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Probando el JAC S4 2020

Salimos a la ruta acompañados de la versión tope de gama del S4, un crossover del segmento B que es animado por un bloque turbo gasolinero de 1.5 litro que entrega 147 caballos. La tecnología es su principal argumento, aunque no podemos desconocer que con este bien concebido producto JAC Motors ha impuesto nuevos estándares en el ámbito de la calidad.

Probando el JAC S4 2020

JAC de a poco se está convirtiendo en un especialista en SUVs y camionetas, un camino que está recorriendo a paso firme gracias a la excelente reputación obtenida por los ejemplares de la familia S, a la que pertenece el protagonista de esta prueba, y también por el buen desempeño comercial mostrado por las pickups T6 y T8.

Con respecto al sedán J4 debo decirles que me parece un poco injusto que no se ubique dentro de los más vendidos de este origen, aunque también entiendo que frente a los imbatibles Chevrolet Sail y Great Wall C30 Classic no tiene mucho que hacer; la decisión de JAC Motors es la correcta, porque debe reforzar su presencia en los segmentos en los cuales si puede liderar.     

Volviendo al S4, me queda claro que se trata del ejemplar que separa el pasado con el presente y el futuro de la marca. Es un crossover colmado de tecnología, una dotación que hace poco era inimaginable en la industria china y, lo mejor de todo, manteniendo la “promesa” de no disparar los precios; la unidad tope de gama cuesta un poco más de 12 millones de pesos, que es un monto muy razonable.

Buscando identidad   

Analizando el exterior hay ciertos asuntos que me generan ruido, por usar un eufemismo, y es que a pesar del avance experimentado por esta marca sus diseños no me convencen, y peor aún no logro reconocer esos detalles que le dan vida a un estilo propio. En este ejemplar se observan algunos recursos arquitectónicos ya vistos en otras marcas, como MG y Chery, por lo que sin entrar en la discusión de que si se trata de una propuesta acertada o no, solo puedo decirles que tan original no es.     

Dejando de lado el tema de la identidad, en este diseño destacan ciertas soluciones muy interesantes desde la perspectiva de la funcionalidad. Todo el zócalo cuenta con protecciones de resina negra, por lo que podemos olvidarnos de los raspones, y la abatida luneta incluye una visera que la protege del ataque de la luz solar, algo de mucha utilidad en esta época de verano.  

En esta versión destaca la carrocería bicolor, las llantas de 17” y esas elegantes manillas cromadas que combinan con los listones que recorren el marco de las ventanillas y con las barras portaequipaje adheridas al techo. En la zaga también se agregaron terminaciones metal cromo, entre las luces piloto y alrededor de los neblineros inferiores; dicho sea de paso el portalón incluye apertura gesticular, es decir deslizando el pie por debajo del parachoques.

Un completo abecedario  

Un ambiente dominado por la tecnología es lo que nos recibe al momento de ingresar al habitáculo, claro que además hay generoso espacio, punto en el que influyen positivamente las medidas exteriores: 4.410 mm de largo, 1.800 mm de ancho, 1.660 mm de alto y 2.620 mm de distancia entre ejes. El compartimiento de carga admite 520 litros (mínimo), siendo este uno de los puntos a favor que tiene este crossover asiático.

El clúster es digital, pudiéndose modificar la vista de algunos indicadores, mientras que en el centro del tablero se despliega una superficie táctil en la cual se organizan los mandos del climatizador y del equipo de audio. Una pantalla de 10”, también dactilar, agrupa las múltiples funciones del sistema de infotenimiento y brinda acceso a las plataformas Apple CarPlay y Android Auto, monitor que además se transforma en cámara que proyecta imágenes en 360°.

Entrando de lleno en el ámbito de la seguridad el S4 tope de línea no se anda con medias tintas, ya que se anuncia la presencia de seis airbags, frenos ABS+EBD, control de estabilidad, Hill Assist, monitor de presión de neumáticos, anclajes Isofix, alerta de colisión frontal, sensor de punto ciego, aviso de cambio de carril, alerta de tráfico cruzado, sensor de luces altas/bajas y alerta de apertura de puertas. 

