Y “la situación” es que justamente esos stickers o “pegatinas” en forma de bandera italiana que portan 134 Fiat topolino, se interpreta como una “información falsa” para el posible cliente, pues como recordaremos, dicho modelo no es de procedencia italiana, sino marroquí; así que por esta razón, un fiscal ha decidido incautar los autos en el puerto de Livorno.
Según el artículo 4 de las leyes financieras italianas, exportar o importar productos con especificaciones de procedencia u origen falsas, es considerado un delito, sin embargo, esto ha resultado contradictorio pues la llamada “ley made in Italy” no se ha aplicado en otros casos. El ejemplo más reciente fue el Fiat 500 producido en Polonia y que también portaba el mismo sticker con la bandera italiana.
La respuesta de Stellantis, a través de un portavoz, ha sido que dicha pegatina únicamente especifica el origen empresarial del producto, o bien, que el modelo en cuestión fue desarrollado por el Fiat Centro Stile de Turín, aunque para seguir generando polémica, Stellantis ya ordenó que las “banderitas” se retiren de los Topolino.
Mientras tanto, los autos se encuentran en poder de la Guardia di Finanza y la Agencia de Aduanas y Monopolios de Italia, en espera de una eventual sanción para Stellantis por parte del gobierno italiano que parece haberle tomado partido al consorcio luego de que algunas de sus marcas decidieran producir sus modelos fuera de Italia.