En los últimos años fueron varias las marcas automotrices que modificaron su principal identificación: el logo. En total estamos hablando de más de diez, que pasamos a repasar:
- Alfa Romeo (2015)
- MINI (2017)
- Volkswagen (2019)
- Lotus (2019)
- Rolls-Royce (2020)
- BMW (2020)
- FIAT (2020)
- Toyota (2020)
- Nissan (2020)
- Opel (2020)
- General Motors (2021)
- KIA (2021)
- Peugeot (2021)
En prácticamente todos los casos se decidió simplificar el logo, quitándole el aspecto tridimensional tan característico de décadas anteriores. Ahora, hay una pregunta básica: ¿Por qué? La respuesta está en la importancia de la apariencia en una era marcada por lo digital y la movilidad eléctrica.
En la actualidad, el uso del logo trascendió los vehículos y papeles para ser parte de un mundo de redes sociales, videos y otros tipos de materiales visuales, por lo que el regreso de su configuración a las dos dimensiones brinda una practicidad ideal para los tiempos que corren.
El camino tomado por esta decena de compañías es el del minimalismo, corriente en la que el 3D, hablando mal y pronto, no existe, siendo la sencillez (el uso de letras más finas y colores menos llamativos, por ejemplo) y eficacia sus pilares fundamentales. Por algo su frase de cabecera no es otra que “menos es más”.
Algunas de las marcas que decidieron cambiar su logo. El camino tomado por todas es prácticamente el mismo.
“El mercado exige que los fabricantes automotrices comiencen a ofrecerle al consumidor un producto más rico, más simple y digital”, comenta Filippo Vidal, director de la agencia especializada en marcas FutureBrand. En este sentido, Vidal explica que los vehículos cuentan cada vez más con elementos tecnológicos, algo que las marcas buscan reflejar en sus logos.
Si hablamos de lo digital es imposible omitir a la electrificación. La tendencia cada vez más marcada de la industria hacia la movilidad eléctrica también ayuda a generar logotipos como por ejemplo el nuevo de General Motors, que adoptó el color celeste (identificado con la causa eléctrica). “En unos años, si veo el logo de GM pensaré en un vehículo eléctrico", sostiene Maytê Carvalho, profesora de comunicación y de gestión y marketing.
Por otro lado, la disminución de la complejidad de los principales elementos identificatorios de las marcas va de la mano de la posibilidad de acceder a un público de clase alta, en el que la fineza lo es todo. Por ejemplo, según Carvalho la renovación del escudo de Peugeot no es casual: “Tiene líneas que me hacen recordar al de Porsche”, comenta haciendo referencia a una de las principales firmas de lujo. ¿Habrá sido hecho con esa finalidad? Quizás, aunque también vale recordar que la firma francesa ya supo contar con logos parecidos a lo largo de su historia.
Por último, el cambio de escudo también es consecuencia de la búsqueda de nuevos públicos, que a medida que crecen e independizan van ingresando en el negocio automotriz. Claro, se busca atraerlos a través de una imagen cuyas líneas remiten a lo digital, que es el ámbito en el que, a través del uso de la computadora, smartphones y tablets, fueron desarrollando su niñez y adolescencia.