La marca Corsa es posiblemente una de las cinco más importantes en la historia automotriz de Brasil. Utilizando la base del Corsa B o segunda generación del modelo lanzado por Opel en Europa, fue producido en el gigante sudamericano y vendido en toda Sudamérica bajo la marca Chevrolet entre 1994 y 2012, tanto en versiones hatchback y sedán, convirtiendose en una leyenda por sus ventas y accesibilidad.
Pero la constante evolución del Opel Corsa en Europa y lo vieja que quedaba la plataforma original del modelo Mercosur, hizo que su extensión de vida en la región se hiciera impracticable y Chevrolet decidió sacarlo del mercado. Aunque fue reemplazado por el Sail chino en 2010, mientras que en el resto de la región derivó en el Onix y el Prisma.
Pues bien, ya como marca del grupo francés PSA, Opel acaba de lanzar en Europa la sexta generación del modelo, que ahora viene emparentado directamente con los Peugeot 208 y 2008, compartiendo la plataforma CMP y los motores PureTech y BlueHDI. Esto significa que industrialmente puede producirse en cualquier planta que fabrique los compactos de la marca del León.
Y se sabe que ambos modelos se fabricarán en Argentina desde 2020.
¿Y a qué va todo esto? A que PSA de Brasil acaba de registrar la patente del nuevo Corsa en el Instituto Nacional da Propriedade Industrial (INPI). ¿Es eso un indicio de que podría producirse y venderse nuevamente en la región?
Hay varias razones para creer que sí. Por ahora, Opel sólo se comercializa en Chile y está en proceso de abrir nuevos mercados, partiendo por Ecuador y Colombia. Pero la orden de la nueva jefatura de la marca es clara: Opel debe ser global y venderse en todos los países donde opera PSA, por lo que su retorno a Brasil y Argentina, y su lanzamiento en México, es cosa de tiempo.
Pero, además, qué mejor auto para regresar a la región que el Corsa, y con el tiempo, el Astra, otro ícono de la industria local. El primero competiría de mucha mejor manera que el 208 con el Chevrolet Onix de nueva generación y el Volkwagen Polo, mientras que el segundo podría hacer frente a modelos exitosos como el Volkswagen Golf y el Chevrolet Cruze.
No sólo eso, ya que sobre la misma base del Corsa se produce el SUV compacto Crossland X, que de seguro tendría una gran recepción en los mercados Mercosur.
Y un punto más: ni a Peugeot ni a Citroën les va bien en Brasil, por lo que apuntar a ganar mercado con Opel y nombres icónicos como el Corsa suena a algo más que lógico.