Dentro del mundo del tuning existe un taller que es reconocido a nivel mundial por el trabajo extremo que realiza en automóviles sin importar la marca, modelo y año: el taller japonés Liberty Walk. Así como puede personalizar un Ferrari, este tuner puede trabajar sobre un modelo como el Suzuki Jimny igual de bien.
Ante la similitud de diseño de la carrocería que tiene con el Clase G, Liberty Walk aplica al Jimny el mismo tratamiento que el SUV de Mercedes-Benz, al que también habvía tuneado hace un tiempo.
En esta transformación, este todoterreno de Suzuki adquiere una apariencia extrema debido a que recibe parachoques más robustos, una parrilla rediseñada, un capó más voluminoso de fibra de carbono, guardabarros más anchos, faldones laterales, deflectores y un spoiler.
Esta imagen revolucionada continua con las llantas de aleación negras, los neumáticos all-terrain, la cubierta del neumático de repuesto instalado en el portalón, las luces LED, las carcazas en los espejos laterales y un sistema de escape con salidas laterales.
Puertas adentro los cambios se limitan a la tapicería de cuero en los asientos, con el emblema de Liberty Walk con costuras blancas, a los tapetes de uso off-road y al volante de fibra de carbono.
Mecánicamente, el Suzuki Jimny Liberty Walk mantiene el mismo motor de 1.5 litros que conocemos, y que entrega 100 Hp y 130 Nm de par, asociado a una caja manual y al sistema All-Grip 4x4.