En 1991, hace 30 años, Mazda logró una doble hazaña histórica en las famosas 24 Horas de Le Mans. Se transformó en el primer fabricante japonés en ganar la carrera y además, es la primera y única vez que la ha ganado un auto con motor rotativo. Estos dos hitos revelan el espíritu incansable de los ingenieros de Mazda, quienes hoy están abocados a una nueva plataforma de tracción trasera y un motor de seis cilindros, en tiempos donde todos los fabricantes apuntan a la electromovilidad. Mazda siempre ha sido esa marca especial, con filosofías bien claras con respecto a diseño y desarrollo.
Una de esas características excéntricas de Mazda, ha sido el tema del motor rotativo. Si bien Mazda no ha sido la única marca en usarlo, fueron los que más desarrollaron el tema, al punto de usarlo de manera comercial en algunos de sus autos, siendo el más emblemático, el RX-7.
¿Qué es el motor rotativo?
La mayoría de los motores que conocemos, funcionan con pistones. Estos suben y bajan dentro de una cámara donde se genera combustión, en un ciclo que se denomina Otto (en honor a su creador). Esta combustión es la que genera dicho movimiento y que finalmente es el que impulsa a un vehículo. Existen distintas configuraciones y tamaños. Hay de tres, cuatro y hasta 16 cilindros. Estos también se pueden colocar en linea, en V y de manera horizontal. Como cada motor, hay pros y contras, que tienen que ver con su tamaño, con las pérdidas de potencia que se pierden al involucrar más piezas, entre otros.
Pero existe otro camino, que es el motor rotativo diseñado por Félix Wankel. Este funciona a partir de un rotor triangular con sus caras ligeramente curvadas, que gira dentro de una cámara de diseño epitrocoide (digamos que es como un "ovalo" pero ligeramente más estrecho en el centro). El espacio que se genera entre las caras del rotor y la cámara de rotación, es el lugar donde ocurre el proceso de combustión.
Gracias a su diseño, el rotor puede generar tres pulsos de potencia en un solo giro. Además, al tener menos piezas, es más pequeño, más liviano y se pierde menos potencia generada. Uno de los más grandes problemas de este motor, tiene que ver con su consumo y con los sellos en los rotores y Mazda fue probablemente uno de los pocos fabricantes que pudo desarrollar el motor al punto que fuese confiable para su producción en masa.
Mazda y su aventura por conquistar las 24 Horas de Le Mans
El desafío de Mazda en Le Mans comenzó en 1970 cuando suministró un motor 10A con especificaciones de fábrica a un equipo belga privado que competía en las 24 Horas de Le Mans.
Otro equipo, Mazda Auto Tokyo, compitió en 1974 con un auto deportivo de dos asientos propulsado por un motor 12A, pero encontró varios problemas.
El tercer intento, se hizo en otra categoría y directamente con un auto de Mazda y no un prototipo. Mazda Auto Tokyo llevó un RX-7 a Le Mans en 1979. Aunque no clasificaron, el equipo se mantuvo compitiendo todos los años hasta 1983, año en el que Mazda Auto Tokyo Motorsports pasó a ser Mazdaspeed, el brazo deportivo oficial de Mazda (un poco lo que es hoy Gazoo Racing con Toyota). Dicho año, ingresaron al Grupo C2 Junior con el 717C, ganando el primer y segundo lugar en su categoría.
Mazdaspeed siguió intentándolo durante los años siguientes con evoluciones de aquel 717C, incluyendo un motor con tres rotores. En 1987, el Mazda 757 logra la hazaña de terminar Top 10 en la carrera, lo que indicaba que Mazda estaba yendo por buen camino. Al paso del 757, emergieron los 767C y 787, los cuales compitieron juntos en 1990, pero sin grandes resultados. De hecho, el 787 ni siquiera pudo terminar la carrera.
