Para nuestra prueba manejamos el Giulia Veloce, la versión intermedia equipado con un motor de 280 caballos de fuerza y tracción total, y que tiene un precio cercano a los 32 millones de pesos. Estas son nuestras impresiones.
Diseño: lo mejor de Italia
Si hiciéramos una encuesta donde preguntáramos por los atributos positivos de la industria automotriz italiana, ¿qué resultados obtendríamos? Seguramente el diseño coparía la parte alta del podio, seguido de la dinámica conductiva y de la emoción que genera. Al menos, es lo que yo votaría.
Este Alfa Romeo conjuga todos estos atributos, lo que ha hecho que en varios mercados mundiales se haya posicionado como una gran alternativa del BMW Serie 3 y del Mercedes-Benz Clase C, íconos entre los sedanes premium.
Pero, ¿tiene el Giulia atributos suficientes como para competir en serio frente a los alemanes? Partamos por el tamaño.
El Giulia mide 4.643 mm de largo, 1.860 mm de ancho, 1.436 mm de alto y tiene 2.820 mm entre ejes, y un peso que en esta versión llega a los 1.600 kilos. Si lo comparamos con un Serie 3, es 6 centímetros más corto, 4 cm más ancho y tiene 3 cm menos entre los ejes, pesando casi lo mismo si se compara con el 330i xDrive. Y frente al Clase C, es 4 cm más corto, 5 cm más ancho y tiene 2 cm menos entre los ejes, pesando casi lo mismo. Y todos ofrecen el mismo volumen de maletero: 480 litros.
Respecto del diseño, es aquí donde definitivamente gama el Giulia. Tiene un diseño con líneas orgánicas, muy armónico, agresivo y atractivo a la vista, luciendo una estampa moderna y deportiva, pero también con elementos que nos recuerda la historia de la marca.
Resalta su postura agresiva, como un animal a punto de dar el zarpazo. La silueta tiene claros elementos deportivos, como la cabina movida hacia atrás, el capó largo y el maletero corto y levemente elevado, voladizos minúsculos y una cintura alta.
A eso, esta versión Veloce agrega un acabado con una estética más deportiva, que incluye un paragolpes en diseño propio, llantas de aleación de 18 pulgadas, difusor trasero, doble salidas de escape y entradas de aire más generosas.
Si nos vamos al interior, el Giulia Veloce destaca por ofrecer una sobresaliente calidad de materiales y acabados, con un ambiente premium y un aspecto atractivo. Abundan los plásticos blandos y de tacto gomoso, sobre todo en las zonas superiores y en las puertas, combinados con otros menos agradables al tacto que están más escondidos.
La posición de manejo es espectacular, baja y muy deportiva. Los asientos del Giulia Veloce son más deportivos, acogen muy bien el cuerpo y cuentan con un tapiz maravilloso, con logo de Alfa Romeo bordado en el reposacabezas.
El volante es igual de llamativo. Incorpora el botón de encendido del motor junto al centro y luce un diseño deportivo y elegante. Su tacto es de lo mejor del conjunto, perfecto para manos grandes y pequeñas. Y esta versión incorpora levas de aluminio por detrás que están fijadas a la columna. Basta con presionar levemente con los dedos para escuchar el click... Una delicia.
Lo peor del interior está atrás, con plazas traseras más bien justas. Caben dos adultos y ya, porque el túnel central es alto y casi elimina el espacio para pasajeros. Además, el espacio para piernas y la altura al techo no es generoso como en sus competidores, y las personas grandes lo resentirán.
Ahora, hay detalles que deslucen un interior hermoso y funcional (todo al alcance de la mano y pantalla táctil de fácil uso). Los pocos y reducidos espacios para dejar cosas es la primera; la pantalla central es una segunda, con una gráfica sencilla y una resolución regular, nada que ver con las propuestas actuales de BMW y Mercedes-Benz.
Dinámica: lo mejor de Italia
Partiendo de la base de la extraordinaria plataforma de tracción trasera que nació con este modelo, nuestra versión Veloce usa el mismo motor del Giulia normal, un cuatro cilindros 2.0, con inyección directa y turbo, que en este caso eroga 280 caballos de fuerza y 400 Nm de par (a 2.250 rpm), asociado a una caja automática de ocho velocidades desarrollada por ZF, y con tracción integral permanente que Alfa denomina Q4.
Alfa Romeo indica que el Giulia Veloce hace el 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y alcanza los 240 km/h. Si lo comparamos con su competencia, tanto el Mercedes-Benz C300 como el BMW 330i xDrive tienen 258 Hp, llegando a 100 km/h en 5,9 y 5,5 segundos, respectivamente, ambos con una máxima de 250 km/h.
