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Probamos el Audi A1 2020

El modelo más pequeño de la marca acaba de debutar en el mercado chileno y nosotros ya lo manejamos.

Probamos el Audi A1 2020

El Audi A1 lleva un poco más de 10 años siendo la opción más pequeña y compacta para el transporte de cinco pasajeros que ofrece la marca. La primera generación de este modelo duró casi 10 años, un hecho poco usual en la actualidad, en donde la vida útil de un modelo suele ser menor a la mitad.

La historia del A1 se remonta al 2007, cuando la marca presentó en Salón del Automóvil de Tokio un vehículo concepto denominado Metroproject quattro. Hubo que esperar hasta el Salón de Ginebra de 2010 para conocer el A1 que había levantado mucha expectativa, pues estaría utilizando partes motrices y componentes del Seat Ibiza y del VW Polo.

El nombre interno fue 8X y se trató de un pequeño utilitario con carrocería hatchback con opción de tres o cinco puertas. 

Hace unos días te contábamos que la segunda generación acaba de aterrizar en el país. Una iteración del modelo que presenta no pocas novedades.

La primera es que no estará fabricado en Alemania, sino en la planta de SEAT en Martorell (España), donde ya se produce el Q3. La segunda es que ya no va más la variante de tres puertas, sino que sólo se ofrecerá en formato Sportback (5 puertas) y una especie de crossover denominado Citycarver.

Se denomina internamente con el nombre código GB y utiliza la plataforma MQB-A0, que también da vida a otros modelos del grupo VW, como el Polo de 6ª generación y el Ibiza de 5ª.

Diseño y dimensiones

El diseño se aleja de las formas redondeadas la del primera generación y nos presenta líneas rectas y agudos ángulos que caracterizan el diseño de Audi hoy. Un detalle reminscente son las tres pequeñas tomas de aire bajo el capó, que nos remiten imendiatamente a uno de los íconos de los Audi modernos: el famoso Audi Sport quattro

Las dimensiones de la carrocería crecieron en prácticamente todas sus cotas. La longitud es 5,6 centímetros más larga y la distancia entre ejes es 10 centímetros mayor (2,56 metros). Por medio de estas dos variaciones se logra una gran amplitud interior y una mayor área de carga (335 litros), a pesar de tener una carrocería de un poco más de cuatro metros (4,03 metros).

Audi presentó con el A1 con una nueva plataforma de motores. Hay opciones que van desde un tricilíndrico de 1.0 litro turbocargado para las versiones 30 TFSI y 30 TFSI Sport, con 116 Hp y 200 Nm de par, mientras que la versión 35 TFSI Sport es la más alta, al menos en Chile (y que es la que probamos). Cuenta con un motor de 1.5 litros de cuatro cilindros turbocargado, con 150 Hp y 250 Nm de torque, asociado a una caja S-tronic, automática de doble embrague y 7 velocidades. 

A nivel mundial existe una versión 40 TFSI S-Line, que porta un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros, tambien turbocargado, con 200 Hp.

La versión de prueba

Ahora sí, entremos en materia. Nuestro A1 de prueba tiene un precio de $23.990.000, más o menos el mismo precio en que parten modelos más grandes como el BMW Serie 1 y el Mercedes-Benz Clase A.

Hace algunos años, el hablar de una mecánica de 1.5 litros conjugada con una potencia de 150 caballos era simplemente impensable. Hoy, gracias a la electrónica, metalurgia y nano tolerancias, es posible tener motores muy pequeños y gracias a la adición de un turbocompresor, el funcionamiento es por demás eficiente.

Al romper la inercia, prácticamente no hay un retardo en la entrega de poder. Si bien el A1 con motor 1.5 litros no es una bala en arranque, hace su trabajo de una manera eficiente y cumplidora. La aceleración se va ganado de forma constante; sin ser súbita, es lineal en prácticamente toda la banda de revoluciones. La caja hace su trabajo de forma suave, y si uno opta por hacer los cambios de forma manual, la caja es rápida.

En general es un buen motor, la duda que nos queda es saber si el motor de entrada, ese 1.0 Turbo con sólo 116 Hp, será suficiente como para mover el auto con total autonomía. Seguramnete sufrirá en las subidas o con carga completa, especialmente en las aceleraciones iniciales y antes de que turbo entre en funcionamiento.

Eso sí, del lado de la eficiencia de combustible, el A1 con motor 1.5 L resultó toda una revelación. En nuestra prueba de consumo mixto en condiciones reales nos entregó 15.9 km/litro, quedando muy cerca de la cifra oficial de 16.96 km/litro, y de paso, logrando uno de los mejores valores que hayamos tenido para un auto no híbrido.

Algo que pensé que no me iba a satisfacer del todo era el tacto de la suspensión trasera, ya que se trata de un eje torsional, que si bien es menos comunicativo que una suspensión totalmente independiente, hace su trabajo de forma correcta. Habrá que someter al A1 a trazos en donde se comprometa mucho la suspensión con constantes transferencias de peso para ver si ese eje torsional está a la altura, pero para uso normal de calle cumple a cabalidad.

El interior: business class y economy class

Lo primero que nos encontramos adentro del habitáculo es la pantalla de 10 pulgadas que despliega el cuadro de instrumentos (Virtual Cockpit), y luego una segunda de ocho pulgadas de accionamiento táctil para el sistema multimedia. Y la arquitectura del tablero, que combina plásticos rígidos y suaves con insertos color aluminio luce bstante elegante, pero con un toque moderno.

Se puede pedir como opción y con un cargo extra un sistema multimedia de 10 pulgadas con navegación y actualizaciones de tráfico, controles por voz y un sistema de audio Bang & Olufsen Premium Sound System con 11 parlantes y 560 watts.

Como en todo Audi, funciona bien, tiene una extraodinaria resolución, es fácil de utilizar ya que es muy intuitiva, y conecta nuestro teléfono con rapidez, lo que nos permite utilizar las principales aplicaciones disponibles para Apple CarPlay y Android Auto.

Una de las cosas más desconcertantes que encontré en el A1 son los interiores, y por eso dejé este rubro al final. 

Las plazas delanteras estan llenas de detalles de color, diferentes texturas y acentos de color en donde nunca otra marca se ha atrevido a ponerlo. La visión periférica de los ocupantes está llena de detalles que ponen de buenas, es decir, es como viajar en Business Class.

Las plazas traseras son otra otra historia, es como viajar en Economy Class. La pleyade de cosas agradables de las plazas delanteras aquí desaparece pues no hay absolutamente NADA que sea un sinónimo de amenidad: no hay portavasos, no hay salidas de caudal de aire, no hay puertos USB, bueno, ni siquiera hay la misma calidad de materiales en los paneles de las puertas traseras, ya que todo el revestimineto es de plástico duro.

Conclusión

Un producto completo que no niega que es un vehículo de inicio de gama.. Su precio está demasiado alto considerando los motores de entrada (116 Hp), el equipamiento disponible y el tamaño. Y su competencia le pisa los talones con productos quizá menos drámaticos en diseño, pero con prestaciones similares.

Nos gusta la propuesta de Audi, sin duda. No es lo mismo que viene haciendo desde hace rato. Pero esperamos 10 años para un segundo A1, y no estamos seguros de que la espera valiò la pena, no sé si nos dejó del todo conforme.

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