El primer SUV de Acura, no fue exactamente de ellos, sino que una versión con insignias del famoso Isuzu Trooper. Este auto sirvió de plataforma a muchos modelos, en aquella época en que lo más representativo del segmento SUV era el Jeep Grand Cherokee y el Range Rover. Se conoció como Subaru Bighorn, como Holden Jackaroo y en su primera generación, como el Ssangyong Korando Family. Isuzu en esa época, aprovechó el vuelo para prestarle dos modelos a la marca japonesa: el Trooper, comercializado como Acura SLX y el Rodeo, comercializado como Honda Passport.
Claramente el SLX no era el modelo más moderno de la época y con el pasar de los años, fue envejeciendo, hasta que Acura desarrolló el MDX. Desde entonces, el SLX se transformó en un modelo de culto, así como varios autos de semi-lujo en la década de los noventa, principalmente raros por sus plataformas compartidas y los desarrollos que las marcas le dieron para diferenciarlos de sus gemelos.
Por otro lado, como buen millenial que soy, siempre tuve el sueño de hacer un festival de autos bien conservados de los años ochenta y noventa. No necesitan ser autos verdaderamente exclusivos (como en un Cars & Coffee) pero si muy bien conservados y dignos exponentes de aquella fantástica época, la que para muchos se extiende un poquito más del año 2000. Lamentablemente, la idea ya fue tomada hace unos años, ya que en Estados Unidos se celebra Radwood, una comunidad dedicada exclusivamente a eso mismo. Lo mejor, es que para ir a Radwood, debes caracterizarte como un personaje de la época. Si quieres ir estilo Grunge o estilo Madonna, perfecto, este es tu lugar.
Y Acura aprovechó la ocasión para participar, puesto que en Estados Unidos las marcas de auto interactúan bastante en estas comunidades, no como aquí en Chile, donde los clubes de fanáticos tienen que rogarles a las marcas alguna colaboración, con algunas excepciones (como Volkswagen con los amigos de Beetlefriends, Porsche con sus clubes y Honda con el H-Day). En este caso, la marca se la jugó completamente por comprar un viejo Acura SLX de 1997 para participar. Sin embargo y para hacerlo más fascinante, le dieron vuelta al proyecto con algo mucho más ambicioso: hacer restomodding.
El restomodding, dentro de la cultura tuning, corresponde a restaurar un auto viejo, pero dotándolo de tecnología nueva, coherentemente de la misma marca y equivalente en su segmento. Así fue como Acura le quitó el viejo y gastador V6 3.2 con caja automática de cuatro velocidades y le puso el tren de rodaje de un nuevo RDX 2020: un motor VTEC Turbo de dos litros con 350 Hp, caja automática de 10 velocidades y sistema de tracción Super Handling-AWD (SH-AWD).
Para mantener el encanto noventero de este SLX, los retoques cosméticos fueron los justos. Por ejemplo, se mantuvo el típico esquema de pintura bicolor, que originalmente era verde y beige, pasando a un vistoso color Performance Red perlado, con las zonas bajas pintadas de color plateado. Las viejas llantas y neumáticos, fueron reemplazadas por un conjunto muy parecido al original, llantas Fifteen52 de 17" estilo tarmac, pero con los centros de llanta luciendo insignias Acura y con un tratamiento exterior estilo aluminio cepillado. Los neumáticos, se reemplazaron por algo más moderno: Yokohama Geolandar A/T. Se pusieron insignias SH-AWD, una tapa dura para la rueda de repuesto, mientras que, en el interior, se retapizaron los asientos con cuero gris y a las puertas, se les agregó insertos de madera color ceniza.
El resultado lo único que logra, es que quiera salir corriendo a comprar un pasaje a Estados Unidos, para verlo en vivo. Pero como tengo que estar aquí reporteando para ustedes, no se puede. Por fortuna, Acura grabó un entretenido video, muy al estilo retro de Radwood, con la historia de este modelo y como se transformó en un super SH-AWD.
Flashback Forward: Acura SLX Reborn for RADwood