El 787B
La evolución del 787, se denominó 787B y su desarrollo es bastante interesante. En 1989, cambiaron las reglas del juego y la organización decidió prohibir los motores rotativos, dentro de aquellos ajustes. Pero como estaban implementando las reglas muy pronto, decidieron estirar el plazo hasta 1990 y obviamente Mazda junto a Mazdaspeed ya estaban preparándose para abandonar la contienda. Sin embargo, al revisar las normas, se dieron cuenta que los autos más antiguos iban a poder seguir participando sobre las nuevas normas ya estipuladas, puesto que por los cambios en reglamentación, había muy pocos equipos privados, así que los equipos más chicos iban a poder competir con sus autos del Grupo C (que eran más rápidos y confiables), sin verse forzados a cambiar sus motores. Esto claramente motivó a todo el equipo a intentarlo una vez más y mejorar al 787, que por entonces ya exhibía un motor de cuatro rotores y 2.6 litros -sin turbo-.
Este motor, ampliamente mejorado, se dice que podía alcanzar 900 Hp de potencia a 10.000 RPM, pero que por fiabilidad, fue escalado a 700 Hp. Teniendo como base el motor rotativo original de los setenta, este motor realmente había sido beneficiado por los adelantos tecnológicos, ya que los materiales, los sistemas de inyección y admisión, eran de nueva generación. Su sonido, es muy similar al de un V12 de Fórmula Uno.
La carrera de 1991
Mazdaspeed llevó tres autos a las 24 Horas de Le Mans en 1991, dos 787B y un 787 original. El 787 era el auto que Mazda había inscrito en las ocho carreras obligatorias del campeonato, mientras que los 787B se sumaron en Le Mans. De estos, el protagonista de toda esta odisea es el número 55, piloteado por Volker Weidler (Alemania), Johnny Herbert (Inglaterra) y Bertrand Gachot (Francia).
Los favoritos para ganar la carrera eran los Peugeot 905, quienes aprovecharon su largada en punta (con motores 3.5) para tomar ventaja, con respecto a los Mercedes-Sauber que los seguían (con motores V8 de cinco litros). Sin embargo, antes de que cayera la noche, los dos Peugeot ya estaban fuera de competencia por problemas mecánicos.
La parte sabrosa de la carrera se desarrolló en la noche, con los Mercedes dominando la punta y los equipos rivales, con autos lastrados del año pasado, no podían acercarse. Entre los equipos con autos de la temporada pasada también estaban Porsche y Jaguar-TWR. Pero por los palos asomaba Mazda, con muy buen ritmo de carrera, puesto que tenían el auto más liviano entre los antiguos.
A medida que el auto 55 se sacaba a los Jaguar y los Porsches, los tres autos de Mercedes comenzaron a tener problemas: uno con problemas de transmisión y otro con la rotura de un soporte de motor. Solo el auto puntero se estaba salvando, hasta que al amanecer, tuvo que ingresar a pits por problemas de temperatura, los que terminaron por destruir su motor. El único auto con ritmo para tomar la punta fue el Mazda, el cual finalmente cruzó la meta con dos vueltas de ventaja sobre sus seguidores. El resto del podio lo tomo Jaguar. Lo más bonito, es que los dos Mazda restantes, llegaron sanos y salvos en sexto y octavo lugar.
El resto, es historia
Al año siguiente, Mazda decidió intentarlo nuevamente, aunque tuvo que ceñirse a las nuevas reglas, usando un inédito motor V10 de 3.5 litros. Y podrían haber repetido la victoria, de no ser por problemas eléctricos que los relegaron al cuarto lugar. Desde entonces, Mazda decidió abandonar la competencia.
En el 2011, como tributo a esta histórica victoria, Mazda restauró por completo al 787B y tuvo autorización de Le Mans para correr una vuelta completa a máxima velocidad con su auto, en manos de Johnny Herbert, un momento que quedó documentado en video y que es francamente, emocionante.
El futuro del motor rotativo hoy está en manos de Mazda y Toyota, quienes quieren usar un pequeño motor rotativo como generador auxiliar en algunos de sus futuros autos eléctricos. De hecho, ya se usa en la versión PHEV del MX-30.
Le Mans Victory 30th anniversary special edition -1991 Le Mans victory movie
Le Mans winner Johnny Herbert reunited with the screaming Mazda 787B