El Ford Fiesta ya tiene unos cuantos años en el ruedo, 40 para ser exacto. A fines de 2016 estrenó su séptima generación a nivel mundial, mientras que en el Mercosur tendremos una actualización del actual modelo que acaba de presentarse en Brasil. ¿La duda es saber si Chile apurará el arribo del nuevo Fiesta o se quedará mientras tanto con este facelift?
Estéticamente, los cambios son ligeros, centrados especialmente en el frontal, donde aparece el efecto diamantes en la parrilla y un nuevo paragolpes con un delineado inferior que se enrosca en los costados, generando el marco anguloso de los rompenieblas. Otros cambios incluyen la redistribución de elementos en las ópticas.
En el interior hay pocos cambios, entre ellos, acomodar la pantalla del SYNC3 tal y como sucede con la versión que nos llega de México. Hay nuevos tapizados y retoques en los asientos
Mecánicamente no hay cambios, si bien esperábamos que Ford colocara el nuevo 1.5 litros de 3 cilindros que estrenó la renovación de la EcoSport, pero conserva el conocido cuatro cilindros 1.6 litros con 120 Hp, asociado a una caja manual de cinco velocidades. En Brasil también se vende con caja automática, la que si bien renuncia al nombre Powershift, sigue siendo la misma doble embrague. Ante las quejas de fiabilidad, Ford aclara que realizó mejoras en sectores críticos como el material de fricción, bujes y módulo de control.
En Brasil también se ofrece el motor 1.0L Ecoboost aunque, teniendo encuenta que hay una Ecosport 2.0L de 170 CV, sería ideal que Ford se sumara al mundo de los hot hatch "Made in Mercosur".
Pero insistimos, es posible que este Ford se desmarque de este restyling y vaya por el totalmente nuevo Fiesta. Ojalá sea así.