucho la atención.

La segunda inspiración es la Opera, nuestra unidad de prueba, que es mucho más lujosa a la vista y el tacto. Los tapices son de cuero, pero Nappa, las costuras asemejan un punto usado en la industria de las maletas, y el diseño de los asientos rememoran las correas de la relojería de alta gama. O al menos eso nos dice DS Automobiles. Me gustó mucho la buena percepción de calidad.

Caben los que caben

El DS 3 Crossback se fabrica sobre una nueva plataforma del Grupo PSA denominada CMP Energy, ya que es capaz de soportar mecánicas híbridas y eléctricas.

Mide 4,12 metros de largo, 1,79 metros de ancho, 1,53 metros de alto y tiene 2,56 metros entre los ejes, que lo posiciona en el segmento de los mini SUV premium.

Y con medidas con éstas, es obvio que la configuración es para cuatro adultos, los que caben muy cómodos considerando el tamaño general del modelo.

Los asientos delanteros son fantásticos en su diseño y confort, muy envolventes, blandos de cojín, y pese a la postura general alta (propia de un SUV), permite ponerlo bajo para una mayor sensación de deportividad.

Por un tema de seguridad, ambos asientos están puestos lejos de las puertas, lo que implica que el zócalo del auto suele tocar en las pantorrillas de los usuarios cuando suben y bajan, aunque por el diseño de las puertas queda oculto al exterior. Aun así, cuidado con ensuciar los pantalones.

Las plazas traseras están puestas bien abajo y bien atrás, generando un más que generoso espacio para los pasajeros. Eso sí, si quien va conduciendo es una persona muy alta, no dejará gran espacio para quienes vayan atrás.

Por anchura caben dos adultos o tres niños. El asiento central tiene apoyacabezas y cinturón de tres puntas, y además es una plaza blanda (no hay apoyabrazos), pero por ancho de hombros dudo que alguien más que un niño podría ir cómodo sentado entre dos adultos o entre dos sillas de niños.

Me sorprende que siendo un auto premium, no hayan salidas de aire independientes o algún puerto USB de conectividad para los pasajeros de atrás. Además, debido al diseño de la aleta de tiburón en el pilar B, la superficie de ventanas atrás es diminuto, y la sensación general es de encierro pese a que el espacio no es malo.

Ya en el maletero tenemos 350 litros de capacidad. Estamos en las cotas bajas del segmento, pero es un rectángulo profundo bastante y por forma, muy usable. Un punto en contra es que en esta versión Opera, la inclusión de un sistema de sonido Focal con 12 parlantes y tweeters obliga a eliminar la rueda de repuesto, que se reemplaza con un kit de reparación. Mmmmm.

Eficiencia y confort, ahí está todo

DS Automobiles vende el DS 3 Crossback en Chile con dos opciones de motor diésel (1.6 turbo con 100 y 130 Hp) y una gasolinera (1.2 turbo con 155 Hp), un motor que debuta dentro del Grupo PSA.

Nuestra unidad de pruebas usa el petrolero de 130 Hp y 300 Nm de par, disponible desde las 1.750 rpm, asociado a una caja automática de ocho marchas.

Vale decir que no es un motor deportivo, está claro viendo su cifra de potencia. Pero gracias a un gran torque disponible desde bien abajo y por un buen rango de rpm, empuja con bastante decisión los 1.250 kilos de peso del auto, y es capaz de sorprender con unas recuperaciones brillantes.

Por supuesto, no entrega esa sensación deportiva que sí se tienen en un Q2 y en un Countryman, ambos con motores gasolineros y más potencia, pero hay resto, empuje y satisfacción para el día a día. Y eso acompañado de un punto cada vez más fundamental: eficiencia.

En nuestra prueba de manejo realizada en la ciudad, el DS 3 Crossback nos dio alrededor de 14 km/litro, y ya en carretera a 120 km/h rozamos los 19 km/l. Cifras realmente notables si considerado que, además, en Chile se paga menos por el litro de diésel, lo que convierte a este DS 3 Crossback en el SUV premium más económico de uso del mercado (o uno de ellos).

La suspensión aguanta mucho y ofrece buen nivel de apoyo en curva, con escaso rolido y gran aplomo, sumado a una dirección muy rápida y responsiva, que entrega mucho feedback al conductor. Diría que es un auto muy divertido de manejar, no al nivel de MINI, pero sí puede sacar sonrisas.

En todo caso, tal como ocurre con el DS 7 Crossback, su foco está puesto en el confort. No golpea, amortigua bien, no rebota. Sí es algo seca cuando se pasa por pavimentos malos o calles de adoquines. Ahí se transmite algo de vibración al interior, pero en general es un auto muy confortable.

Esto se extiende a una excelente insonorización del habitáculo, a unos asientos deliciosos y a un sistema de audio Focal de 512 watts que, de verdad, hacen del manejo una experiencia completa.

El pack de valor

¿Puede una marca nueva como DS Automobiles, competir y quitarle clientes a firmas tan consolidadas como las tres premium alemanas? Puede sin duda. Pero hay temas de prestigio, de historia, de confianza, que hacen que las alemanas sean las líderes que son.

Lexus, Infiniti, Volvo, Jaguar, incluso Alfa Romeo, han tratado de ganar mercado ahí y sólo la firma sueca ha logrado hacerse un lugar destacado. Y eso sólo en Chile.

Entonces, ¿qué hay que hacer para vender muchos DS 3 Crossback? Pues, diferenciarse. Y el diseño ya muestra algo, el habitáculo muestra otro poco, la oferta diésel significa un adicional, y el equipamiento tiene que ser el cuarto diferencial.

Todos los DS 3 Crossback se ofrecen con un paquete de seguridad muy nutrido, que le permitió obtener la máxima calificación histórica de la Euro NCAP para este segmento.

Incluye 8 airbags (dos frontales, dos de cortina y cuatro laterales de tórax), paquete de frenos ABS, controles de tracción y estabilidad, luces LED Matrix, aviso de cambio involuntario de carril, head-up display, sensores delanteros y traseros, cámara de retroceso en 360°, luces automáticas, neblineros con función “cornering”, Hill assist, sensor de lluvia y control crucero con limitador de velocidad.

Nuestra variante Opera añade a eso sensor de punto ciego, control crucero adaptativo con freno de emergencia, control de cambio de carril con corrector y reconocimiento de señales del tránsito.

En cuanto a tecnología, además del head-up display, los marcadores digitales y el sistema conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, incluye cargador de teléfonos por inducción, climatizador digital bizona, keyless con botón de encendido, y un sistema de llave virtual a través de un código, que es posible compartir con amigos por teléfono, para así usar el auto sin necesidad de contar con la llave física. Y el sistema de audio Focal con sus 12 parlantes.

Conclusiones

La propuesta de DS Automobiles sigue sorprendiendo por su atrevimiento. Y no le queda otra: competir con Mercedes-Benz, Audi o BMW no es posible si no hay diferenciales que ayuden a la decisión del cliente.

En este caso está el diseño exterior e interior, la elegante percepción de calidad, la eficiencia de las mecánicas y el equipamiento, abundante en todos los aspectos.

¿Lo compraría? Sin duda, si no necesita mucho espacio y si no anduviera detrás de un auto deportivo. Y si el techo de vidrio y los asientos eléctricos no fueran primordiales.

El DS 3 Crossback tiene sus deficiencias, pero está lleno de virtudes, especialmente para aquellos que buscan la diferenciación.

Test drive: DS 3 Crossback 2020

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