Es un motor muy progresivo pero que empuja apenas se pisa el aceledador, con un mínimo turbolag bajo las 1.500 rpm. Por lo mismo, es menos explosivo de lo que esperábamos. Pero a partir de ahí sube rápido y deja empujar hasta las seis mil rpm, pero la caja es tan corta que las marchas se acaban rápido y es necesario pasar una y otra vez los cambios o dejar que el cambio automático haga lo suyo.
La caja está perfectamente sincronizada con el motor para hacer del Giulia un sedán deportivo. Cambios cortos, como decíamos, y de pasos muy rápidos y mucha suavidad con la Directa está en funcionamiento. Además de las levas de aluminio hermosas tras el volante, hay un modo manual con la palanca, y el ya conocido mando DNA para los modos de conducción Dynamic, Normal y All-Weather, que varían la respuesta del acelerador y la amortiguación activa, cuando la incorpora como opción.
El sonido es lo menos destacado del motor, sobre todo si hemos podido escuchar el V6 del Giulia Quadrifoglio. En aceleración agarra un tono más agradable, pero definitivamente no es lo que esperábamos de un Alfa.
En muchos medios europeos han dicho que este Giulia es el sedán más deportivo del segmento, y no se refieren sólo al Quadrifoglio, sino a la gama completa. ¿Será así? Para nosotros es más difícil decirlo porque no lo hemos manejado todo en las condiciones adecuadas (circuito), pero lo que está claro es que si algo identifica al Alfa Giulia es su conducción deportiva y estimulante.
Primero, es un auto muy cómodo para viajes o largos trayectos. Nosotros hicimos varios kilómetros en carretera y nos encantó la suavidad de marcha, la ausencia de vibraciones y ruidos (algo se dejan escuchar por encima de los 140 km/h), y la sensación de que realmente estamos a bordo de un auto premium.
En Italia pudimos manejar por carreteras secundarias, y es ahí donde nos sorprendió gratamente. Básicamente, porque lo mejor que tiene el Giulia es su suspensión patentada como Alfa Link. Adelante, un dobre triángulo y atrás un multilink de cuatro brazos. Y eso con amortiguadores son capaces de absorber todo y apenas transmite movimientos a la carrocería.
Por calibración está a medio camino entre un Serie 3 y Clase C, por lo que muestra algo de balanceo en curva (mucho menos en modo Dynamic), pero el apoyo es sobresaliente, al punto que las curvas y contra curvas apenas se sienten por su extraordinaria efectividad.
A ello hay que agregar una dirección de tacto soberbio, directa, rápida y precisa, que te permite colocar el auto donde quieras sin tener que hacer un gran esfuerzo con el volante. Y unos frenos que, si bien no los exigí demasiado, "muerden" fuerte y son capaces de responder transmitiendo mucha tranquilidad.
¿Cuánto de esto responde a la tracción Q4? Diría que poco, ya que lo normal es tener un "tracción trasera" es casi todos los usos, incluso cuando se están esforzando en zona de curvas, pero puede mandar hasta un 60% del par al eje delantero. Buena salida de curvas, la posibilidad de acelerar antes, características reales de un buen sedán deportivo.
Conclusión
La verdad es que el Alfa Romeo Giulia me ha fascinado por su diseño, su tacto deportivo y la emoción que nos genera al llevarlo un poco más rápido y en zonas de curva. Es fantástico en eso y sin duda se convierte en un actor muy potente para el segmento de los sedanes premium.
Pero junto con lo mejor de Italia está también algo de lo peor, por ejemplo, la confiabilidad, la durabilidad y la calidad constructiva. Y nada de eso podemos verlo en nuestra prueba, obvio. La percepción de calidad es buena como dijimos, pero en un tiempo más largo de uso no tenemos cómo corroborarlo. Y si el auto falla con el tiempo, como ha sido la historia de Alfa Romeo y de la industria italiana, tampoco podemos evaluarlo ahora.
¿Es una compra racional? Para nada, considerando que, además, cuesta unos 32 millones de pesos. Alfa Romeo apenas se vende en Chile, por lo que la reventa será una pesadilla. El modelo es relativamente nuevo de desarrollo y generará malos ratos en algún momento de la vida, y apostaría mi vida que con algunos kilómetros de uso comenzaremos a escuchar algunos cascabeleos y chirridos por ahí o por allá.
En ese sentido, la compra racional será un Mercedes-Benz, si se busca elegancia y sensación premium, o un BMW, por calidad y deportividad.
Pero veamos el otro, lado, aquel más emocional que racional, que es el que mueve a los clientes de Alfa Romeo. El diseño hermoso, la pasión que han puesto en este auto, el intento por convencer con el interior, la capacidad de aceleración y, sobre todo, las sensaciones que genera su manejo... ¿Tenemos todo esto en un auto alemán? Mmmmm.
Sí, sin lugar a dudas hay mercado ahí. Si yo fuera más emocional firmo el cheque hoy mismo.