La lista de aditamentos orientados al confort de los ocupantes es muy completa, ofreciéndose paquete eléctrico full, espejos calefactados, climatizador, control de velocidad crucero, arranque sin llave, asiento del conductor con ajustes eléctricos, columna de dirección regulable en altura y techo solar, entre otros. El tapiz de los asientos es de cuero ecológico, un material que no ofrece mucha adherencia y que además acumula temperatura cuando estacionamos a pleno sol; eso lo viví muchas veces durante la semana que tuve este ejemplar en mis manos.

Las butacas frontales cuentan con un diseño adecuado, para todo tipo de complexiones, mientras que la banca trasera es un poco estrecha, lo que dificulta que en ella se acomoden tres viajeros… quizás niños o personas delgadas. Me quedó claro eso sí que la calidad de este producto nada tiene que ver con los primeros JAC que llegaron a nuestro país, porque los materiales son agradables al tacto y las terminaciones bien ejecutadas, aunque en asuntos de insonorización este fabricante aún no alcanza su máximo nivel.

  

Costumbres citadinas   

Lo primero que noté al iniciar el recorrido, es que la suspensión posee uno de los calibrados más correctos que me ha tocado testear en los exponentes de este origen. Y lo más sorprendente de todo es que se trata de un esquema tradicional, archiconocido, que es un McPherson delantero y un puente semirrígido atrás, es decir lo que está presente en el 80% de los ejemplares que se venden en la actualidad.

Ahora bien, ¿qué la hace tan especial? Sucede que en el asfalto urbano es como si flotáramos, como si en lugar de amortiguadores y resortes estuviese equipado con unos colchones de aire, una aislación perfecta e inquebrantable que nos brinda una sensación de comodidad que raya en la perfección; por este motivo la conducción urbana se torna muy agradable.

También me gustó el actuar de los frenos, un sistema provisto de discos en las cuatro ruedas, componentes que pese a recibir un duro castigo nunca perdieron eficiencia; esta cualidad se advierte en todos los escenarios. Las asistencias electrónicas realizan su tarea sin restarle poder de decisión al conductor, una buena noticia para los que amamos y defendemos el manejo en su estado natural.

Esta vez comencé por el postre, entonces es hora de ir a los bocadillos menos dulces. En el vano frontal se ubica una planta motriz turbo gasolinera de 1.5 litro, un impulsor que está en condiciones de producir 147 caballos a 5.500 rpm y una torsión máxima de 210 Nm desde las 2.000 rpm; la caja es una CVT de seis velocidades, o al menos con la percepción de esos desarrollos.

La transmisión CVT se comporta bien en la ciudad, en medio de los atochamientos y bajo exigencias normales. Pero en carretera su desempeño no es tan brillante, porque tarda demasiado en escalar hacia los desarrollos que brindan impulso, lo que por supuesto impide que el motor trabaje a toda su capacidad; cuesta acostumbrarse a este ritmo aletargado, y debemos tener presente esta particularidad en los adelantamientos.

El motor respira bien en la zona inicial del tacómetro y manifiesta cierto grado de nerviosismo cuando la aguja supera las 3.500 vueltas por minuto. De ahí hacia arriba, además de aumentar la rumorosidad, noté que el turbo sufre de cierto retardo aunque no al extremo de diluirse la entrega de potencia. El torque se torna insuficiente en los ascensos pronunciados, una debilidad que por ningún motivo podría dejar de comentarles, ya que esos 210 Nm se mantienen –según el catálogo- constantes entre las 2.000 y 4.500 rpm, algo que en honor a la verdad no percibí de ese modo. 

La dirección posee asistencia eléctrica, y con respecto a su desempeño nada tengo que criticarle en lo que se refiere a facilidad de operación, no obstante carece de feedback, se siente como si los neumáticos no estuviesen en contacto con el asfalto… por eso les recomiendo acostumbrarse a este sistema antes de intentar maniobras más complejas, sobre todo en un camino lleno de curvas. 

Conclusiones

Por el anunciado precio se obtienen grandes beneficios, sobre todo en el ámbito de las ayudas electrónicas y la conectividad. Es un crossover sumamente ágil en la ciudad, suave y dócil, pero en la carretera salen a relucir sus limitaciones técnicas, especialmente las que son atribuibles a la caja CVT.

Me queda claro que esta marca ha ido evolucionando y que lo seguirá haciendo, pero aún no llega a su máximo nivel de desarrollo… va para allá, pero falta un poco. El S4 brilla en la ciudad, nada que enrostrarle, y en este escenario lo único que rompe el agrado del viaje es que a la cabina le falta aislación acústica. 

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