Es uno de los nombres históricos a los que Suzuki ha recurrido para renovar su line-up en esta nueva etapa que vive como marca 100% independiente. Y a la luz de los resultados, lo ha hecho con pleno acierto, ya que el nuevo Baleno 2017 es todo lo que uno recuerda del emblemático modelo de los años 90: funcional, confiable y satisfactorio.
El Baleno fue lanzado en 1995 con carrocerías sedán y station wagon, siendo comercializado hasta 2002 con mucho éxito, especialmente en Chile. Hoy regresa a la vida como un hatchback compacto de cinco puertas, con un estilo moderno pero con un enfoque más familiar, complementando la propuesta lúdica y juvenil del Swift.
Fue presentado hace justo un año en el Salón de Frankfurt, confirmando sus aspiraciones globales. Después de lanzarse en la India, su lugar de fabricación, y luego en Europa y Japón, aterrizó en Chile pocas semanas atrás en cuatro versiones, con precios entre los $ 8.990.000 (GLS mecánico) y los $ 10.990.000 (GLX automático).
Características técnicas y mecánicas
El nuevo Baleno 2017 fue diseñado utilizando el concepto Intelligent Know How, que combina estilo y funcionalidad, dos atributos incuestionables en este auto.
La plataforma es nueva, 10% más rígida y 15% más liviana que los anteriores modelos de la marca, con lo que el Baleno no alcanza a llegar a los mil kilos de peso, lo que se nota mucho en el andar.
Aunque comparte segmento con el Swift, es 145 mm más largo (3.995 mm), 50 mm más ancho (1.745 mm), 60 mm más alto (1.470 mm) y tiene 90 mm más entre ejes (2.520 mm), lo que garantiza una muy mejorada habitabilidad.
El diseño del Baleno no rompe ningún esquema, ni marca una nueva pauta en el estilo de Suzuki, usualmente corriente y soso. Pero funciona bien. Ofrece un frontal agresivo y moderno, muestra una silueta que anticipa una buena volumetría, y termina en una zaga menos lograda. La marca habla de un diseño que asemeja liquido fluyendo, pero realmente cuesta ver algo así ya que las superficies son lisas.
Hay elementos bastante novedosos en la marca y en el segmento, como luces diurnas LED y focos de xenón, barras cromadas, y llantas de 16 pulgadas.
Bajo el capó se incluye un motor de cuatro cilindros y 1.4 litros ya conocido en la marca, con 91 caballos de fuerza y 130 Nm de par a las 4.000 rpm, que puede asociarse a caja mecánica de cinco marchas (la versión testeada) o automática de cuatro.
Habitabilidad y confort
Las mayores medidas de la nueva plataforma se corresponden con la gran habitabilidad interior del Baleno. El hatchback de cinco puertas ofrece dos puestos delanteros cómodos y amplios, con buena ergonomía y mucha visibilidad en el caso del conductor.
En las plazas traseras hay tres lugares adicionales, dos de ellos muy buenos en altura y espacio de piernas, mientras que el central está pensado para niños. Sorprende de verdad el lugar para pasajeros que consiguió Suzuki en un auto de menos de cuatro metros. Es uno de los mejores del segmentos sin lugar de dudas.
El maletero es correcto para estas medidas, con 355 litros de espacio.
La materialidad del Baleno es bastante corriente, la norma en Suzuki, donde no se ve sofisticación ni en materiales ni en diseño interior. Hay polímeros correctos al tacto en las zonas altas y plásticos duros y muy normales en las zonas bajas. Las terminaciones están de acuerdo al precio.
Lo que sí sorprende considerando la competencia en este rango de precios es el equipamiento y la tecnología que la marca pone en este auto.
Un ejemplo es el display LED a color de 4,2 pulgadas entre los marcadores, que además de los datos comunes del computador a bordo (distancia, consumo, autonomía), entrega información poco convencional para un auto así, como los datos de aceleración y de frenada, la fuerza G, la potencia y par en tiempo real.
¿Sirve? La verdad, no mucho, pero de seguro que a muchos les fascinará.
También incluye un sistema de audio con pantalla táctil de 7”, seis parlantes, conectividad MP3, USB, Android Auto, y bluetooth para teléfono y streaming.
Nuestra versión GLX (la más equipada) incluía, además, climatizador, cierre centralizado con keyless, espejos eléctricos, control crucero, volante forrado en cuero con mandos para la radio, pack exterior cromado, llantas de 16”, spoiler, luces de xenón con diurnas LED, neblineros, seis airbags, frenos ABS con EBD y sensor de retroceso.
Impresión de manejo
En cuestión dinámica, el Baleno ofrece mucho más de lo que uno podría suponer para el segmento y nivel de precio. Si bien mide menos de cuatro metros y pesa por debajo de los mil kilos, se siente más grande y aplomado, y esa es una virtud.
La suspensión es buena. Amortigua con decisión en malos pavimentos y afirma lo suficiente en curvas. Sin embargo, si pasa muy rápido por un lomo de toro va a golpear seguro. Y si se excede acelerando en una curva será la cola la que seguirá su propio camino. Es mejor prevenir, no olvide que es un hatchback pequeño con enfoque familiar.
La dirección es lo que menos me gustó, algo insípida y con poca transmisión de lo que ocurre bajo las ruedas, pero no está ni sobre asistida (típico de los autos chinos del segmento) ni tampoco es lenta.
Si hay vibraciones importantes cuando se superan los 130 km/h, lo que se suma a un incremento del ruido interior. Mejor váyase con cautela.
El motor no es pujante, pero está perfecto para mover este nivel de masa. Parte con decisión, escala en el tacómetro a la par con el acelerador, tiene su mejor rango sobre las 2.500 rpm, y si bien no recupera bien, cuenta con una buena caja bien acoplada que es capaz de extraer cada caballo de este bloque, que además es económico.
Si bien la marca homologa más de 18 km/litro en ciclo mixto, en nuestra prueba de manejo anduvimos en torno a los 13,8 km/litro, pero en un recorrido lo más urbano posible. Es un buen rendimiento para una ciudad como Santiago, donde hay muchos lomos de toro y siempre se está subiendo en algún momento del día.
Conclusión
El Baleno fue un gran auto en los años 90 y lo vuelve a ser en esta reinterpretación del siglo 21 que nos manda Suzuki. Tiene un diseño correcto, que no cautivará pero no generará rechazo, es muy amplio por dentro, lo que es fundamental para un vehículo de corte familiar, e incluye mucho equipamiento y tecnología.
Mecánicamente está bien dotado, y como todos los Suzuki, da más de lo que pinta. Acelera bien, dobla y frena con convicción, y amortigua lo que debe para un auto así. Es liviano y se nota, en su buena dinámica y también en sus niveles de consumo.
La verdad, cuesta encontrarle un punto realmente malo que desaconseje su compra, sobre todo porque su relación precio/producto es realmente buena.
Y si bien no probé la versión automática, sabemos que con cuatro marchas es poco, por lo que es mejor quedarse en esta variante mecánica. Con ella ya sabemos que el auto anda y bien.